Arden 40 coches aparcados junto al parque Güell

Los Mossos aseguran que el fuego tuvo un único foco e investigan si fue provocado o accidental

PARC GUELL

PARC GUELL / periodico

FERRAN COSCULLUELA / BARCELONA

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El fuego de los coches del parque Güell fue accidental

Los turistas que en la mañana del martes paseaban por el parque Güell tenían otro espectáculo que contemplar, muy diferente de la armoniosa arquitectura vegetal de est zona verde barcelonesa, si entraban o salían por la puerta sur del recinto.

En la calle del Coll del Portell había una cuarentena de coches incendiados. De ellos, 17 estaban totalmente carbonizados, hasta el punto que en mucho de los casos era prácticamente imposible discernir la marca del vehículo. Otros 23 turismos, situados en la acera más alejada del parque, también se habían visto afectados por las llamas, aunque en este caso no habían quedado destruidos.

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INVESTIGACIÓN

Los Mossos d’Esquadra han abierto una investigación para aclarar los hechos, pero por el momento desconocen si el fuego fue intencionado o se debió a un accidente. Todas las hipótesis están abiertas, y lo único que parece claro es que las llamas se iniciaron en un único foco y posteriormente se fueron extendiendo de coche en coche. Algunos vecinos aseguraban que la policía les había dicho que la propagación del fuego podría deberse a la pendiente de la calle, que habría facilitado que la gasolina del primer vehículo incendiado se hubiera esparcido hacia el resto de turismos. Los Bomberos de Barcelona recibieron el aviso sobre las 2.47 horas de la madrugada y enviaron seis dotaciones al lugar de los hechos, además de una ambulancia, que no tuvo que actuar porque no hubo que lamentar heridos.

José Manuel Morales es uno de los afectados, aunque, dentro de la desgracia, se puede decir que aún tuvo suerte. Este vecino de Coll del Portell utiliza dos vehículos: el suyo particular y el de la empresa. Y el que quedó totalmente destruido fue el de su compañía, Prosegur. “Me he enterado sobre las siete y media de la mañana, cuando iba a trabajar. Muchos de los vecinos estamos afectados, porque en esa calle se puede aparcar sin pagar y siempre está llena. Cuando he llegado allí he visto el coche de la empresa carbonizado. También había una pareja abrazada y llorando. Se acababan de comprar un coche y lo tenían asegurado a terceros. Es uno de los que se ha quemado”, comenta.

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UNA CALLE CONFLICTIVA

La calle de Coll del Portell es una vía sin salida que circunda uno de los muros del parque Güell y ofrece unas magníficas vistas del sur de Barcelona. Acaba en una pequeña arboleda, no tiene vecinos y, como no hay zona de aparcamiento tarifado, se llena de vehículos todas las noches. Las roturas de cristales para sustraer radios, GPS o cualquier objeto de los vehículos son habituales, también se producen ocasionalmente actos vandálicos, como roturas de retrovisores. Siempre ha sido “una calle conflictiva”, pero nadie recuerda que anteriormente se hubiera incendiado un coche. “Esto ha sido intencionado”, dice José Luis Broullón, que estuvo a punto de dejar su coche en esa calle la noche del lunes. “No aparqué de milagro. Pasé a las 10.30 horas de la noche y ya estaba a tope”, explica.

Nacho Dalmau habla con los guardias urbanos que vigilan la zona. Sonríe y se le ve aliviado. Ha viajado al barrio de la Salut desde L’Hospitalet en moto en apenas 20 minutos, después de que un amigo del barrio le explicara lo que había pasado cuando estaba en el trabajo. “El mío no se ha quemado de milagro, porque estaba aparcado en la otra acera. Los coches que estaban al otro lado de la calle están todos destrozados”. Dalmau sabe que ha tenido mucha suerte y no piensa volver a tentarla. “Yo no vuelvo a aparcar aquí en la vida”, asegura.

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Muchos vecinos están convencidos de que el incendio ha sido intencionado. No se creen que un accidente pueda haber causado semejante destrozo. Adrián López también ha salvado de la quema su Ford Focus de 1998. “Lo tengo muy cuidado. Hace poco le hice el embrague. Es un coche que tiene años pero está muy bien conservado. Si se me llega a quemar, la compañía no me hubiera dado ni mil euros. ¿Y qué me compro yo con ese dinero, si ahora me tiene que llegar el seguro del coche y ya estoy temblando”, se pregunta.

"LOS COCHES NO EXPLOTAN"

Este joven del barrio estudia mecánica y deja claro que los coches no explotan así como así. “Eso solo pasa en las películas. Es muy difícil que el fuego pase de uno a otro. Y, además, algunos de ellos están muy separados”, señala. Por eso sospecha que se trata de un acto vandálico. “Yo nunca aparco al final de esta calle. Hace dos meses me rompieron los cristales para llevarse el GPS y unas gafas”, explica. “No es recomendable aparcar en el culo del mundo”, insiste.

Imma está haciendo fotos al coche de su hija, un Renault Clio se color azul que tiene uno de los lados afectados. Ha llamado al seguro para que le facilite una grúa. Posteriormente, la Guardia Urbana le ha pedido que presente una denuncia. “Mi hija es doctora, trabaja en el Hospital del Mar, pero vive en este barrio y deja aquí el coche porque va al hospital en moto. Todavía no sabe nada porque está de guardia. La estoy llamando y no contesta”, lamenta, sabiendo el disgusto que le espera.