EL VEREDICTO DE LAS URNAS

21D: (casi) todas las cartas sobre la mesa

El presidente en funciones, Mariano Rajoy, en la reunión de su Ejecutiva en Madrid.

El presidente en funciones, Mariano Rajoy, en la reunión de su Ejecutiva en Madrid. / periodico

GEMMA ROBLES / MADRID

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Se llama Juan Rosell y es el presidente de la CEOE. Merece ser señalado por su optimismo manifiesto, dado que es uno de los pocos que se ha atrevido a analizar el rastro que deja tras de sí el 20-D y a utilizar la palabra “fácil”. A su juicio, estas elecciones generales hay que finiquitarlas con una ‘gran coalición’ de conservadores y socialistas y dejar a los novísimos que hagan oposición. “No es tan complejo ni tan difícil”, subrayó el jefe de los empresarios, alegando que en la Unión Europea ya hay 23 coaliciones gubernamentales y nada pasaría porque, en cuestión de semanas, hubiera 24.  

La Bolsa, sin embargo, parece ver el panorama político español más oscuro. El Ibex 35 pagó este lunes los platos rotos de la incertidumbre que rodea a La Moncloa. La mayoría de los partidos, incluido el PP, descarta que sea alianza bipartidista sea factible. ¿Quién ganará pues esta compleja partida?. De momento, el diálogo, que pasará a ser el gran protagonista de estas navidades, aunque el embrollo termine en repetición de los comicios

El caso es que 24 horas después de las generales ya se han puesto (casi) todas las cartas sobre la mesa. A saber: El ganador, Mariano Rajoy, ya ha hablado por teléfono con el socialista Pedro Sánchez y se ha mensajeado con Albert Rivera y recibido SMS de Pablo Iglesias. Y se dispone a abrir una ronda de conversaciones discretas -¿y la manida transparencia?- para intentar formar gobierno “estable”, atando algo más que una investidura, si es posible.

SE BUSCA "CERTIDUMBRE" E INVESTIDURA

Tras reunir a su Ejecutiva este miércoles, con la morbosa presencia de José María Aznar incluida, Rajoy hizo públicos los puntos sobre los que quiere negociar con PSOE y Ciudadanos: garantizar “certidumbre” en lo que atañe la unidad de España y la defensa de la soberanía nacional; la economía y la política social y la posición a defender en Europa y en el terreno internacional.

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La oferta del presidente en funciones, pese a parecer genérica, no tiene nada de inocente. La pretensión es invitar a Albert Rivera y a Pedro Sánchez a conversar sobre acuerdos de gobierno y hacerles elegir. Es un ‘como mínimo, que se retraten'. Un ‘truco o trato’ arrastrado hasta diciembre. Es la insinuación de un puñado de preguntas de complicado rechazo, a priori, para sus interlocutores, partícipes de recientes acuerdos frente la secesión o el terrorismo antiyihadista, por ejemplo.

 ‘¿Estás con la unidad de España o con el referéndum y la independencia?’; ‘¿quieres reformas económicas más centristas que puedan ser compartidas y abrir la mano en lo social para que no se asusten los mercados?’, ‘¿importa que Europa se encoja ante una posible coalición de izquierdas en La Moncloa o que la respuesta en Siria sea pactada?’, se viene a decir.   

En el caso del líder de Ciudadanos (40 diputados), los conservadores (123 escaños) buscan crear presión para que su compromiso de abstenerse en la investidura se convierta en un apoyo explícito. En el caso del jefe de los socialistas (90 parlamentarios), para que no propicie el bloqueo de la legislatura. Pero el PP no tiene sencillo abrir juego. Los demás también han enseñado algunas de sus cartas.Y van marcadas.

PODEMOS JUEGA FUERTE

Así, Rivera insiste por activa y por pasiva en que su abstención está garantizada, pero que no le pidan más, porque no lo dará. Y reclama al PSOE que se abstenga como C's para que gobierne un Ejecutivo en minoría. Y dada la situación, también que la bancada de la oposición pueda legislar. Los socialistas, por su lado, ya adelantan que tienen guardado un "no" para la investidura de Rajoy y que no cambiarán de parecer.  

Mientras tanto, Podemos Podemosjuega -se la juega- tentando a los socialistas con un hipotético pacto de gobierno alternativo que, como condición indispensable conllevaría la convocatoria de referendum en Catalunya. La dirección socialista rehuye el pronunciamiento explícito desde la cuestión, pero desde las federaciones andaluza, extremeña y castellano-manchega ya se ha lanzado el mensaje que para ese viaje, mejor conformarse con ser líder de la oposición.

Sánchez, por su lado, lo que intenta garantizar es su silla. Seguir siendo líder del PSOE. Anunció que el congreso del partido será en primavera y que él se presentará. Una actitud que imitó Rajoy -cuyo futuro es igualmente una incógnita-, quien confirmó que habrá cónclave del PP este año. Y que él, claro, desea seguir siendo el jefe.