El Barça, ante un día para renacer

Los azulgranas esperan reengancharse a la Liga ante el Atlético tras sufrir los rigores de "un calendario bestial", según Luis Enrique

Luis Enrique, en la última rueda de prensa antes de viajar a Madrid para el Atlético-Barça.

Luis Enrique, en la última rueda de prensa antes de viajar a Madrid para el Atlético-Barça. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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El Barça vuelve al Calderón (16.15 h.) –esta vez en la Liga– y el Madrid viaja para enfrentarse al Villarreal (20.45 h.). Cuatro de los seis primeros en la Liga se enfrentan entre sí. "No es una jornada clave", entiende Luis Enrique, restando trascendencia a la delicada visita al Atlético que afronta el Barça. No solo porque quedarán 14 jornadas a partir del próximo lunes, sino porque el entrenador azulgrana cree que el nivel de los equipos, incluso el de aquellos que no pelean por el título, es muy parejo.

"Se pueden perder puntos en cualquier jornada; nos ha sucedido a nosotros y les puede suceder a los demás", dijo Luis Enrique en una hipotética alusión al Madrid, que sucumbió en el partido atrasado del pasado miércoles en Mestalla, desperdiciando así la oportunidad de poner tierra de por medio respecto al Barça. La distancia es de un punto, aunque los blancos tienen un partido menos: en Balaídos, ante el Celta. Otra bala en la recámara. La primera se les encasquilló.

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Lejos de ver a un Luis Enrique algo más optimista después de haber digerido el trago de París (4-0) en la Champions, la decepcionante victoria sobre el Alavés (2-1) y el tropiezo blanco, el entrenador azulgrana se mostró indolente en la sala de prensa. Si la cara de Luis Enrique fuera el espejo del alma del equipo, el culé tendría motivos para ser pesimista.

POCO ENTUSIASMO

La actitud del entrenador, sin embargo, no tiene incidencia alguna con lo que suceda en el Manzanares. Los azulgranas se enfrentan a un rival agrio y malcarado, conscientes de que se les presenta la oportunidad de reengancharse a la Liga manteniendo la presión sobre el Madrid. Tan necesarios son los puntos como recuperar la confianza en sí mismos.

"No importaría nada del Atlético porque me gusta mi equipo, aunque es evidente que debemos mejorar el rendimiento y nos está costando"

Poco o ningún entusiasmo mostró Luis Enrique, algo comprensible en puertas de visitar al Atlético, después de disfrutar, como reclamaba, de un periodo largo para trabajar con el grupo y engrasar los mecanismos para que el juego mejore. Lo necesita de forma imperiosa para salir victorioso del Calderón como en la visita copera (1-2 ). El Atlético es "un gran equipo, preparado y muy profesional" del que no envidia nada: "No importaría nada porque me gusta mi equipo, aunque es evidente que debemos mejorar el rendimiento y nos está costando".

LA FACTURA

Tal vez Luis Enrique siga sin ver finos a los jugadores. El entrenador no compartió las conclusiones que haya podido extraer de las últimas actuaciones. "El bestial calendario que tenemos nos ha pasado factura", dijo, sin precisar el perjuicio concreto ni tampoco con qué finalidad había concedido dos días de fiesta a los jugadores si se quejaba de falta de fechas para los entrenamientos: "Estaba planificado así".

Con frases cortas encadenadas de tópicos, tales como "el objetivo es hacer un gran partido y sumar los tres puntos", Luis Enrique despachado en 11 minutos una rueda de prensa con 19 turnos de preguntas. No contestó las que tenían que ver con el estado físico de Mascherano y Arda Turan, remitiéndose a la convocatoria tras el entrenamiento.

VUELVE BUSQUETS

Ninguno de los dos nombres apareció en la lista de viajeros. En cambio, estaba el de Sergio Busquets, que regresa tras cumplir un partido de sanción ante el Leganés. Una pieza valiosa para el funcionamiento del equipo, perjudicado por la concentración de partidos que, sin embargo, le ha clasificado para la final de Copa. Aquel día no tendrá lateral derecho, entre la sanción de Sergi Roberto y la lesión de Aleix Vidal. Si se produce un posible fichaje ya se verá en su momento porque "es un asunto interno".

“El vestuario siempre ha estado unido, más contento cuando las cosas van bien y menos cuando no"

Con parecido desinterés habló del ánimo de sus jugadores –“el vestuario ha estado siempre unido más contento cuando las cosas van bien y menos cuando no"– y del apoyo expresado por Piqué y Alba –"no he leído nada"–, consideró pernicioso elogiar el gol del juvenil Mboula ya que podría perjudicar "el desarrollo de su potencial" y tampoco regaló una palabra a Claudio Ranieri, despedido del Leicester tras proclamarse campeón de la Premier. "Es una mala noticia para el que cesan y una buena para el que fichan, así es el mundo de los entrenadores", valoró. Hasta José Mourinho, que en el pasado despreció a Ranieri, fue capaz de solidarizarse con el