LA JORNADA DE LIGA

Messi rinde al Calderón

La estrella argentina decide con su gol número 41 un partido en el que monopolizó el despliegue ofensivo azulgrana (0-1)

Godín se encara con Neymar ante Undiano Mallenco mientras Messi intenta poner paz.

Godín se encara con Neymar ante Undiano Mallenco mientras Messi intenta poner paz. / periodico

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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Messi echó el cierre en el Calderón, que acabó rendido a la excelencia de la estrella argentina, protagonista indiscutible de un epílogo liguero que el Atlético no pudo enturbiar. El partido y el campeonato lo decidió Leo en una maniobra indescifrable para la defensa madrileña tras la que las muestras de ánimo de la parroquia local para su equipo se mezclaron y confundieron con inequívocas señales de complacencia de los aficionados locales, ya que el 41º tanto en la competición liguera de La Pulga dejaba neutralizada la posibilidad de que un triunfo madridista en Cornellà alargase hasta la última jornada el desenlace liguero. Al final, algunos gritos de «Juve, Juve» fueron acallados por el homenaje generalizado del estadio colchonero.

Dio la vuelta de honor el Barça después de habérselo tomado sin ninguna prisa en el estadio colchonero, donde la temporada pasada no fue capaz de ganar ninguno de los tres partidos que jugó, pero que ya había colonizado en esta en el partido de vuelta de los cuartos de final de Copa. Esta vez no era cuestión de acelerar antes de tiempo en busca de un título que tenía todas las trazas de caer por su propio peso.

ARREÓN LOCAL

Se lo tomó con tranquilidad el equipo azulgrana y también en un primer momento el Atlético, no muy dispuesto en principio a que el partido se volviera loco a las primeras de cambio porque era consciente de que en ese escenario tenía mucho más que perder que ganar ante un contrario en estado de gracia en los últimos tiempos. No tardó el cuadro madrileño, sin embargo, en meter un primer arreón que obligó al cuadro barcelonista a tomar conciencia de que la pose de su rival podía llevarle a engaño. Bravo reaccionó de manera extraordinaria (m. 7) para desviar un buen cabezazo del central Giménez en el primer palo tras un córner sacado por Koke y Messi decidió entonces que había llegado la hora de pisar el acelerador. Ya no dejó de hacerlo en todo el encuentro, hasta el punto de casi monopolizar el despliegue ofensivo del equipo de Luis Enrique.

Con Pedro en lugar del renqueante Luis Suárez, que sin duda hubiese sido de la partida en circunstancias más apuradas, el argentino volvió a partir desde la derecha pero encadenó amenazas desestabilizadoras para la zaga rojiblanca cuando se metió hacia adentro y tomó el centro del ataque. Oblak detuvo sin problemas su primer tiro y también un cómodo cabezazo a pase de Alves del argentino, que un poco más tarde disparó alto tras una buena combinación entre Pedro y Neymar.

MARCHA ATRÁS

Desactivó el Barça con el balón al Atlético, que mediada la primera parte tuvo que dar marcha atrás, forzado a replegarse aún más de lo previsto, y acabó el primer tiempo sin volver a pisar el área azulgrana. El marcador no se movió antes del descanso porque Messi tiró al larguero en una falta a Alves que Undiano sacó del área, Pedro molestó a Rakitic en su intento de chilena cuando el croata llegaba para rematar un pase de brasileño y Oblak desvió al lateral un gran disparo.

El Atlético tuvo a la vuelta su ocasión a balón parado, pero el balón cabeceado por Godín en un córner se marchó alto. Fue minutos antes de que desde la grada llegaran los ecos del primer gol de Ronaldo al Espanyol, resonancia que sin duda le llegó también a Messi. La maravilla argentina no tardó en volver a coger las riendas del choque para ponerlo a sus pies y rendir al conjunto rojiblanco. Volvió a aparecer en el centro del área para recoger la pelota metida por Alba, combinar en una pared con Pedro y mandarla lejos del alcance de Oblak con la zurda antes de que los tres defensas que le rodeaban le aprisionaran (m. 66). Poco después dirigió una contra con pinta de letal que Neymar dejó en nada con un mal remate y cerca del final obligó a lucirse a Oblak en una falta, después de que Bravo hiciera lo propio en un disparo de Siqueira.