VICTORIA DEL SOL, exárbitra de 50 años

«Nos presentábamos en el campo y nos miraban raro»

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EVA MELÚS

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Victoria del Sol empezó a jugar al fútbol con 20 y tantos. Fue una de las fundadoras del Nàstic femenino. «Las cosas no eran como ahora y nos costó que nos hicieran caso. Fue duro, pero también fabuloso», afirma. De ahí, se formó como entrenadora y el reglamento le llamó tanto la atención que se hizo árbitra. «Empecé en 1993, con dos o tres chicas más, en el Comité d'Àrbitres de Tarragona, pero solo quedé yo». Por quedarse, se quedó 25 años. Acaba de dejarlo porque le resulta difícil compaginar el arbitraje con su nuevo trabajo, como dependienta en una ferretería. «Y porque aunque me da mucha pena, porque he estado vinculada muchos años, se ha acabado esta etapa». «Ahora es normal ver a una mujer arbitrar. Cuando yo empecé, nos presentábamos en el campo y nos miraban raro».

Empezó tarde. Por edad, era difícil plantearse una carrera en el arbitraje, pero opina que al final ser mujer ha sido una ventaja. «Me ha tenido que escoltar la Guardia Civil a la salida de algún campo, pero por ser mujer no me han levantado la mano». «En según qué pueblos, las peores eran las mujeres. Que las hay que tienen una boquita... Alguna vez, al acercarme a la grada, han intentado tirarme del pelo. Quizás porque te ven igual te atacan más».