Luis Enrique se resigna

El técnico ve justo el empate del Espanyol y elude comentar los gritos racistas de Cornellà a Neymar

Luis Enrique da instrucciones a Rakitic durante el derbi de Cornellà.

Luis Enrique da instrucciones a Rakitic durante el derbi de Cornellà. / periodico

MARCOS LÓPEZ / CORNELLÀ DE LLOBREGAT

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Se marchó resignado. Con pocas ganas de hablar. No tenía muchos motivos para estar feliz tras sufrir el tercer empate en las cuatro últimas jornadas de Liga. «Lo ha hecho muy bien el Espanyol», comenzó diciendo Luis Enrique, después de perder otros dos puntos. 

«No hay nada que decir, el resultado es justo», admitió después el entrenador del Barcelona, quien no halló argumentos para explicar la extraña falta de frescura ofensiva de sus jugadores. 

Dio la sensación, y él lo sabía que el Barça no había sido el Barça reconocible. Sobre todo en una primera mitad donde se vio superado «por la intensidad» perica.

        Tan solo en los 10 primeros iniciales de la segunda mitad, Luis Enrique detectó las señas reconocibles de su equipo. No se refugió el técnico asturiano en las faltas que recibieron sus delanteros, especialmente Neymar, sometido a un marcaje que pasó por encima del reglamento. Por mucho que el colegiado González González mirara en todo momento hacia otro lado, sobre todo en los primeros 45 minutos. El Barça se sintió muy incómodo en Cornellà.

Pero Luis Enrique no quiso hablar del árbitro. No perdió el tiempo. «Superar a un equipo que juega al límite de intensidad es siempre complicado», subrayó el técnico, quien después afirmó que no había empleado la palabra límite. Pero sí lo hizo. «En el inicio de la segunda parte habría estado bien marcar», dijo después acordándose quizá de aquel tiro al poste lanzado por Neymar y recordando, al mismo tiempo, la extraordinaria falta lanzada por Messi a la escuadra izquierda de Pau López.

      Tampoco quiso Luis Enrique perder muchos segundos en hablar de esas ocasiones falladas, algo inusual en un equipo que tiene una delantera formada por Messi, Suárez y Neymar. Pero apenas sometieron a trabajo al meta del Espanyol, amparado, además, por la fortuna que le supuso tener a la madera de su lado. Andaba tan resignado el técnico que ni siquiera salió a defender a Neymar de los gritos racistas que escuchó en Cornellà. «No diré nada, solo me preocupo del fútbol», se limitó a decir Luis Enrique, decepcionado porque el Barça no tuvo en el derbi respuestas futbolísticas al desafío físico que le planteó el Espanyol.

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«¿Los gritos racistas? No han sido los aficionados del Espanyol. Han sido algunos que hay que identificar uno a uno", ha comentado Piqué. "Es mucho más difícil crear que destruir», aseguró el técnico en ese tono de resignación que presidió su breve comparacencia de prensa tras regalar otros dos puntos. «Ellos, a nivel defensivo, han estado muy bien. ¿Qué les he dicho a mis jugadores? Que el fútbol es un deporte donde se permite el contacto, no voy a decir nada más», dijo cuando le preguntaron sobre la agresividad del Espanyol. No solo se le vio resignado en la sala de prensa de Cornella sino también en el banquillo.

        Iba el Barça apagándose, sometido a la presión del Espanyol, y Luis Enrique no buscó siquiera alternativas en el banquillo. Hizo solo un cambio: Sergi Roberto por Rakitic. Y con el once de gala, el Barça se dejó dos empates en las dos últimas salidas: Valencia (1-1), Espanyol (0-0). Y sin olvidar el otro empate en el Camp Nou: Deportivo (2-2).