CONTRAPUNTO

Salario mínimo y compromiso patronal

CEOE y sindicatos pactaron situar el salario mínimo de convenio en 1.000 euros el 2020

Juan Rosell (CEOE), Antonio Garamendi (CEPYME), José María Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CCOO), durante la reunión por el empleo.

Juan Rosell (CEOE), Antonio Garamendi (CEPYME), José María Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CCOO), durante la reunión por el empleo. / periodico

Salvador Sabrià

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El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, recuperó y actualizó la semana pasada un informe de su entidad publicado a principios del 2017 en el que se analizaban los posibles “efectos sobre el empleo y los salarios” de la subida del 8% del salario mínimo interprofesional (SMI) aprobada para ese año tras un acuerdo entre el PP y el PSOE. El pacto incluía alcanzar los 950 euros mensuales el 1 de enero del 2020. Ahora, PSOE Podemos han acordado adelantar los aumentos y situar el SMI en 900 euros mensuales el próximo 2019. Y esta vez la reacción de la patronal y del propio PP ha sido muy crítica. Solo les han faltado las advertencias del dirigente del Banco de España, que, basándose en el citado informe del 2017 aseguró que miles de empleos corrían peligro de no renovarse por el incremento de costes. Aunque el propio Hernández de Cos reconoció, como ya decía el informe del Banco, que “la evidencia empírica disponible sobre los efectos de las subidas del SMI no es concluyente”.

Por si sirve para el debate, el 2017, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el año de los posibles efectos negativos sobre el empleo de la subida del 8% del SMI, se cerró con 490.300 empleos más que un año antes; la tasa de empleo subió 1,1 puntos y la tasa de paro bajó 2,09 puntos hasta situarse en el 16,55%; y, por edad, la reducción anual se produjo en todos los grupos. El informe citado por el Banco de España calculaba los posibles efectos negativos de una subida del SMI sobre el empleo basándose en el número de puestos de trabajo en el año en curso que estaban remunerados por debajo de lo que correspondería al SMI del próximo, y apuntaba que podrían encontrarse al año siguiente con que mantendrían su empleo con más sueldo, o bien perderían el empleo. Según esta fórmula, cuanto más suba el SMI, más posibilidades hay de aumentar las pérdidas de empleo. Aunque parece que no se tenía mucho en cuenta que con menos trabajadores,  difícilmente se podría mantener el mismo nivel de producción.

Por otro lado, los que ahora se escandalizan o ven tan peligrosa la subida del SMI no se pusieron la manos a la cabeza cuando a principios de julio de este año, la patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT firmaron un acuerdo salarial para el periodo 2018-2020, que incluía el compromiso de alcanzar progresivamente un salario mínimo pactado por convenio de 14.000 euros año al final. Es decir, 1.000 euros al mes con 14 pagas, lo que supondría que en el 2019 debería superar con creces los 900 euros. El pacto PSOE-Podemos refuerza ese acuerdo social. Y las reticencias que ahora salen a la luz parecen evidenciar que el compromiso patronal debía ser mucho más simbólico que real. Vale la pena remitirse de nuevo al informe original del Banco de España en el que se recalcaba, también, que el objetivo principal de la existencia de un salario mínimo es “contribuir a la equidad social”.