'Coolhunters', el profesional con más futuro en la moda

Las empresas pueden llegar a pagar hasta 15.000 euros por un estudio de un cazatendencias

París, Londres y Nueva York son tres ciudades de obligada visita para cazar nuevas tendencias.

París, Londres y Nueva York son tres ciudades de obligada visita para cazar nuevas tendencias. / DOMINIQUE FAGET

SARA ANDRADE / Barcelona

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Diez años han pasado desde que Daniel Córdoba creara la empresa The Hunter, especializada en la caza de tendencias sociales, culturales, estéticas y creativas. Inquieto y apasionado de su trabajo decidió zambullirse solo en la aventura del 'coolhunting' como 'freelance'. Pero poco a poco fue creciendo su cartera de clientes, entre ellos Danone, Puig, Nestlé Telefónica, y eso le hizo pensar sobre la necesidad de establecer una sede en Barcelona con corresponsales en todo el mundo. Actualmente ya forman parte 11 personas. 

La historia de este cazador de tendencias despega en 1997 cuando se acuñó por primera vez el término 'coolhunter'. Lo hizo el periodista Malcom Gladwel en la revista 'New Yorker', para hablar del trabajo que realizaba Dee Dee Gordon en su agencia de tendencia 'Look Look'. Aún así, según confirman los expertos, no fue una década más tarde cuando se popularizó el término y sufrió un 'boom' mediático. "El hecho de anticiparse a las modas se viene haciendo desde hace años. Conocer el mercado, encontrar los indicios de cambio para adelantarse y aprovechar oportunidades antes que la competencia es algo que empresas y profesionales llevan haciendo mucho tiempo con otros nombres: 'trendforecasting', 'retriever', 'trendhunting', etc.", explica Pilar Blazquez, presidenta de la Asociación Catalana de Coolhunting.

Una profesión con futuro

Profesión con futuro, eso hizo que en el 2009 se creara en España la primera Asociación de Coolhunting, de la que ahora forman parte más 600 miembros repartidos por toda la geografía española – aunque no se precisa qué número de 'coolhunters' trabajan en España-. Tan fuerte pisa que ya está incluida como especialidad en centros académicos y universidades, siendo el sector moda su principal bastión. 

"El sector de la moda es el que más demanda tiene, aunque hay 'coolhunters' y agencias que se especializan en nichos de mercado, desde los sectores como la alimentación y bebida, hasta la restauración y hostelería, o el ocio y la cultura", añade Anna María López, especialista en diseño y tendencias y autora del libro 'Coolhunting digital, a la caza de las últimas tendencias

La mayoría de estos cazadores de las tendencias trabajan como 'freelance', es decir, venden sus estudios a las agencias de predicción de tendencias, y son estas las que después hacen lo mismo con las empresas. "Probablemente en los países de habla hispana acabe sucediendo como en otros países donde el 'coolhunter' ya forma parte de la plantilla del departamento de marketing o innovación I+D. Si hablamos de moda, el referente indiscutible es el grupo Inditex", apunta Anna María López. La especialista señala que, además, si se trabaja de forma profesional es un trabajo bien pagado. De hecho, una empresa puede llegar a pagar de 7.000 a 15.000 euros por uno de sus informes de tendencias, aunque el baremos va en función del prestigio de la compañía. 

Curiosos y adictos a la cultura

Inquietos, sensibles, curiosos, observadores, autodidactas en sociología y con un 'background' cultural enorme, así definen el perfil de los cazadores de tendencias. Suelen ir pegados a un tableta o móvil de última generación desde donde captan instantáneas o investigan todo aquello que ocurre en las ciudades para analizarlo y estudiarlo. Cazan micro tendencias, más pasajeras como serán los abrigos de pieles de colores este invierno, o macrotendencias, aquellas que peduran en el tiempo como la moda sostenible o el 'normcore'. 

Pero, ¿cómo trabaja un 'coolhunter'? Su principal objetivo es captar la información y convertirla en negocio, para ello utilizan diversos métodos. Elisabeth Roselló, investigadora social y cultural, además de analista de tendencias y comunidades, señala alguna de ellas como el rastreo por internet, sobre todo en redes sociales y 'blogs', el 'street style', la lectura y pasear por la ciudad. La presidenta de la Asociación Catalana de Coolhuntig, Pilar Blazquez, añade también asistir a ferias y eventos importantes. 

Viajar es su ADN

Viajar es una de las mejores opciones para el 'coolhunter', aunque no todos pueden permitírselo. En la empresa The Hunter de Daniel Córdoba, viajar sí está en su ADN. Él viaja una vez al mes mínimo, en los últimos seis meses ha visitado 18 ciudades, además de ir 15 veces a París y 21 a Londres. "De cada ciudad interesan cosas diferentes pero de las grandes referentes hay que peinarlo todo, desde 'retail' a arquitectura pasando por locales de noche, espacios culturales, oficinas, parques, espacios, supermercados, cafeterías,  museos... Hasta tintorerías, e itinerarios para turistas", explica. En The Hunter tienen registrados 300 espacios y destinos, algunos son comunes para todas las ciudades y, cada vez más, otros específicos para cada ciudad. 

Londres, París, Berlín, Tokio, Nueva York, Miami, Río y Shangái son ciudades para The Hunter de obligada visita, que además cubren desde hace 10 años, y que actualizan en cada una de sus visitas para que nada se les escape. Al margen de estas ciudades se generan movimientos y tendencias de forma aleatoria en otras partes del mundo, a veces de forma pasajera. Son ciudades que por movimientos sociales, económicos o políticos se dan cambios interesantes, que generan tendencias. Para Daniel Córdoba son ahora Portland, Austin, Miami, Toronto, Seúl, Estambul y Copenague; para Anna María López, Tel Aviv.