"Cambios sí, consulta no"

El Ejecutivo busca fórmulas para Catalunya pero sin aceptar la celebración del referendo

La vicepresidenta Sáenz de Santamaría, ayer, en el Congreso, con Jordi Jané, de CiU

La vicepresidenta Sáenz de Santamaría, ayer, en el Congreso, con Jordi Jané, de CiU / periodico

GEMMA ROBLES / Madrid

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En la Moncloa se decidió la noche del miércoles que no habría una respuesta directa a los participantes de la Via Catalana, sino un llamamiento general a no buscar el enfrentamiento y un mensaje de apoyo para todos aquellos catalanes que no se identifican con el soberanismo. "El Gobierno tiene la obligación de escuchar a todos, también a esa mayoría silenciosa que se queda en casa y que tiene derecho a que se vele por sus libertades", recalcó ayer la vicepresidenta y portavoz gubernamental, Soraya Sáenz de Santamaría. La mayoría de los populares que se toparon ayer con alguna cámara o micrófono y fueron preguntados por la gran movilización de la Diada se aferraron a tan frías declaraciones.

La excepción fue el ministro de Asuntos ExterioresJosé Manuel García Margallo, que gusta de saltarse la doctrina oficial en asuntos de calado, bien sea la imputación de una infanta (fue el único que admitió la "enorme preocupación" del Ejecutivo porque afectaba a la "imagen de España") o la celebración del Onze de Setembre. "La cadena humana fue un éxito de convocatoria, de organización logística y de comunicación", admitió ayer, para después añadir que tal éxito le producía "una enorme preocupación y gran tristeza" por entender que la secesión de Catalunya de España sería un opción "tremendamente dolorosa".

Margallo señaló que el Gobierno de Rajoy sabe que hay que hacer "cambios", pero rechaza de plano la posibilidad de pactar con Artur Mas una consulta en Catalunya.

>>Lea la información completa sobre la respuesta del Gobierno a la Via Catalana en e-Periódico.