EN FAMILIA

Niños, que la vida iba (va) en serio

¿Quieres que tus hijos entiendan que no pueden pedir todo lo que sale en los catálogos de juguetes? Llévales al Teatre Gaudí a ver 'Oliver Twist'. Disfrutarán, además, de un musical de primera

El musical de 'Oliver Twist', en el Teatre Gaudí

El musical de 'Oliver Twist', en el Teatre Gaudí

IMMA MUÑOZ

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La sala está oscura, y una voz atronadora reprende a un niño indefenso que tiene sobre todo hambre, pero también miedo. Impresiona. Mucho. Impresiona a los mayores, así que imaginaos a esos niños acostumbrados a ser el centro de la vida de esos mayores que estamos impresionados.

A lo largo de una hora van a enfrentarse a situaciones que difícilmente (y afortunadamente) conocerán desde un lugar distinto de una platea y, qué queréis que os diga, el baño de realidad parece más que recomendable, y una excelente ocasión para, ya en casa, hablar de cómo, en el pasado y también hoy en demasiados lugares del mundo, hay niños que no lo tienen tan fácil como la mayoría de los nuestros.

Charles Dickens ya se propuso, cuando en 1837 empezó a publicar 'Oliver Twist' por entregas, remover conciencias poniendo el foco sobre algunas anomalías (como el trabajo infantil, la crueldad con los pequeños, los más débiles de la cadena, o su utilización para delinquir) que en la Inglaterra de aquel momento, y en todo el mundo, de hecho, se aceptaban con total naturalidad.

En la adaptación que hace del texto la compañía Magatzem d'Ars se percibe esa dureza, sí (y la prueba es que a alguna niña de 5 años la oscuridad física y moral le encogió el alma y pidió protección paterna), pero también brilla la esperanza ante la fuerza de la camaradería, la ilusión y la solidaridad (y la prueba es que otra niña, de la misma edad, aunque se indignó con los abusos, disfrutó con las aventuras del par de pícaros y las excelentes canciones del montaje).

El reparto del musical, dirigido por Albert Pueyo, está encabezado por Xènia Nogué, que interpreta a Oliver, y lo completan Arnau Armengol, en el papel de Fagin (el viejo avaro que obliga a delinquir a los niños); Ivette Novell, como Dodger, el amigo de Oliver, y Jordi Fornieles, Mr. Brownlow, el hombre que rescata a Oliver y demuestra, a la sociedad de la época y a nuestros niños con el alma en vilo en la platea, que todo el mundo merece una segunda oportunidad.