AL CONTRATAQUE

Momentos históricos o histéricos

Al centrar la atención en el devenir cotidiano del pulso España-Catalunya se nos pasan por alto cositas como la corrupción y el paro

JORDI ÉVOLE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Cómo será todo esto dentro de 300 años? Menos Jordi Hurtado, que estará igual, el resto de catalanes serán nuevos. Y los niños del año 2314 seguro que estudiarán en el cole lo que está ocurriendo este año. Será otro Tricentenario. Y los chavales tendrán que estudiar de lo lindo para memorizar tanto momento histórico como estamos viviendo. Cada dos por tres tenemos un momento histórico, es un no parar de momentos históricos. Empiezo a estar agotado de tanto momento histórico, tanto asedio y tanta resistencia, tanta acción y reacción, tanto contragolpe. Este España-Catalunya es un partido de ida y vuelta que no acaba nunca. Tanto toma y daca es más histérico que histórico.

Igual es que me falta pasión. No debo de tener alma de forofo, aunque soy muy aficionado al derecho a decidir. Pero mientras no se decide nada definitivo y se acumulan momentos históricos, a mí me preocupan más esas cositas que no parecen ser momentos históricos pero que siguen jorobando el día a día. Como el paro. O las palabras de la presidenta del Círculo de Empresarios, que ha dicho que es partidaria de que se contraten a mujeres que tengan más de 45 años o menos de 25 porque no tienen tantas probabilidades de quedarse embarazadas. Y otra cosita que también me preocupa más que tanto momento histórico es la acumulación de gastos personales que pagaron con tarjetas fantasma mogollón de responsables de Caja Madrid y Bankia. Se pulieron más de 15 millones en comidas, viajes, ropa. ¡Aj! Perdón. Tengo arcadas. Ahora vuelvo.

Penurias a segundo plano

Ya estoy aquí. Todo bien. Sigamos. Bueno, pues todas estas malas noticias me preocupan más que el cuerpo a cuerpo entre el Gobierno de España y el de Catalunya. Cada asalto de este combate lo hemos convertido en histórico, aunque sea un asalto más, y se relegan a un segundo plano las penurias de los parados, los reiterados desprecios de altos dirigentes empresariales, o el desmadre de corrupciones -algunas honorables, otras de plástico-, que brotan con más facilidad que los brotes verdes o las raíces vigorosas. Se ruega contratar ya a los Cazafantasmas para hacer limpieza, siempre y cuando, claro, no sean mujeres de entre 25 y 45 años porque pueden quedar embarazadas. Mejor que trabaje Rodrigo Rato y todos los hombres que arruinaron Bankia, dejándonos a todos preñados de su deuda, que estamos soportando vía rescate. ¿Es razonable relegar a un segundo plano cositas como Caja Madrid o el paro? Diría que no. ¿Es histórico el paro y la corrupción? Diría que sí. En cambio, que cada paso del litigo España-Catalunya sea histórico no solo supone pasar por encima de estas cositas, sino que puede terminar aplastándolas. Y eso sería tan injusto como pasar de Catalunya. O aplastarla.