CIEN DÍAS DEL NUEVO MANDATO

David Bote: es la hora de la verdad

El alcalde de Mataró, David Bote, este lunes durante un encuentro con los periodistas que siguen la actualidad local., en el restaurante del Tecnocampus.

El alcalde de Mataró, David Bote, este lunes durante un encuentro con los periodistas que siguen la actualidad local., en el restaurante del Tecnocampus.

Joan Salicrú

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Cuatro años atrás, el David Bote que llegó a alcalde de Mataró por sorpresa, sin esperarlo, casi rehuía la prensa. Estaba poco entrenado, le faltaban reflejos y conocimiento de la ciudad, se sentía un tanto incómodo con el pacto que mantenía con CiU y sumado a todo eso estaba -y está- su profunda timidez, que le hace desconfiar de todo aquello que desconoce.

Este lunes, en una comparecencia ante la prensa con el pretexto de los primeros cien días del nuevo mandato, al alcalde de Mataró se le veía perfectamente cómodo en su papel -acompañado por sus socios de En Comú Podem, a diferencia de lo que pasaba en el mandato anterior- y a la vez convencido que ahora la cosa va de verdad y que ya no es posible escudarse ni en la herencia del anterior gobierno –CiU gobernó la ciudad en solitario entre 2011 y 2015- ni en su juventud como primer edil.

Y es que después de las elecciones del 26-M, gobernando con mayoría absoluta al pactar con los comunes locales, Bote ya no tiene ningún impedimento –políticamente hablando- para sacar adelante aquello que se proponga. Cosa que, claro está, le mete mucha presión y le obliga a actuar, a moverse, a lanzar ya definitivamente iniciativas de largo alcance: no hay tiempo que perder y esta vez no podrá derivar a nadie más la responsabilidad por lo que no haya conseguido a final de mandato.

Puerto, N-II, parque de la Economía Circular y el nuevo anillo ciclista

Podría parecer que la cosecha de los cien primeros días, al coincidir con los meses de verano, sería poco sustanciosa. Pero es obvio que algunas cosas que parecían encalladas han empezado a moverse a raíz de las gestiones llevadas a cabo por el propio Bote en los últimos tiempos. Una de estas cuestiones es el 'aggionamiento' que requiere el puerto de Mataró, el tercero de Cataluña en número de amarres -1085-, que comercialmente hablando languidece casi desde su inauguración, en 1991: la semana pasada Bote y el secretario de Infraestructuras y Movilidad de la Generalitat, Isidre Gavín, anunciaron una inversión de 5,6 millones de euros en el marco del plan para revitalizar el espacio, gobernado por un Consorcio que depende en un 70% por la administración autonómica.  

Más cosas: el traspaso de la Nacional II en el tramo de la capital del Maresme por parte de la Generalitat, con la voluntad de que la Avinguda del Maresme pase a ser efectivamente una calle más de la ciudad y no simplemente una denominación distinta de la carretera que desde toda la vida ha unido Madrid con Francia a su paso por Mataró; el parque de la Economía Circular en el polígono de Mata-Rocafonda, de próxima apertura y que Bote admitió que es un proyecto que le genera especial ilusión; y el nuevo anillo ciclista que ha de permitir que una ciudad que sube y baja como Mataró tengo unos carriles bici mucho más adecuados que los actuales. El alcalde también recordó que en estos momentos hay 44 obras en marcha en la ciudad, como el Espai Mataró que se ubicará en la Plaça de Can Xammar, en el antiguo Actua. 

Por su parte, el líder de los 'comuns' Sergi Morales, segundo teniente de alcalde, puso en la palestra la voluntad de poner en práctica en la ciudad –ya se aprobó una moción en pleno municipal- la misma medida urbanística que Colau ha lanzado en la ciudad condal: que el 30% de las promociones urbanísticas vayan dirigidas a viviendas sociales. En segundo lugar, el desarrollo del proyecto 'Yes, we rent', financiado con fondos europeos y una de los proyectos estrella del plan estratégico Mataró 2022, en relación al cual en las próximas semanas debe empezar la campaña para conseguir todos los posibles pisos a rehabilitar por parte de la administración local. También en el ámbito de la vivienda el encuentro sirvió para conocer que en estos momentos el erario público local dispone de 2,8 M € para comprar pisos, una cantidad muy superior a la de los últimos años.

Pero no todas las acciones son "de piedra". Hay otras que el ejecutivo local ha puesto en marcha y que tienen una innegable connotación política, como la de impedir que se efectúe ningún tipo de ruido en la plaza de la Pepa Maca (Palau-Escorxador) y la plaza Joan XIII (Rocafonda) entre las 23 horas y las 8 de la mañana. Se trata de un mini "toque de queda" -se puede estar en estos espacios, pero al mínimo ruido la policía puede multar a los que lo provoquen- que pretende imprimir una idea de autoridad ante las continuadas quejas de los vecinos de estos barrios. La medida podría ampliarse a otras plazas "cerradas" -como estas- de la ciudad, según confirma el superconcejal Juan Carlos Jerez, ahora también encargado de Seguridad por baja maternal de la titular.  

