GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

El Estado Islámico, acorralado en sus feudos de Irak y Siria

Una humareda se aprecia detrás de la base de la histórica mezquita destruida en Mosul.

Una humareda se aprecia detrás de la base de la histórica mezquita destruida en Mosul. / AFP / FADEL SENNA

ANA ALBA / JERUSALÉN

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El verano del 2014, el líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Bagdadi, proclamó la creación de un califato en el territorio que controlaba en Siria e Irak. El anuncio lo llevó a cabo en la Gran Mezquita de Al Nuri, en la ciudad iraquí de Mosul. El templo, de 850 años de antigüedad, fue destruido por los yihadistas la semana pasada.

Tres años después, el EI está a punto de perder el control de Mosul, su gran bastión en Irak, frente a las tropas del Gobierno de Bagdad, y Al Bagdadi habría muerto en un bombardeo ruso sobre la ciudad siria de Raqa, según Moscú y Teherán, aunque EEUU insiste en que no dispone de información que confirme su muerte.

Los yihadistas están acorralados en Raqa por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), integradas por combatientes kurdos y árabes y apoyadas por la coalición internacional contra el EI.

TERRITORIO COMO BÉLGICA

Este grupo ha perdido el 60% del territorio que englobaba su califato en 2015 y el 80% de sus ingresos, según expertos de IHS Markit, empresa de asesoramiento que cuenta con expertos en Oriente Proximo.

En enero del 2015, el EI tenía en sus manos 90.800 km2 de tierra siria e iraquí y ahora controla 36.200 km2. Sigue ocupando una extensión de territorio semejante al de Bélgica, según el IHS Markit.

“Tres años después de que se declarara el 'califato' es evidente que el proyecto de Gobierno del grupo ha fracasado”, opina Columb Strack, analista del IHS Markit.

En Irak, las fuerzas gubernamentales, con el apoyo de milicias chiís respaldadas por Irán, aseguran que la reconquista total de Mosul es inminente. Hoy han llegado a las ruinas de la mezquita y han atacado el reducto del EI en la ciudad vieja de la localidad. El primer ministro iraquí, Hailer al Abadi, declaró ayer el final del califato del EI, al que llamó “estado de falsedad”.

Las últimas batallas en Mosul se esperan duras y las fuerzas iraquís aseguran que los yihadistas se esconden entre los civiles y los utilizan como escudos humanos. Unas 900.000 personas han resultado desplazadas, la mitad de la población original de Mosul, y miles han muerto.

BLOQUEO DE RUTAS

En Siria, las FDS han avanzado y están combatiendo contra los yihadistas en los barrios periféricos de Raqa. La oenegé Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) ha informado de que las FDS “han tomado el control de una región al sur del río Éufrates y han cortado así la última ruta que el EI podía utilizar para retirarse de Raqa”.

Las FDS controlan ya los flancos norte, este y oeste de Raqa, pero no el sur, aunque, según el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, “han podido rodear completamente Raqa”. No obstante, Abdel Rahman ha advertido que “incluso asediados, los yihadistas son capaces de llevar a cabo operaciones”.

Según el general británico Rupert Jones, uno de los máximos responsables de la coalición internacional, unos 2.500 yihadistas combaten dentro de Raqa, donde se calcula que están atrapados unos 100.000 civiles.

PÉRDIDAS ECONÓMICAS

Las pérdidas de los yihadistas son también monetarias. Sus arcas ya no están llenas como antaño. Según el IHS Markit, los ingresos mensuales del EI han pasado de 81 millones de dólares a mediados del 2015 a 16 millones ahora, lo que significa una reducción del 80%.

El grupo ha visto caer en picado sus ingresos por producción y contrabando de petróleo, por impuestos, confiscación de propiedades y otras actividades ilegales.

“Las pérdidas territoriales son el principal factor del descenso de ingresos del EI. Perder el control de Mosul, con mucha población, y de las zonas ricas en crudo en las provincias sirias de Raqa y Homs ha tenido un impacto significativo en la capacidad del grupo de generar ingresos”, indica el analista Ludovico Carlino.