Croacia y la República Checa empatan entre vándalos, bengalas y petardos

Croacia se empeñó en complacer el deseo de los que pedían un empate con La República Checa para favorecer los planes de ‘la Roja’ de terminar la primera fase como líder de grupo. El próximo rival del combinado español estuvo en el cielo y bajó de golpe al infierno. Dominó el partido durante una hora y se disparó en el marcador con dos tantos, uno de Perisic y otro del azulgrana Rakitic. Luego, la complacencia y la salida del campo de Modric dio un giro radical a un choque en el que se lanzaron varias bengalas desde una parte de la grada croata. Eso y la explosión de un petardo junto a un empleado que intentaba retirar los artefactos pirotécnicos llevó al árbitro a suspender el encuentro durante unos minutos.

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Decía Ante Cacic, seleccionador croata, que su equipo puede ganar a cualquiera. No contaba, sin embargo, con la fuga de sus jugadores después de dejar clara la diferencia de calidad con un rival que aprovechó la desbandada croata para igualar un choque ante la sorpresa general. El dominio croata tardó 38 minutos en hacer efecto. Perisic, máximo goleador en la fase de clasificación de Croacia, culminó una arrancada desde medio campo con un recorte a un defensa y un fuerte disparo con la izquierda (m. 38).

REACCIÓN CHECA

El combinado checo buscó la reacción tras el descanso. Rosicky tiraba de su equipo, pero otro error defensivo permitía a Rakitic levantar el balón ante la salida de Cech. Tras el gol del jugador del Barcelona (m. 60) llegó la salida del campo de Modric y el desplome de Croacia.

Un centro de Rosicky lo cabeceó Skoda para acortar distancias (m. 77) y poner de los nervios al combinado de Cacic. Brozovic pudo cerrar el encuentro con un disparo que desvió un defensa checo justo antes de que la barbarie hiciera acto de aparición con la caída masiva de bengalas desde la grada croata.

Cuando los empleados intentaban apagarlas, un petardo cayó junto a uno de ellos por lo que el colegiado inglés Mark Clattenburg decidió parar el partido. Pasados unos minutos y, tras el desalojo de parte de la grada croata, el choque se reanudó. Una absurda mano de Vida dentro del área sirvió para que Necid lograra la igualada al transformar el penalti. La cara de los jugadores croatas era de total incredulidad. También la de su rival, que se había visto encarando la puerta de salida y que observaba cómo los jugadores rivales pedían la hora de manera desesperada.            

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