REFORMA DEL RECINTO JUDICIAL DE LLUÍS COMPANYS

El Palau de Justícia recupera la luz con la restaurada claraboya

El restaurado vitral que corona el Palau de Justícia de Barcelona.

El restaurado vitral que corona el Palau de Justícia de Barcelona.

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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El Palau de Justícia vuelve a lucir su centenaria claraboya tras su restauración. Los operarios acabaron a finales de julio de colocarla sobre el gran vestíbulo de entrada del edificio del paseo de LLuís Companys. El taller de vidrieros J. M. Bonet, fundado en 1923 y que ha trabajado en la Sagrada Família y en la catedral de La Seu d’Urgell, ha devuelto la luminosidad a esta espectacular estructura en forma de semicírculo de 13 metros de largo y nueve de ancho. Esta es una de las labores de la primera fase de reforma de la actual sede del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya y de la Audiencia de Barcelona .

La restauración del Palau de Justícia empezó por uno de los espacios más singulares: el vestíbulo de la entrada. En este espacio hay dos elementos arquitectónicos destacables: la gran escalera que conduce al denominado salón de los pasos perdidos del primer piso y la claraboya que permite la iluminación del recinto a través de unas vidrieras multicolores que dibujan, entre otras figuras, flores y el escudo de la capital catalana. Esta estructura está compuesta por 93 vitrales emplomados con vidrios de diferente textura, esmaltes y grabados al ácido con diversos tintes, unas características que convierten esta pieza en un elemento de especial valor artístico.

El primer siglo de vida del recinto judicial ha ido deteriorando la claraboya construida en 1908 por el taller artesanal de Rigalt i Granell, autor también de la lámpara del Palau de la Música Catalana. En la parte exterior se había formado una espesa capa de polvo, lo que dejaba pasar solo una tenue luz, y en la interior había suciedad y manchas de aceite. Algunos vidrios estaban muy deteriorados o rotos y existía riesgo de desprendimiento.

TRABAJO ARTESANAL / Las tareas de restauración de la sede judicial empezaron en febrero. Los empleados del taller Bonet fotografiaron primero todos los rincones de la vidriera. Luego desmontaron y numeraron los 250 plafones, de aproximadamente un metro cuadrado, que conforman la claraboya. «Durante 100 años no se había hecho nada para conservarla», explica Xavier Bonet, que dirige el taller, adonde fueron trasladadas todas las piezas . «Es la claraboya más importante que hay en Catalunya», precisa este especialista, que heredó el negocio de su padre.

Su trabajo ha sido artesanal. Los técnicos han conservado el máximo de piezas originales, pero algunas se han tenido que fabricar de nuevo y, para ello, se ha utilizado la misma técnica que emplearon los creadores de la claraboya. Muchos plafones han tenido que ser emplomados otra vez y se han ido cambiando o limpiando las piezas. «Ha sido una tarea laboriosa», dice Bonet. Encima de la claraboya se ha instalado un protector de policarbonato de 25 metros de ancho.

El director general de Infraestructuras de la Conselleria de Justícia, Joan Josep Isern, explica que en esta primera fase de la remodelación, adjudicada a Contratas y Obras, también se ha modificado la escalera del vestíbulo y se han recuperado las pinturas y los estucados laterales, y el rosetón de la puerta de entrada. También se ha instalado un mecanismo electrónico para que funcione un reloj instalado a varios metros de altura que estaba parado porque era difícil acceder a él. Este mes se trabaja y la previsión es que esta fase esté acabada en septiembre.