Cospedal se reivindica como secretaria general y solo admite errores en corrupción

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PATRICIA MARTÍN / PILAR SANTOS / MADRID

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El PP deseaba que su 18º congreso, el de la ratificación de Mariano Rajoy, el de la unidad  frente a los “líos” de los otros partidos, fuera tranquilo, pero se encontró con que la primera sentencia por la ‘trama Gürtel’, que condena a sus principales cabecillas, empañaba, una vez más, un cónclave popular. “Es lo que tiene que no controlemos, al contrario de lo que dicen, los tribunales”, decía a la entrada al plenario un alto cargo del Gobierno.

La secretaria general, María Dolores de Cospedal, en un discurso de balance de los últimos cinco años reivindicó su labor en una “de las peores etapas” del PP y solo admitió un fallo: que su partido no siempre fue “ágil” y, en algún caso, “tardó en reaccionar” a la hora de apartar de sus filas y de las instituciones a las manzanas podridas. La número dos admitió que esta lacra les ha afectado “de lleno” y subrayó que el PP ya admitió “errores”, pidió “perdón” y el Gobierno aprobó un amplio paquete de medidas anticorrupción.

No obstante, Cospedal puso en valor la “ejemplaridad” de la amplia mayoría de los populares y reclamó respetar la presunción de inocencia. En este contexto, pocos minutos después, recordó a los dirigentes fallecidos recientemente y tuvo un especial recuerdo para Rita Barberá, un apunte que fue muy aplaudido.

LA INCÓGNITA

Era el discurso más importante de la primera jornada de un congreso en el que este sábado se desvelará la incógnita principal: si Rajoy la ratifica como secretaria general en medio de importantes críticas por compatibilizar el cargo con el de ministra de Defensa y la presidencia del PP de Castilla La-Mancha. De hecho, este viernes llegaron vivas varias enmiendas que solicitaban que los estatutos limiten las responsabilidades. Y la única enmienda que citaba explícitamente el caso de Cospedal fue tumbada por un margen de sólo 25 votos (328 a 303), lo que supone un serio aviso a la secretaria general. Pese a todo, la impresión más extendida es que Rajoy no la apartará, entre otros motivos para no beneficiar en la carrera por su sucesión a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría u otros dirigentes como Alberto Núñez Feijóo.

Porque la sucesión, aunque no es el tema del cónclave, está en la cabeza de todos. Y fue inevitable pensar en esa competición cuando en su discurso Cospedal se reivindicó a sí misma por defender al partido durante el ‘caso Bárcenas’. La secretaria general fue elegante en su alocución y dijo que los miembros del PP “lejos de limitarse a la defensa exclusiva de sus respectivas gestiones para escabullirse” se batieron el cobre y protegieron “a pecho descubierto” al presidente del partido  y su gestión durante la crisis. La hemeroteca demuestra que “fuentes del partido”, así, con discreción, criticaron semana tras semana a Sáenz de Santamaría por parapetarse tras su cargo como vicepresidenta para evitar responder sobre el escándalo.

Y tampoco era el tema a tratar, pero el PP aprovechó la grave crisis en Podemos para reforzar su mensaje de unidad.

LAS CRÍTICAS A PODEMOS

Unos con mayor contundencia y otros de forma más sibilina, casi todos los dirigentes populares aprovecharon que Podemos celebra también este fin de semana su traumática asamblea para confrontar su “unidad” interna con los “codazos” que sufre la formación morada.

Cospedal destacó ejemplo que los populares están cohesionados porque para ellos para el “proyecto es más importante que los nombres propios o los personalismos”. A renglón seguido, la también ministra de Defensa criticó a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, a los que calificó de los “Pimpinela de Vistalegre". Y continuó cargando contra Ciudadanos, por su “ideología cambiante” y el PSOE, por estar dispuesto a hacer coaliciones para desalojar al PP del poder “a costa de lo que fuera”; y eso que Rajoy necesita a ambos partidos para gobernar. 

Pero el duro sin duda fue Rafael Hernando. El portavoz parlamentario, fiel a su estilo áspero, señaló gráficamente que a los podemistas solo les interesa “ocupar el poder” y este fin de semana andan “en una plaza de toros a botellazo limpio y dispuestos a sacrificar a un niño”, en alusión a Errejón.