OPERACIÓN MILITAR EN TERRITORIO SIRIO

Israel reitera que no dejará llegar armas a Hizbulá desde Siria

El presidente sirio, Bashar el Asad, aliado de Hizbulá, que le apoya en la guerra civil frente a los rebeldes.

El presidente sirio, Bashar el Asad, aliado de Hizbulá, que le apoya en la guerra civil frente a los rebeldes.

ANA ALBA / JERUSALÉN

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A plena luz del día, el domingo pasado, cazas israelís violaron el espacio aéreo sirio y llegaron casi a las puertas de Damasco, donde bombardearon varias veces. Hasta 10 explosiones oyeron testimonios de la zona citados por medios de comunicación locales.

Siria apunta a los vecinos israelís. El Gobierno de Binyamin Netanyahu no confirma que los autores de estos ataques en el área de Dima fueran aviones suyos, pero tampoco lo desmiente. Y las palabras de este lunes del ministro de Inteligencia israelí, Yuval Steinitz, a la Radio de Israel dejaron pocas dudas. «Seguimos una firme política de prevenir cualquier posible traspaso de armas sofisticadas a organizaciones terroristas», dijo, en clara referencia al movimiento chií libanés Hizbulá.

En Nueva York, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, afirmó que los cascos azules en el Golán habían detectado el domingo dos aviones cruzando de Israel a Siria.

Según informaciones de medios sirios y libaneses, la fuerza aérea de Israel bombardeó dos hangares del Ejército sirio y unas instalaciones militares cercanas al aeropuerto internacional de Damasco.

MISILES O 'DRONES'

Fuentes citadas por medios de comunicación sirios indicaron que el objetivo de las bombas era un cargamento de sistemas de misiles iranís que Hizbulá había recibido de Teherán vía Siria y pretendía enviar al Líbano. Otras informaciones señalaron que la carga eran misiles rusos que Irán había entregado a Hizbulá en Siria y que tenían como destino el Líbano. Una tercera versión indicaba que el contenido del cargamento eran 'drones' (aviones no tripulados) iranís.

Medios sirios señalaron que los aviones israelís que lanzaron el ataque eran entre seis y ocho y que sobrevolaron también las ciudades de Deraa y Quneitra (muy cerca de la frontera entre Siria e Israel).

Las autoridades sirias denunciaron que los ataques habían causado daños a unas instalaciones militares, pero aseguraron que no habían producido víctimas. No obstante, el canal de televisión Al Arabiya informó ayer de que dos miembros de Hizbulá habían muerto en los bombardeos.

El régimen del presidente sirio, Bashar el Asad, y el de Teherán condenaron este lunes los ataques aéreos y los calificaron de «acto de agresión» que demuestra que «Israel está en la misma trinchera que los grupos extremistas» que luchan contra el Gobierno sirio. Rusia protestó ayer por los bombardeos y pidió explicaciones a Israel. En una carta a la ONU, el Kremlin se quejó de la «actitud agresiva» de Israel. «Moscú está profundamente preocupado por estos acontecimientos peligrosos», afirmó el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexander Lukashevich.

Siria también protestó ante la ONU por los ataques y solicitó que el Consejo de Seguridad «condene de forma severa el ataque israelí e imponga sanciones a Israel por apoyar a organizaciones terroristas».

No es la primera vez desde el inicio de la guerra civil en Siria que Israel, que alega que no permitirá el envío de armas a Hizbulá, bombardea en territorio sirio.