Rajoy reduce el paro pero no logra crear más empleo

Menos paro, pero menos personas en edad de trabajar. Esta es la foto finish del empleo al finalizar el mes de septiembre y en la recta final de la legislatura de la crisis y de los recortes. Los datos de la encuesta de población activa (EPA) del tercer trimestre del año conocidos ayer, permiten a Mariano Rajoy presentar en la inminente campaña electoral -ayer ya lo hizo con sus correligionarios europeos-- un expediente positivo en la creación de empleo, pero negativo por una precariedad que se va convirtiendo en crónica.

La bajada del número de desempleados por debajo de los cinco millones, nivel superado hace cuatro años, muestra la cara amable de la salida de la crisis, mientras que las altas tasas de temporalidad (26,1%) y parcialidad involuntaria (por encima del 65%) configuran el rostro amargo de la recuperación y sus carencias sociales.

El presidente del Gobierno ha fiado los resultados del 20-D a unos presupuestos del Estado, aprobados el miércoles, lleno de anzuelos electoralistas, y a unos datos del paro que le permitan decir que España está mejor de lo que se la encontró hace cuatro años. Y así ha sido en el trazo grueso, toda vez que los analistas reconocen que la economía ha dejado los números rojos en términos macro. Pero en los baches encontrados en este recorrido, la gestión del Gobierno del PP se ha dejado a los jóvenes, los parados de larga duración, las mujeres, el sector público y el trabajo indefinido, las áreas más castigadas en las que han aumentado los números rojos.

EL VERANO TURÍSTICO

La reducción del desempleo en el tercer trimestre, como ha sido habitual en el último año, se debe fundamentalmente al sector servicios y más especialmente, a la industria turística. Esta EPA, que se cierra a finales de septiembre, se hace eco del aumento de la contratación que ha dejado un verano con nuevo récord de visitantes extranjeros.

Si se quitara el efecto estacional, la reducción del paro y la creación de empleo serían más moderadas de lo que muestra la encuesta oficial.El efecto desánimo es otro legado de la crisis. Este trimestre, como ha sucedido desde el 2011, ha dejado en la cuneta no solo a los que no han encontrado empleo y han agotado las prestaciones, sino también a muchas personas que ya no buscan empleo.

EL DESÁNIMO

Una muestra del efecto desánimo es que la ocupación no crece al mismo ritmo en que baja el desempleo. En los tres últimos meses se ha incrementado en 182.000 personas, mientras que el número de parados ha bajado en 298.200 trabajadores, lo que hace suponer que la diferencia se refiere a personas sin prestaciones y sin expectativas de encontrar un empleo.

La población activa -personas en edad y disposición de trabajar-- sigue cayendo, en el último año en concreto se ha reducido en 32.000, lo que deja una tasa de actividad similar a la de finales del 2014. En este cupo de abandono de la búsqueda de empleo ya están descontados los inmigrantes, que salieron al inicio de la crisis, y los jóvenes, que también han emigrado en buena parte en los últimos años.

Con la previsión de que se mantendrán las condiciones de precariedad y parcialidad actuales, Rajoy acertará al decir que el año se cerrará con 650.000 parados menos que a finales del 2014. También con menos trabajadores, más hogares con todos sus miembros en paro así como con un aumento del trabajo temporal y un descenso del empleo a tiempo completo.

Los partidos de la oposición como los sindicatos mayoritarios han analizado la EPA en clave electoral y reprochan al Ejecutivo del PP la precariedad en la salida de la crisis, aunque reconocen el dato positivo de la reducción del desempleo.

MEJOR DE LO ESPERADO

Mientras que para Luis de Guindos, ministro de Economía, la bajada del paro es mayor de la esperada y la vincula a la rebaja fiscal iniciada este año, para María Luz Rodríguez, secretaria de Empleo del PSOE, la foto final es mala porque han bajan los contratos indefinidos y aumenta el grupo de personas sin protección social.Para CCOO y UGT el dato de la EPA es «numéricamente positivo», pero denuncian el aumento de la temporalidad. La patronal CEOE, por su parte, asegura que la EPA «consolida» la recuperación laboral en la que destaca como impulsor el sector privado, un dato que no pasa desapercibido para el CSIF, sindicato representativo de la función pública que cifra en 320.200 empleos perdidos en todas las administraciones en los últimos cuatro años.