LA JORNADA DE LIGA

Messi sale de paseo en Riazor

La estrella azulgrana anota un triple en una notable actuación del Barca que apabulló a un Deportivo muy defensivo (0-4)

JOAN DOMÈNECH / A CORUÑA

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Messi no marcaba fuera de casa desde octubre. Desde que está bajo el foco de la atención, al regreso de Anoeta, ha potenciado su papel estelar para negar cualquier indicio de que no esté motivado o peleado con el entrenador. Si hacía falta rubricarlo tras el triunfo sobre el Atlético, lo refrendó pronto en Riazor. En media hora marcó dos goles y liquidó el partido (0-4) ante un Depor que ya encajó ocho ante el Madrid, lo que prueba su distancia sideral respecto a los grandes. Sí, el viejo Depor juega en otra Liga.

Su lugar lo ocupa el Atlético, que vuelve el miércoles al Camp Nou en la Copa, y confirmará si el Barça ha empezado el año como Dios manda. El de este domingo era el mismo que batió a los rojiblancos y despachó al cuadro gallego sin despeinarse. Lo encerró en su parcela y lo maltrató ante los suyos. Entre la actitud azulgrana y la pobreza de espíritu (y de fútbol, sobre todo) del Depor, no hubo color. Solo algún despiste barcelonista podía abrir el partido. Hubo un par, pero los locales remataron desviado.

Messi nunca tira desviado. Siempre va enfilado y abrió el catalogo. Eligió para empezar un cabezazo majestuoso, perfectamente dibujado en el aire tal que hubiera regresado a la final de Roma del 2009. Entonces fue Xavi quien le colocó un maravilloso centro; lesionado el cerebro, fue su sustituto Rakitic, quien lanzó una parábola preciosa. A Messi le dio por seguir en una imaginaria Champions --real, porque sucedió-- y rescató otro de sus emblemáticos goles repitiendo ante Fabricio el mismo sombrero que le hizo a Almunia en un Barça-Arsenal en marzo del 2011. Años de títulos europeos. ¿Una señal, acaso?

El mismo equipo

Ya se verá. Mandan los hechos, más que las señales, pero el Barça aúna resultados y sensaciones. En el examen continuo al que está sometido, va encadenando excelentes notas desde que quemó los excesos navideños en San Sebastián. Tal vez ayude la estabilidad que ha adquirido el equipo.

Luis Enrique repitió alineación por primera vez. La que presentó el último domingo ante el Atlético, un once completamente distinto del que se llevó a Elche. La excelente respuesta que dio aquella formación ante los rojiblancos se repitió ante los blanquiazules, mucho peor rival. Debió ser deprimente para la hinchada de Riazor, que al menos en la última visita del Barça hace dos años disfrutó con un apoteósico 4-5. Solo Messi estuvo a la altura con sus tres golesNeymar fue gaseoso y Luis Suárez, especialmente desafortunado, todavía no ha marcado lejos del Camp Nou, y ya va siendo hora.

El Depor, mareado

La eficiencia delante va unida a la eficacia atrás, aunque el choque no permita elevar las conclusiones a la categoría de tesis por la flojedad del rival. Si hubo más juego por parte azulgrana se debió a la renuncia absoluta del Deportivo a la pelota. Ahí cavó su fosa. Dejó hacer ante los Rakitic, Busquets Iniesta y acabó mareado de tanto ver pasar el balón de lado a lado.

El primer gol de Messi aligeró de carga a los forasteros, que solo podían complicarse la vida si se despistaban. Nunca lo hicieron, escamados de anteriores experiencias. Tampoco pueden regalarse alegrías por la presión que supone ir por detrás del Madrid, y solo concedieron una ocasión. Bravo sacó una gran mano en un remate muy forzado de Domínguez en pleno forcejeo con Mascherano. El pobre Oriol Riera no tuvo ni una triste pelota decente.

Sin sonrisas

Ni una sonrisa se vio en las caras azulgranas salvo en los goles, algo revelador cuando la temporada se pone seria. Resuelto el partido en la primera hora, Luis Enrique retiró a Busquets e Iniesta, en un claro síntoma de que los reservaba para el miércoles. Luego retiró a Neymar, otra pieza que será fundamental mientras Messi, al que se vio otra vez en el área de Bravo un par de veces, intentaba ampliar su cuenta tras anotar el tercero en una jugada de Juan Palomo: sacó el córner y lo remató, aunque el balón pasó brevemente por las botas de Rakitic.

Ni una sonrisa se vio salvo en las celebraciones, un signo de que el equipo se ha concienciado de lo mucho que se juega. Bartra fue el mejor ejemplo. El central corrigió un par de titubeos atrás y se jugó el tobillo frente a Sidnei, protagonista involuntario del último gol, cuando Mascherano se adelantó para ejercer de mediocentro. Una breve etapa de pruebas completada con Rakitic jugando por la izquierda, cuando el paseo ya tocaba a su fin.

Ficha técnica:

0 - Deportivo: Fabricio; Juanfran, Sidnei, Lopo, Luisinho; Álex Bergantiños, Juan Domínguez, Medunjanin (Lucas Pérez, min.78); Cuenca, Cavaleiro (José Rodríguez, min.46); y Oriol Riera (Toché, min.63).

4 - Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Rakitic, Mascherano, Jordi Alba; Busquets (Bartra, min.66), Rakitic, Iniesta (Rafinha, min.66); Luis Suárez, Messi y Neymar (Pedro, min.70).

Goles: 0-1, min.10: Messi. 0-2, min.33: Messi. 0-3, min.62: Messi. 0-4, min.83: Sidnei, en propia meta.

Árbitro: Martínez Munuera, del colegio valenciano. Mostró amarilla a Riera (min.59) y Toché (min.64), por parte del Deportivo; y a Bartra (min.68) y Alves (min.78), por el Barcelona.

Incidencias: Partido de la 19ª jornada de la Liga disputado en Riazor ante 25.173 espectadores. Antes del partido, se guardó un minuto de silencio por Andrés García Yáñez, expresidente del Deportivo; y José Calvete, exjugador del conjunto coruñés.