DECLARACIÓN INSTITUCIONAL EN LA MONCLOA

Zapatero: «La democracia será sin terrorismo, no sin memoria»

José Luis Rodríguez Zapatero, durante su declaración institucional en la Moncloa, ayer.

José Luis Rodríguez Zapatero, durante su declaración institucional en la Moncloa, ayer.

JUAN RUIZ SIERRA
MADRID

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Tras el anuncio del fin de la violencia etarra, lo primero que hizo José Luis Rodríguez Zapatero en su declaración fue subrayar la relevancia del paso que había dado la banda terrorista. «Consciente del trascendental anuncio que ETA acaba de hacer público, quiero reafirmar mi confianza y la de todos los españoles en la democracia, en la libertad y en España», comenzó diciendo el presidente del Gobierno. Fue una declaración institucional de tono solemne, pero sentido, con muchos puntos en común con las palabras que después dedicó el candidato de su partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el del PP, Mariano Rajoy, pues Zapatero habló con ambos tras la noticia, así como con el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Fue, también, una declaración generosa: pese a que ha sido su Gobierno quien ha llevado a la banda a la agonía que explica el paso dado ayer, Zapatero compartió el «triunfo del Estado de derecho» con sus antecesores, y dijo que ahora le toca «conducir esta nueva etapa» al Ejecutivo que saldrá de las urnas.

Cuando se siguen repitiendo, por el sector duro del PP y parte de los colectivos de víctimas, las acusaciones de que ha sacrificado la memoria en aras de un fin de ETA que presuntamente habría pactado de forma secreta con la propia banda, el presidente del Gobierno dijo: «La nuestra será una democracia sin terrorismo, pero no una democracia sin memoria. La memoria de las víctimas, de cada una de las 829 víctimas mortales y sus familias, de tantos heridos que padecieron el golpe del terror, nos acompañará siempre, y acompañará a las futuras generaciones».

Zapatero repartió reconocimientos. A «cada uno de los gobiernos democráticos y sus presidentes»; a «los distintos ministros del Interior», y «en particular» a quienes le han acompañado en esta etapa -entre ellos, Rubalcaba, que ha sido quien más tiempo ha estado al frente del departamento en las dos últimas legislaturas-; a «la acción tenaz y eficaz de la Policía y la Guardia Civil, cuyo sacrificio les ha costado tantas veces la vida»; a los jueces y los servicios de inteligencia; a Francia y sus autoridades, con quien España ha «contraído una perpetua deuda de gratitud», en especial a Sarkozy, que «ha sido determinante»; al resto de países; y, sobre todo, a los ciudadanos. «Ha sido posible gracias al temple y la firmeza de la sociedad española, guiada por la referencia segura del Estado de Derecho, que hoy definitivamente y sin condiciones triunfa como único modelo posible de convivencia», explicó.

SOCIEDAD SIN MIEDO / Ahora, continuó el presidente, el nuevo escenario de paz deberá ser pilotado por el próximo Gobierno. Y deberá pilotarlo pensando en la unidad. «Tengo la convicción de que la sociedad vasca disfrutará a partir de ahora de una convivencia no anudada al miedo o a la intimidación -dijo-. La unidad de los partidos democráticos, españoles y vascos, ha resultado definitiva para alcanzar este final. Al Gobierno y al Parlamento que resulten de las próximas elecciones les corresponderá conducir esta nueva etapa, que también deberá responder a un compromiso unitario».

Y al acabar, Zapatero no ocultó lo mucho que le alegraba esta noticia tan ansiada. «Con la contención a que nos obliga la historia, vivamos hoy la legítima satisfacción por la victoria de la democracia, de la ley y de la razón -concluyó-. Una satisfacción teñida por el recuerdo inolvidable del dolor causado por una violencia que nunca debió producirse y que no ha de volver jamás».