Barça, sin defensa no hay paraíso

El equipo de Luis Enrique necesita frenar de forma urgente su hemorragia atrás para alentar la esperanza de echar a la Juve

Ter Stegen atrapa un balón.

Ter Stegen atrapa un balón. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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No es la defensa, es, en realidad, la estructura defensiva. Poco importa que el Barça juegue con tres jugadores atrás (usó Luis Enrique el atrevido 3-4-3 contra la Juventus) o con cuatro (frente al Málaga empleó el más conservador 4-3-3, igual que hizo ante la Real Sociedad). No hay manera de hallar solución a ese drama.

En tres partidos, siete goles han encajado los azulgranas, obligados ahora a ajustar todas las piezas para mantener la esperanza de eliminar a una experta Juventus. Sin defensa, presionando ordenadamente desde la salida del balón italiana hasta el balcón del área de Ter Stegen, no habrá paraíso alguno para el Barcelona.

Necesita el técnico detener de forma urgente la hemorragia defensiva que ha sacudido a su equipo en la última semana, tanto lejos del Camp Nou (cinco goles en 180 minutos) como en su casa (dos tantos en 90). No hay manera de que Luis Enrique de con la tecla para mantener la estabilidad de un Barça que ha ido descomponiéndose hasta ser extremadamente frágil.

Antes, solía defenderse con el balón en sus pies. Pero, poco a poco, ha ido perdiendo el gobierno de la pelota, aculándose de tal manera en el área que cada vez ha defendido peor.

GOLES DE TODO TIPO

No es, por lo tanto, nada casual que en esos siete últimos goles que ha recibido Ter Stegen queden resumidos esos serios problemas estructurales. Cuánto más cerca está del portero alemán, más débil se ve al equipo. Han sido tantos de todo tipo (tres de contragolpe, con la zaga desordenada tras una salida errónea, dos en ataque estático, uno de córner, el de Chiellini, y otro en el rechace), demuestran la magnitud del problema.

Tampoco es casual que cuantos más defensas azulgranas estén en su propia área, como se vio en el 1-0 de Dybala en que se reunieron hasta nueve, incluido Ter Stegen, no es garantía de nada. Más bien, lo contrario. Desde la remontada ante el París SG, el Barça solo ha logrado dejar su portería a cero en un partido (3-0 al Sevilla) de los ocho últimos que ha disputado, prueba de que cada vez es más vulnerable atrás.

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Todos miran a la zaga y Ter Stegen cuando éste recoge enfadado el balón de su red, sobre todo en Europa cuando el Barça no supo detectar las llegadas desde atrás de Dybala, que aparecía totalmente libre de marca, para equilibrar esos desajustes. Pero Luis Enrique y, por supuesto, los jugadores saben que es algo colectivo.

21-1 EN EUROPA

Curiosamente, esa mala tendencia de los últimos 10 días no se corresponde con la respuesta defensiva del Barça en su casa cuando juega la Champions. El parcial es tan demoledor (21 goles a favor y uno en contra) que cualquiera de los resultados logrados (7-0 al Celtic, 4-0 al City, 4-0  al Borussia y el 6-1 al París SG) le servirían para ir a semifinales. Además, el único go encajadol, obra de Cavani, llegó tras una falta frontal. Algo a evitar este miércoles.