"El 11-S desapareció el sentido de infalibilidad"

Caitlin Caven, ante la fuente memorial de Tompkins Square, en Nueva York.

Caitlin Caven, ante la fuente memorial de Tompkins Square, en Nueva York.

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Para Caitlin Caven, «el

11-S desapareció el sentido de infalibilidad», ese con el que creció 15 años hasta llegar al instituto de Austin (Tejas) donde los atentados parecieron algo «desafortunado» pero «remoto».

«Recuerdo sentirme confundida, sin saber como reaccionar, cómo integrar lo sucedido en mi vida», reflexiona la ahora graduada en Antropología en una terraza de Nueva York, su ciudad desde el 2008.

«Había miedo y confusión, pero no era a una cosa concreta. Era más una idea de que el mundo se había vuelto loco, de que nada parecía funcionar. Aunque a los 15 años tu mundo es muy pequeño y yo no había pensado en qué significa ser estadounidense, nos hizo pensar que habíamos tomado como una realidad inalterable que, al vivir en EEUU, teníamos ciertos privilegios».

Si busca una cicatriz personal del 11-S, apunta a cierto pesimismo, a «la sensación de que las cosas pueden ir mal en cualquier momento», pero le molesta más «el pisoteo absoluto de muchas libertades que siguió al 11-S» o «el hecho de que se asumen ya casi con normalidad pequeñas injusticias». También le resulta «difícil procesar que cuando los recursos y las infraestructuras aquí en casa se están haciendo pedazos tantos recursos vayan a las guerras», conflictos que siente algo lejanos. «No puedo decirte ni cuánto llevamos en guerra», admite algo avergonzada.

Caven no se siente más segura. Tampoco vive con miedo al terrorismo. «Asusta más la profunda división, la inestabilidad constante, el extremismo que ha surgido en este país, que no podamos comunicarnos unos con otros».

En sus tres años en Nueva York, nunca ha visitado la zona cero. «Tampoco la Estatua de la Libertad. Prefiero -dice- ir a sitios donde se puede tener una conversación».