Fiesta fuera de casa

Es pisar Riazor y la historia se repite. Acaba el partido (0-4) y allí está Messi, con el balón bajo el brazo o botándolo cual niño en el patio de la escuela. Señal de que el argentino ha metido tres goles. Como este domingo, o como hace tres temporadas, en la última visita del mejor jugador del mundo al estadio deportivista, que también acabó con un triple suyo aunque con un marcador mucho más emocionante en un partido de locos (4-5).

No fue el caso es esta vez porque el Depor ya no es el Depor de entonces. Tampoco el Barça es el mismo, por más que se siga buscando y a veces salga con una copia parecida, pero quien no ha cambiado es Messi, que se topó con una de sus víctimas predilectas. Nada menos que 12 tantos le he metido Leo al equipo gallego en las 10 ocasiones que lo ha tenido como rival. Quizá por eso los seguidores deportivistas ya llegaron medio resignados al estadio conscientes de ver una nueva fiesta messiánica. Y la sufrieron.

Rendidos a la magia de Leo

A los 10 minutos ya había metido el primero de un portentoso cabezazo; sobre la media hora llegó el segundo, picando suavemente la pelota ante la salida de Fabricio, y remató el trabajo en el segundo tiempo con su descomunal rosca con la zurda. "El Barça te impone un ritmo muy alto y, además, tiene a Messi... Si además la estrella se pone las pilas...", se lamentaba Víctor Fernández, entrenador del Depor, rendido a la magia del cuatro veces Balón de Oro. "Creo que Leo ha estado durante lo que llevamos de temporada a un nivel altísimo, de crack, como está catalogado... No he visto que bajara ese nivel", dijo Luis Enrique.

"Lleva años demostrando su calidad, siempre resuelve los partidos", agregó Bravo. Es la fortuna de contar con un jugador irrepetible, puede que el mejor de todos los tiempos, un tipo reservado que ni grita como un cavernícola cuando recoge premios, ni se pavonea cuando marca, ni se queja cuando le atizan, cosa que sucede a menudo.

Así es Messi, nada que ver con Cristiano Ronaldo, que terminó contento en Getafe a la hora del almuerzo pero se metió cabreado en la cama por el nuevo triple del argentino, el 30º que consigue como azulgrana: 22 en la Liga, 2 en la Copa, 5 en la Champions y 1 en la Supercopa.

La diferencia en 11 metros

Por ahora, la alegría del portugués es que sigue comandando la clasificación de goleadores, con 28 tantos por 19 de Messi. Sin embargo, hay un detalle que tiene con la mosca tras la oreja a los culés: Cristiano lleva ocho goles de penalti por ninguno de Leo. No se trata ya de la ventaja que esto le concede a nivel personal, sino de los puntos que ha sumado el Madrid con los lanzamientos desde los 11 metros. Una curiosidad: el Barça solo contabiliza un penalti en lo que va de Liga. Lo tiro Leo, claro (ante el Levante en el Ciutat de València), pero falló. Algo nada extraño ya que 'la Pulga' ha errado hasta en 11 ocasiones desde esa distancia. Una anomalía para un tipo infalible.

Otro detalle distancia también a Messi de Ronaldo. Y es que el argentino destaca como  (nueve asistencias lleva en la Liga), en una faceta que ha suele explotar cuanto más retrasa su posición. A Ronaldo, en cambio, poco se le ve con distribuidor. Por ahora lleva unas cifras de récord y ya ha avisado a Leo de que piensa superarle con Balones de Oro. Se lo dijo abiertamente para luego lanzar su grito desmesurado. Leo ni se inmutó. Él tiene cuatro.