Sánchez presenta su reforma constitucional como la única vía para evitar el choque Catalunya-España

Pedro Sánchez, este miércoles, durante la presentación de la reforma constitucional del PSOE.

Pedro Sánchez, este miércoles, durante la presentación de la reforma constitucional del PSOE. / periodico

GEMMA ROBLES / MADRID

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Tras haber reunido a su Comité Ejecutivo y al Consejo de Política Federal del PSOEPedro Sánchez ha presentado oficialmente y ya con las bendiciones de la cúpula socialista su propuesta "parcial" de reforma constitucional, que admite el principio de ordinalidad y se compromete a reconocer las singularidades de los territorios, entre otras cosas. Se trata de uno de los proyectos más relevantes del programa electoral con el que Sánchez se presenta a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Y cuya difusión ha coincidido con el registro en el Parlament de una propuesta de resolución para iniciar la ruptura con España que, en la práctica, anuncia la desobediencia a futuras decisiones de instituciones del Estado, "en particular" del Tribunal Constitucional.

"Es un hecho gravísimo, irresponsable y antidemocrático”, ha apuntado el jefe del PSOE a la hora de calificar el registro de la iniciativa que comparten Junts pel sí y la CUP, añadiendo que estas fuerzas soberanistas han confundido "la mayoría parlamentaria con la mayoría social" y han optado por situarse "fuera del sistema democrático".

Dicho esto y tras reconocer que, inevitablemente, la llegada a la Cámara catalana de ese nuevo órdago secesionista iba a marcar su discurso en defensa de la reforma de la Carta Magna, ha abogado por hacer respetar la legislación vigente sin por ello renunciar a hacer propuestas "realistas, integradoras y viables" para la próxima legislatura. “Nuestra propuesta de reforma de la Constitución es la única solución política que está sobre la mesa y no vamos a renunciar a presentarla porque haya una amenaza, que les quede claro a los secesionistas", ha enfatizado.

"EL CALLEJÓN SÍ TIENE SALIDA"

Así, acompañado de las banderas española y europea y ante un atril, Sánchez ha definido su propuesta como un plan político "de envergadura" a la altura del desafío "especialmente grave" que llega desde Catalunya. "El PSOE siempre va estar en la defensa de la legalidad, pero ante determinados problemas con la ley sólo no basta. Estamos ante un problema político de primera magnitud y hemos estado avisando de ello, sin éxito, al Gobierno de España. El problema exige una respuesta de envergadura semejante", ha enfatizado.

Para el candidato del PSOE a La Moncloa, es un grave error aferrarse en estos momentos a la tesis de que España y Catalunya están "ante un callejón sin salida" porque la vía de escape a tan complicada coyuntura, a entender de los socialistas, es la renovación del pacto del 78 (que no el inicio de un proceso constituyente) y el "reconocimiento de las singularidades de los distintos territorios en el marco de la igualdad", así como “"las condiciones que de ello se deriven".

En este contexto, se aboga por seguir la senda de países como Alemania, Austria o Estados Unidos donde "lo plural y la diversidad" sean compatibles con la cohesión social y la igualdad. Para ello, se abre la puerta a una reforma en profundidad del Senado; a una revisión de la distribución competencial que debe quedar fijada y a la inclusión en la ley fundamental de las bases de un nuevo modelo de financiación autonómica.

El documento al que esta mañana han dado su visto bueno los barones del PSOE no entre en demasiados detalles sobre cómo "articular mejor" la unidad de España, una fórmula pensada, según fuentes de la dirección socialista, para propiciar que se puedan sumar al debate político distintos partidos sin sentirse condicionados de entrada. "Poco sentido tendría ponerse a hablar ya de la pintura y los detalles de la casa. Primero hay que ponerse de acuerdo en reformarla", indicaban las fuentes citadas.

El propio Sánchez se ha referido en su discurso a la posición que, tras varios meses de tiras y aflojas en el propio seno del PSOE –donde existen distintas sensibilidades a la hora de definir los límites que deben imponerse a una reforma de corte federal- se ha apostado finalmente por hacer pública una propuesta que parte "de la sensatez y la cautela". "Nos ha llevado a un planteamiento autocontenido en busca del posible consenso. Y no entenderíamos, en estas circunstancias actuales, una negativa a debatir", ha advertido. 

GARANTIZAR EL ESTADO DEL BIENESTAR

Precisamente el afán por encontrar respaldo en otras casas políticas a su reforma o, al menos, a su idea de poner en marcha un debate de tanta enjundia, ha llevado al secretario general de los socialistas esta mañana a reiterar que su propuesta va más allá incluso de cambios en el modelo territorial, puesto que se incluyen también en su plan modificaciones de la Carta Magna para "fortalecer los derechos sociales y el Estado del bienestar" y "revitalizar el Estado de derecho y algunos derechos fundamentales", además de mejorar "la calidad" de la representación democrática y las instituciones.

En este sentido ha recalcado que la crisis ha puesto en evidencia que hay que garantizar derechos como el de la sanidad o una "renta mínima vital", además de dotar de contenido real el ya reconocido constitucionalmente derecho a la vivienda. Nuevamente ha insistido en dotar de más contenido al artículo 135, de forma que la estabilidad de las cuentas públicas sea compatible con la dignidad de los servicios que ofrece el Estado, y que se dé el lugar que merece a la igualdad entre hombres y mujeres o a los derechos medioambiantales.