Secuestrar una biblioteca

En una magnífica entrevista de Cristina Puig a Montserrat Carulla, la actriz explicaba cómo la había marcado el hecho de haber crecido en una casa sin un solo libro. Los que hemos vivido circunstancias parecidas hemos tenido una segunda oportunidad en las bibliotecas, sobre todo desde que en las últimas décadas su número ha aumentado de forma exponencial, han mejorado y diversificado sus servicios y se han convertido en auténticos puntos donde se igualan las opciones de acceso a la cultura, la literatura, la música, el cine, internet y materiales de todo tipo.

Una de las bibliotecas más interesantes de que disponíamos hasta hace poco era la del Institut Europeu de la Mediterrània, este órgano que promueve el diálogo entre los países del Mediterráneo. Ya hace años que gracias al IEMed se han visibilizado los rasgos diferenciales de la inmigración marroquí en Catalunya, mayoritariamente de origen amazic. Y en la línea de esta tarea de conocimiento de un sector importante de la población nou catalana el instituto dispone de una de las colecciones más completas dedicada a estos pueblos norteafricanos. Hace unos días quise consultar alguno de sus ejemplares y descubrí que no podía ni podré hasta quién sabe cuándo dado que los presupuestos del IEMed no permiten mantener una sola bibliotecaria. O sea, que este patrimonio colectivo propiedad de todos quedará secuestrado hasta nueva orden por el simple hecho de que no se puede contratar a nadie que se ocupe de él. Debe de ser una manera muy original de crear estructuras de Estado, destruir primero las que ya existen. Al fin y al cabo, la lengua amazic solamente es la tercera en número de hablantes de Catalunya, aunque parece que una parte importante de los estamentos oficiales no tiene ni idea de su existencia.