Colau censura la "política de bloques" en la batalla por Barcelona

Han pasado tres años exactos desde que Ada Colau recibiera la llamada de Xavier Trias. "El todavía alcalde la felicitaba por haber ganado las elecciones municipales, y ella, que no se lo terminaba de creer, cogía aire para intentar asumir lo que le venía por delante". Este jueves ha echado la mirada hacia atrás para versar también sobre lo que está por venir. Lanzando básicamente un mensaje: la ciudad está por encima del debate nacional. Porque aquí, en Barcelona ya tenemos suficientes problemas, como "el narcotráfico en Ciutat Vella, los precios abusivos del alquiler y la financiación del transporte público".

La alcaldesa ha celebrado su tercer aniversario político con una conferencia en el Fòrum Europa Tribuna Catalunya, en el céntrico y pudiente Hotel Palace de la Gran Via. Por la tarde, ha explicado, habrá un acto más acorde con Barcelona en Comú, en la calle. Le ha presentado el catedrático de Economía Antón Costas, que ha compartido una simpática anécdota de cuando 15 años atrás, en el proceso participativo para redactar el libro blanco sobre la vivienda en la ciudad (un envenenado encargo de Joan Clos) se encontró con una joven "de una cierta insolencia" en la que intuyó algo distinto. Lo ha dicho con cariño, pues también se ha acordado de que a pocos días de la victoria de los 'comuns', a finales de mayo del 2015, cuando presidía un Circulo de Economía en el que no debían quedar uñas por comer, le dijo a los suyos que presenciaba el cambio "con una cierta ilusión". 

Los 'hits' de los 'comuns'

Las palabras de Colau no han sido la revolución que significó su llegada al poder. Ha asegurado que ha cumplido el 70% de su programa electoral, enarbolando proyectos como el adiós de la cárcel Modelocárcel Modelo, la llegada del metro a la Marina, la normativa de terrazas, las obras de Glòries y la Sagrera o el Espai Barça. Curioso que no haya citado los carriles bici, aunque quizás no haya sido ningún olvido. Tambiémn ha asumido algunos fiascos, como la funeraria municipal, el tranvía por la Diagonal o la multiconsulta, tumbados, ha sostenido, por razones puramente de estrategia política. Es por ello que ha hecho un llamamiento a los grupos de la oposición para que se centren en lo que realmente es importante, a su modo de ver, en unas elecciones municipales: la ciudad. "Lo que desvirtúa el debate es que se hable de otras cosas. La política de bloques sería muy mala para Barcelona. No hay que levantar muros, hacen falta alianzas que se produzcan en base a acuerdos de ciudad". 

Le han preguntado por Neus Munté, la ganadora de las primarias del PDeCAT, y por Manuel Valls, aspirante a liderar la lista de Ciutadans (aunque el asunto acumula ya muchos días de cuarentena). No se ha mojado en exceso, básicamente porque ni el uno ni el otro tienen asegurado ser los primeros de su lista. La 'exconsellera' porque podría perder posiciones en una hipotética lista unitaria independentista y el exprimer ministro francés, porque quién sabe si el bando contrario también plantea una fusión de fuerzas. El caso es que Colau ha preferido centrarse en realidades, en cosas palpables, para presentarse como un valor tangible. De ahí que se haya detenido en tres de sus clásicos: la vivienda, el transporte público y la contaminación.   

Riñas para todos

Esos tres asuntos le han servido para lanzar mensajes a la Generalitat y al Gobierno de Mariano Rajoy, que son los que tienen las competencias o el poder de financiación para que terminen de funcionar. Sobre la vivienda ha reclamado una nueva ley que derrumbe los contratos de tres años. No ha defendido regresar a los alquileres indefinidos "que no benefician al propietario", pero sí de un mínimo de un lustro. También ha recordado que Barcelona tiene en marcha 66 promociones de vivienda pública, una labor, ha afeado, que corresponde a la Generalitat, "que solo impulsa cuatro en toda Catalunya". Al Estado le ha reñido por "haber dejado de aportar al transporte público metropolitano cerca de 500 millones de euros. Ha añadido un cuarto punto, el narcotráfico en Ciutat Vella, apelando a "acuerdos políticos para dar una respuesta extraordinaria" y recordando que esa lucha es también una competencia de la Generalitat a través de los Mossos d'Esquadra.