Subida de un ocho por ciento del IBI

El mismo Juan Carlos Jerez, en esta ocasión con el sombrero de concejal de Hacienda, dejó caer también el que probablemente es el titular que más ampollas levantará entre la ciudadanía: el gobierno municipal ha aprobado ya por decreto el anteproyecto de las ordenanzas fiscales para el 2020, en el cual figura un incremento del impuesto del IBI del 8% (35,33 euros de media para cada ciudadano) y un poco menos en el caso de otras varias tasas, después de unos años de contención. 

Una noticia que este martes fue replicada con contundencia por el principal grupo de la oposición, Esquerra Republicana, remarcando que el gobierno ha anunciado un incremento de los impuestos sin conocerse cuál será el presupuesto para 2020. Una subida, recuerdan además, que llega pocos meses después de la congelación de tributos y tasas (IAE, IBI y basura) del año 2019, "año de elecciones". 

Desde el gobierno municipal, obviamente, argumentan que el incremento servirá para ampliar las apuestas públicas para intentar dar la vuelta a uno de los principales problemas de la ciudad, el paro. No en vano, según datos del mes de agosto, Mataró sigue siendo la segunda ciudad catalana de más de 50.000 habitantes con más paro -hay 8.244 personas en estas situación- y el porcentaje registrado en la capital del Maresme es de 13,03%, tres puntos más al del conjunto de la provincia de Barcelona (10,18%). "Son tres malditos puntos que, en el momento en que parece que se ha recuperado casi todo el empleo destruido por la crisis, resulta imposible hacer desaparecer", lamentan fuentes del gobierno, aunque se admite la dificultad de dar la vuelta a estos indicadores que tienen causas históricas mucho más allá de lo que pueda hacer un gobierno municipal u otro. 

Más empresas en el Distrito Tecnocampus

Con tal de mitigar esta situación y promover la instalación de nuevas empresas, el alcalde David Bote aseguró que en estos momentos hay identificados -entre el polígono de Balançó y Boter, el distrito Iveco-Pegasso y los alrededores del Tecnocampus- hasta cien mil metros cuadrados de suelo terciario.  Evidentemente, la activación de estos metros cuadrados depende solo y únicamente de la voluntad de los privados, cosa que podría frenar las expectativas de crecimiento que el gobierno municipal vislumbra en estas zonas. Una operación que, además, ayudaría a resolver otro déficit que constatan desde el número 48 de La Riera: el aún excesivo aislamiento del parque tecnológico en relación al resto de la ciudad y la dificultad de conectar sus logros con el resto del territorio.

Otro elemento relevante para rebajar el número de parados es, como se ha repetido hasta la saciedad, es la ampliación del Mataró Parc y el futuro del solar donde debía instalarse El Corte Inglés. De momento, en relación a lo primero no trasciende ningún avance -la discusión parece atrapada entre los 50.000 m2 que el empresario Tomás Olivo quiere para la ampliación y los 30.000 que como máximo quiere aceptar el Ayuntamiento- y respecto lo segundo solo se sabe que el gobierno municipal habla de una recomposición del proyecto por el cual El Corte Inglés debía aterrizar en la ciudad -en marzo se anunció que el gobierno había retomado el contacto con la empresa-. 

De eso, quizás por el miedo de aburrir a los presentes con dos temas que parecen "el cuento de nunca acabar", no habló el alcalde David Bote en el restaurante del Tecnocampus, un equipamiento que un lustro atrás fue motivo de un agrio enfrentamiento político y que ahora funciona a toda máquina cualquier día laborable del año.  Nadie parece acordarse de ello.

Las 3 emes de Bote: una ciudad metropolitana, mediterránea y maresmense  

El alcalde mostró durante el encuentro con la prensa su perfil más transformador y estratégico, algo que se había echado en falta en el mandato anterior, donde él mismo admitió que se dedicó a aterrizar y poner orden en la Casa Gran y en la ciudad. De hecho, la maduración de David Bote como alcalde se confirma al ver cómo ha ido tejiendo un relato propio, mucho más claro, de su proyecto político para la ciudad: metropolitana -incluyendo aquí la relación con las ciudades de la segunda corona, que no es lo mismo que trabajar por estar en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB)-, mediterránea -aprovechando los puntos que da tener mar- y a su vez ejerciendo el liderazgo comarcal en el Maresme. 

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