ALTO TRIBUNAL JURÍDCO

El TS condena los funcionarios que maltrataron presos tras un motín en Quatre Camins

La sentencia confirma tres años y medio de prisión y catorce años de inhabilitación para cargo público

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El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que en julio de 2013 impuso al exsubdirector médico del centro penitenciario de Quatre Camins Xabier M. una condena de tres años y medio de prisión y catorce años de inhabilitación para cargo público por maltratar a los presos tras un motín ocurrido el 30 de marzo de 2004.

La misma sentencia estableció una condena de entre cuatro meses y un año de cárcel para los otros cinco funcionarios de prisiones condenados también por delitos de atentado contra la integridad moral y faltas de lesiones.

En la sentencia dada a conocer este lunes la Sala de lo Penal del alto tribunal rechaza todos los recursos interpuestos contra dicha sentencia por los acusados y por uno de los presos agredidos, que reclamaba penas más altas.

Así, el Supremo confirma la validación de los hechos realizada en su día por la Audiencia de Barcelona, que indicó que "en ningún caso se podrían consentir ni avalar conductas como las que aquí se describen", puesto que vulnerarían el Estado de Derecho; más, cuando se trata de funcionarios al servicio de la sociedad, por lo que también condena a las empleadas Yolanda M. y Trinidad M., al entonces jefe de centro José Antonio R., al jefe de servicios Jordi J. y al jefe de centro de prisión Rafael Jesús S.

En su sentencia, el alto tribunal rechaza uno a uno los motivos de todos los recurrentes y califica de "amplia y razonada" la argumentación de la Sala de instancia que condenó a los funcionarios, que contó con prueba "abundante" de cargo consistente en el testimonio de los reclusos, partes médicos o informes judiciales.

Por ejemplo, respecto a la defectusa valoración de las lesiones alegada por los funcionarios en los recursos, el Supremo señala que la Audiencia de Barcelona contó con los partes médicos "a los que atribuyó legítimamente el correspondiente valor probatorio".

Por ello incide que la impugnación de las pruebas por inmotivadas no es otra cosa que un intento de que se valoren de forma diferente a como lo hizo la Audiencia, lo que es rechazado por el Supremo.

DIGNIDAD

En su resolución, ahora confirmada por el Supremo, la Audiencia constataba que la dignidad es uno de los pilares del ordenamiento jurídico y un valor "por encima de ideologías, creencias o cualquier otro tipo de etiquetas atribuible a la persona", y que una de las ilustraciones más significativas de esta maldad es la humillación y violencia contra quienes están en una posición de inferioridad.

Los funcionarios --y en mayor nivel los mandos intermedios-- no actuaron como garantes de las normas y el reglamento del centro penitenciario, y además "consintieron" los atentados y agresiones contra los reclusos sin impedir tal comportamiento, lo que los convierte en autores por omisión.

Según relataron los internos en el juicio que empezó el 6 de mayo en la Audiencia, recibieron palizas cuando se ordenó su traslado a otro centro como consecuencia del motín y pasaron por el Departamento de Ingresos, donde fueron agredidos por Xavier M., dijeron ante la jueza.

En la mayoría de los casos --prosigue la sentencia--, los reclusos fueron trasladados boca abajo tal y como estaban en ese momento, es decir, en ropa interior o descalzos, y pasaron por un pasadizo lleno de funcionarios --más de cien, y que no estaban de servicio--, donde recibieron golpes, insultos y "escupitajos".

Para la Audiencia, es significativo que los presos coincidieran en el relato de los hechos, que en algunos casos reconocieran a los acusados, y que las agresiones constaran en los partes médicos hechos al salir de la cárcel pero, sobre todo, al entrar en las otras prisiones.

CIERTA CONTUNDENCIA

En el juicio, el exsubdirector médico reconoció que actuaron con "cierta contundencia" contra los 56 internos que se iban a trasladar, pero que no hubo agresiones.

"Si no obedecían se les forzaba en cierta manera. Si no querían caminar se les ayudaba a caminar un poco más rápido", afirmó, mientras que los presos que declararon en el juicio detallaron cómo fueron las agresiones del subdirector en el Departamento de Ingresos, así como en los pasillos.