Las aves urbanas, en peligro por la destrucción de nidos

Aves urbanas en peligro por la destrucción de nidos

Aves urbanas en peligro por la destrucción de nidos / Pixabay

Minerva Mínguez

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El veinte por ciento de todas las aves que existen en el mundo viven en los núcleos urbanos, pero cada vez hay menos. Los plaguicidas, el cambio climático o la destrucción de los nidos son algunas de las causas de su progresivo declive. Algunas especies silvestres como golondrinas, aviones, vencejos, cernícalos o cigüeñas utilizan como hábitat de refugio y nidificación edificaciones o estructuras ubicadas en entornos habitados por el hombre.

La pérdida de esos lugares, por obras de rehabilitación, reformas, demoliciones o la falta de cavidades en las nuevas construcciones es una constante que se repite por toda la geografía española. Eso cuando no se da la destrucción intencionada, tal como denuncian de forma periódica los colectivos ambientalistas.

En Europa se estima que las poblaciones de aves han descendido de media un 25% en los últimos cuarenta años, reducción que en el caso de las ligadas a la agricultura alcanza hasta el 60%. Los monocultivos y los pesticidas que eliminan insectos y las denominadas ‘malas hierbas’ son una letal combinación para los pájaros.

Nido de cigüeña

Nido de cigüeña / Pixnio

«La crisis global de la biodiversidad es tal que a la lista de especies amenazadas, como el águila imperial, el urogallo o la malvasía cabeciblanca, algunas que tradicionalmente han convivido con el hombre en pueblos y ciudades también se encuentran experimentando declives importantes», explica Anna Valentín, experta en biodiversidad urbana de SEO/BirdLife. «Pueblos y ciudades pueden llegar a ejercer un importante papel para su conservación», remarca.

Naturalizar pueblos y ciudades

Valentín subraya que la expansión del suelo urbano y la nueva forma de construir afectarán, negativamente, a la biodiversidad y los ecosistemas cruciales. De ahí que grupos conservacionistas como el suyo aboguen por naturalizar pueblos y ciudades con apuestas valientes, como puedan ser una correcta gestión de podas, la diversificación de flora, favorecer la sucesión natural o respetar la aparición de especies adventicias en alcorques, parques y jardines. Permitir el asilvestramiento de los espacios urbanos parece la única opción para no perder, aún más, mayores poblaciones de avifauna.

Los eventos climáticos imprevisibles, como las olas de calor prolongadas o los temporales extremos (cada vez más reiterados) son críticos para las especies migratorias como golondrinas y aviones, que sincronizan sus ciclos vitales con la aparición de los insectos. Con lluvias escasas o tormentas más potentes de lo habitual, su vida y sustento pueden peligrar.

«Sin embargo, las amenazas más palpables son las relacionadas con sus lugares de nidificación», remarca Valentín. El vencejo común ha sufrido un declive de su población aproximadamente del 40% entre 1998 y 2018, que para la golondrina común ha sido del 51,1%. Unas cifras alarmantes, según los expertos.

Nidos de golondrinas en una construcción

Nidos de golondrinas en una construcción / Associació Ecologista Agró

Políticas de salvaguarda

En 2021, Ecologistas en Acción dió un paso al frente impulsando la campaña ‘Las tres mosquiteras’ con la que pretendía concienciar a la sociedad civil sobre la necesidad de un mayor esfuerzo colectivo por la conservación de las aves migratorias urbanas. La iniciativa se focalizaba en las tres especies de insectívoros con mayor presencia en pueblos y ciudades: el vencejo común (Apus apus), la golondrina común (Hirundo rustica) y el avión común (Delichon urbicum).

Afortunadamente, cada vez son más los municipios y gobiernos autonómicos que impulsan políticas para su salvaguarda. En 2022, hasta doce comunidades autonómicas decidieron implicarse en el asunto. En Benicarló (Castellón), tras denunciar la destrucción de cajas nido de vencejos en el auditorio municipal, se logró implicar al Ayuntamiento en la toma de medidas correctivas.

El de Benalmádena (Málaga) también empezó a colocar cajas-nido en sus edificios públicos, tras sumarse activamente a la campaña. En Illescas (Toledo) se llevaron a cabo acciones educativas y talleres de construcción de nidos en colegios. En Madrid se están organizando rutas guiadas pedagógicas por el Manzanares para conocer en primera persona a estas aves.

Nidos artificiales para vencejos

Nidos artificiales para vencejos / Grefa

Destruir nidos es un delito castigado con fuertes multas

En cualquier caso, si algo reprochan los colectivos ambientalistas es la falta de implicación de muchas Administraciones por hacer cumplir la ley, porque la destrucción de los nidos es un delito tipificado por el Código Penal desde el año 2015, que castiga a quienes impidan o dificulten su reproducción o migración.

