REACCIONES A LA SUSPENSIÓN DE LICENCIAS

Colau desoye a la oposición y mantiene el cerrojazo hotelero en toda Barcelona

Edificio de apartamentos de lujo en el Eixample, en junio.

Edificio de apartamentos de lujo en el Eixample, en junio.

CRISTINA BUESA / BARCELONA

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Segundo revolcón del gobierno de Ada Colaugobierno Ada Colau en menos de 48 horas. El martes fue el turno de otro de los asuntos recurrentes de la ciudad, el turismo. Esta vez en forma de moratoria de alojamientos turísticosmoratoria alojamientos turísticos, la prohibición dictada por Barcelona en Comú (BC) para que se tramiten nuevos proyectos durante un año prorrogable a dos. El veto se dictó a principios de julio y ahora, dos meses y medio después, el sector exige al gobierno municipal que lo replantee. Y la oposición, mayoría en el hemiciclo, se hace eco de esa queja.

El gobierno de Colau sigue sin apoyos firmes de otros grupos. Sus 11 concejales de los 41 posibles hacen vaticinar un mandato complicado. Las negociaciones con ERC y PSC se han pospuesto hasta después del 27-S y, seguramente por esa proximidad electoral, las relaciones (públicas y privadas) están más tirantes que nunca. De hecho, lamentaban ayer fuentes gubernamentales, nunca antes se había convocado una comisión extraordinaria en plena campaña electoral. El malestar es evidente si además se tiene en cuenta que uno de los dos grupos municipales proponientes era el socialista, para más inri.

SIN ACLARAR EL FUTURO

Con la comisión del lunes, la dedicada a la venta ambulante ilegal, fue distinto y sí se pactó su celebración. No obstante, BC esquivó concreción alguna sobre el plan social que prepara para afrontar el fenómeno de los manteros. El martes, con la moratoria hotelera, el gobierno de Colau encajó estoicamente las críticas de la oposición e hizo lo mismo: no se movió un ápice de su controvertida decisión ni adelantó qué planes tiene a corto o medio plazo.

"Ha habido demasiados años de desregulación y barra libre y hace falta poner orden. La suspensión es para poder ver con tranquilidad cómo redistribuimos el impacto turístico", zanjó la cuarta teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz. De este modo la edil justificó la moratoria, a pesar de que estaba a punto de ser censurada por toda la oposición. Solo la CUP votó en contra de la propuesta, consensuada por las cinco fuerzas restantes y en la que, además de exigir la información hasta ahora negada, se reclama que se levante parcialmente el veto en aquellos barrios donde no haya saturación turística, "para no detener innecesariamente la actividad económica y la generación de ocupación", reza la fórmula.

INFORMACIÓN EN UN MES

El mismo texto aprobado da un plazo de un mes al gobierno de Colau para que entregue los estudios que analizan el impacto de la moratoria hotelera. También los informes jurídicos que expongan tanto la situación en la que quedan los posibles afectados como los derechos por las indemnizaciones que pudieran reclamar.

En este punto fue especialmente explícita la portavoz de Ciutadans, Carina Mejías, que sostuvo que hay 41 proyectos afectados y que 18 de ellos podrían pedir daños y perjuicios. La edil de Urbanismo lo negó: "No hay implicaciones jurídicas porque no es definitivo", insistió Sanz.

GRANDES Y PEQUEÑOS

Mejías y el líder del PSC Jaume Collboni subrayaron que una decisión de este tipo no solo afecta a los grandes inversores como los promotores de la torre Agbar o del hotel del Deutsche Bank sino también a infinidad de pequeños y medianos empresarios que ven cómo su proyecto ha quedado en el limbo.

Algunos de ellos siguieron ayer el debate en la misma sala de la comisión y se mostraron decepcionados del inmovilismo de BC y de las aparentemente nulas intenciones de levantar la suspensión de licencias para alojamientos turísticos. Pero la minoría en el pleno podría obligarles a tener que mover ficha.