LA SITUACIÓN AZULGRANA

Luis Suárez, el '9' de oro

El delantero azulgrana recibe la Bota de máximo goleador europeo y proclama estar preparado para debutar en el Bernabéu

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Besó, y con extremada delicadeza, esa bota recubierta de oro. Esa bota que conquistó siendo el 'nueve' del LiverpoolAnfield enloquecía con ese uruguayo de sangre caliente que le hizo soñar con gestas que parecían utópicas. Pero Luis Suárez, el nuevo dueño de tan preciado botín, compartido eso sí con Cristiano Ronaldo (31 goles firmaron ambos la pasada temporada, el uruguayo no tiró penaltis; el portugués, sí), no dejaba de mirar tanto oro al tiempo que pensaba en lo que le viene por delante. Miraba casi más al Bernabéu que a la bota.

Habló Kenny Dalglish, una vieja leyenda 'red', el técnico que le abrió la puerta del santuario del Liverpool, con admiración de un delantero singular. De un 'nueve' de oro. De un 'nueve' que no ha tenido, tal vez, el Barça desde que apareció el rebelde Hristo Stoichkov para sacudir las estructuras del 'dream team' de Johan Cruyff, el origen del 'Bing-Bang' del Barça. También Suárez, cuatro meses después de lo que se quería en el Camp Nou debido a la sanción de la FIFA, llega con una Bota de Oro bajo el brazo. Como Hristo en 1990. "No hay quien lo pare, es una gozada verle jugar. Ha sido un futbolista maravilloso en Holanda y en Inglaterra. Si hay algún problema aquí, que nos lo dejen cedido un año al Liverpool", bromeó Dalglish antes de depositar con suavidad ese deseado premio, el paraíso de cualquier goleador, en las manos de un emocionado Suárez. Con Sofía Balbi, su mujer, disfrutando del éxito en primera fila. Esa rubia uruguaya de la que se enamoró cuando ambos eran quinceañeros.

"Te echamos de menos"

Siguiendo a Sofía, que se estableció con sus padres en Castelldefels, recorrió media Europa (Holanda con el Groningen y el Ajax, e Inglaterra, con el Liverpool) antes de encontrarse al pie del Mediterráneo. "Eres un jugador mágico, te echamos mucho de menos", le dijo Steven Gerrard, el capitán del Liverpool, en un vídeo disculpando no poder estar en Barcelona para acompañar al 'nueve' que agitó Anfield con esos goles explosivos por los que el Barça ha pagado 81 millones de euros, convirtiéndole en el segundo fichaje más caro de la historia tras Neymar, claro.

Goles de todo tipo y condición: con la pierna derecha, con la izquierda, con la cabeza... A un toque, a dos toque, dentro del área, fuera... Se fue Suárez, Anfield sigue cantando que nunca caminarán solos, pero el Liverpool vive instalado en la miseria: en siete jornadas ya ve al Chelsea, el líder de la Premier, a nueve puntos.

En manos de Luis Enrique

El 'nueve' de oro, en cambio, ha llegado a la tierra prometida. "Estoy donde siempre he querido estar", confesó después de besar, y no ante un auditorio lleno de gente (estaba el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, entre otras personalidades), esa Bota de Oro que tanto persiguió. "Quiero agradecer a mi mujer, a mis hijos, a todos los que me ayudaron. Estoy cumpliendo un sueño. Es un orgullo compartir el premio con jugadores importantes a nivel mundial", contó Suárez, que evitó cuidadosamente citar a Cristiano. En Barcelona recibió él la Bota. En Madrid, a inicios de noviembre, la recibirá el portugués.

"Sería lindo debutar en el Bernabéu, sería algo especial", recalcó el delantero uruguayo que se ve ya con el nueve azulgrana a la espalda cabalgando por la pradera de Chamartín. Depende, obviamente, de lo que piense Luis Enrique. Pero Suárez lleva cuatro meses preparando este partido y el destino, le ha permitido esa puerta inusual. Debutar con el Barça y en un clásico. Y en Madrid. "Estoy al cien por cien físicamente. Si me hubieras preguntado hace una semana, te habría dicho que era sí, pero era que no".

Ahora dice que es sí. Y es que sí, no por sus dos goles a Omán, sino porque siente que la angustiosa espera sin fútbol ("ya queda poco, ya queda poco...he sido paciente") le permite llegar el sábado 25 al partido que soñó cuando Sofía se vino a la orilla de Barcelona a vivir.