La desaparición de 43 alumnos incendia el estado de Guerrero

El humo persiste sobre el estado mexicano de Guerrero, casi 20 días después de la desaparición de 43 alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Ante la lentitud de las investigaciones para confirmar si sus cuerpos son los calcinados en nueve fosas de Iguala, cientos de familiares, estudiantes y profesores han mostrado este martes su exasperación con un ataque directo a las sedes del poder. Tras largos sitios y choques con policía y funcionarios, los manifestantes tomaron, destrozaron e incendiaron el palacio de Gobierno, el Congreso estatal y el Ayuntamiento de la capital guerrerense, Chilpancingo.

Los estudiantes y familiares rodearon y cerraron el palacio de Gobierno con cadenas y barricadas hechas con carritos de supermercado. Su exigencia era hablar con el gobernador, Ángel Aguirre, quien no se hallaba allí, sino en alguna entrevista televisiva con las que trata de salir de la cuerda floja en la que se mece desde que policías y sicarios atacaron y mataron a los estudiantes aquella noche del 26 de septiembre.

Todos los empleados quedaron encerrados durante horas, asustados por las pedradas que destruían las ventanas y los cohetes que lanzaban los manifestantes, quienes incendiaron algunos vehículos y repelieron todo asedio policial. Cinco horas después, cuando los funcionarios pudieron salir en medio de peleas, los estudiantes penetraron en el palacio, destruyeron cuanto hallaron a su paso y prendieron fuego.

Otros grupos de manifestantes se enfrentaron a la policía frente al Congreso, cerca de la fiscalía general y en la plaza central de Chilpancingo, donde atacaron el palacio municipal, rompieron vidrieras, saquearon oficinas y quemaron archivos. En Michoacán, grupos de estudiantes de magisterio secuestraron buses con intención de llegar a Guerrero, mientras miles de universitarios iniciaban en la ciudad de México una huelga que culminarán este miércoles con una manifestación nocturna.