La eliminación de nidos de aves protegidas, tanto con crías como vacíos, se considera una infracción grave, tanto por la legislación nacional como la europea, y el acusado puede enfrentarse a una multa que oscilaría entre los 5.001 y los 200.000 euros. Cualquier persona que sea testigo de este tipo de actos vandálicos puede interponer la correspondiente denuncia ante el Servicio para la Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

La ley 42/2007 de patrimonio natural y biodiversidad establece literalmente que queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico. Esto incluye su retención y captura en vivo, la destrucción, daño, recolección y retención de sus nidos, de sus crías o de sus huevos, aún estando vacíos, así como la posesión, transporte, tráfico de ejemplares vivos o muertos o de sus restos, incluyendo el comercio exterior. 

Ecologistas en Acción va más allá y en su propuesta de ordenanza municipal propone realizar un registro de las colonias existentes; conservar los aleros, salientes y oquedades en durante las obras de rehabilitación y restauración de fachadas y cubiertas; la incorporación en la obra nueva de elementos que favorezcan la nidificación y evitar la realización de obras en fachadas y estructuras durante la época reproductora. Una iniciativa que requiere de valentía por parte de los municipios.

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ENTREVISTA. Deborah Fandos (Ecologistas en Acción)

"La conciencia social sobre la protección de nidos ha subido mucho en una década"

Reclaman medidas más eficaces, como prohibir determinadas obras durante la época de nidificación

Deborah Fandos, de Ecologistas en Acción

Deborah Fandos, de Ecologistas en Acción / E. A.

Proteger las aves urbanas es indispensable, porque son especies tan ligadas al ser humano que prácticamente no se encuentran en ningún otro ambiente. Además, prestan importantes servicios ecológicos. De ahí que sea clave la preservación de sus espacios, como incide Deborah Fandos, de Ecologistas en Acción y experta en la materia.

-¿Qué suponen las aves urbanas para la calidad de las ciudades ?

-Aportan un contacto con la naturaleza que a veces perdemos, en especial en las grandes urbes. Sólo hay que intentar imaginar un pueblo o ciudad sin el canto de las aves, sin sus gorriones correteando por los parques o los vencejos surcando el cielo al atardecer. Desolador.

-¿Cuál es su principal amenaza?

-Son muchas, colisión con cristaleras, pesticidas, gatos asilvestrados, contaminación acústica…, pero la primera que cabe la pena mencionar es el cambio climático. Sin embargo, las más palpables son las relacionadas con sus lugares de nidificación. Gorriones, golondrinas y vencejos son aves consideradas urbanas porque la mayoría construyen sus nidos en pueblos o ciudades. La tendencia de los edificios modernos, donde todo es cristal y metal estanco, no permiten los huecos que estas especies encontraban en tejados, respiraderos, grietas y porches para construir su nido. Por otro lado, existe una destrucción directa de los nidos que sigue siendo reiterada cada año, en especial en verano. La sufren con mayor frecuencia aviones y golondrinas, ya que sus nidos de barro son muy visibles y fáciles de destruir. Todos los años, miles de nidos son destruidos por los dueños de las casas que destruyen los nidos, a menudo con polluelos o huevos dentro, porque no quieren suciedad en sus fachadas y balcones.

-¿Las Administraciones hacen cumplir el código penal y sus sanciones  respecto a la destrucción de nidos en las fachadas?

-En general no, y menos de forma proactiva. Son muy escasas las ciudades donde haya ordenanzas y muchas menos aquellas donde realmente se apliquen allá donde existen. Afortunadamente, es un tema del que se habla cada vez más a menudo en los medios de comunicación y, sobre todo, las redes sociales, donde hay diversas vías para hacer denuncias públicas de estos actos. Diría que la conciencia social sobre la protección de nidos ha aumentado mucho en los últimos diez años.

-¿Qué medidas correctivas deberían implantar los ayuntamientos para favorecer la biodiversidad urbana?

-Lo más tangible sería prevenir la destrucción de nidos mediante la aplicación de ordenanzas efectivas, entre ellas la prohibición de realizar obras o reformas en época de reproducción de gorriones, aviones y golondrinas. En caso de detectar la destrucción de nidos, incluso fuera de época de cría, se deberían aportar medidas compensatorias (recogidas en la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad) como son la instalación de cajas nido o nidos artificiales en el mismo lugar o cercano. Aumentar la extensión y salud de las zonas verdes urbanas es también indispensable, en especial para gorriones y otras aves urbanas. Evitar la época de cría durante la tala de arbolado urbano, la existencia de puntos de agua como fuentes o estanques o nuevas tendencias como los ‘alcorques verdes’, donde se permita el crecimiento de vegetación silvestre, son también indispensables, no sólo para las aves urbanas, sino también para nosotros, habitantes de dos patas.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es