Reacciones desafiantes

La amenaza de Biden de suspender el suministro de armas pone en alerta a Israel

EEUU paraliza el envío de 3.500 bombas a Israel para evitar su uso en Rafah

Un vehículo militar israelí opera cerca de la frontera entre Israel y Gaza, este jueves.

Un vehículo militar israelí opera cerca de la frontera entre Israel y Gaza, este jueves. / AMIR COHEN / REUTERS

Andrea López-Tomàs

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No ha sido la orden vinculante de la Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas. Tampoco los millones de personas que llevan meses protestando alrededor del planeta, ni el tono cada vez más elevado de los discursos de los líderes mundiales. Tras siete meses de guerra contra Gaza, lo que ha puesto en riesgo los esfuerzos militares de Israel en el enclave palestino de verdad son las palabras del presidente de EEUU, Joe Biden. El demócrata ha afirmado este miércoles por primera vez que dejará de enviar armamento a su aliado hebreo en caso de que inicie una incursión a gran escala en la sureña Rafah. En Israel, han saltado las alarmas. Los integrantes más derechistas del Gobierno han acusado a Biden de aliarse con Hamás y altos funcionarios han alertado de que esta decisión podría obligar a las autoridades a cambiar sus planes operativos en Gaza.

Ni el primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, ni el ministro de Defensa, Yoav Gallant, han respondido directamente a Biden. La oficina de Netanyahu ha repetido el mensaje que le transmitió el líder israelí a su homólogo estadounidense el lunes en una llamada telefónica: "Lucharemos con las uñas si es necesario". Gallant ha sido más claro. "Desde aquí les digo a los enemigos de Israel y a sus mejores amigos: el Estado de Israel no puede ser sometido", ha defendido en una ceremonia previa al Día de los Caídos en Israel. "Nos mantendremos firmes, lograremos nuestros objetivos, atacaremos a Hamás, destruiremos a Hizbulá y traeremos seguridad", ha añadido el ministro de Defensa. Según un funcionario citado por medios locales, Israel ya ha comenzado a trabajar a través de varios canales para presionar a Biden para que cambie de rumbo.

El incendiario y ultraderechista ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha sido escueto pero directo. "Hamás [emoticono de un corazón] Biden", como Hamás ama a Biden, ha tuiteado esta mañana generando miles de respuestas. Su aliado, el colono Bezalel Smotrich, a cargo de Finanzas, ha afirmado sin rodeos que la fuerte oposición estadounidense sólo revitalizará el impulso de Israel para eliminar a Hamás. "Debemos continuar esta guerra hasta la victoria, a pesar, y en cierta medida precisamente debido a, la oposición de la Administración Biden y la interrupción de los envíos de armas", ha dicho en un comunicado. "Simplemente no tenemos otra opción que no ponga en peligro nuestra existencia y seguridad", ha añadido. El líder de la oposición, Yair Lapid, no ha dudado en culpar a Netanyahu de la "gestión fallida" de los vínculos con Washington por parte del Gobierno.

Ataques en Rafah

A su vez, un alto funcionario israelí anónimo citado por la emisora pública Kan ha declarado que la decisión de Estados Unidos de retener armas a Israel por sus planes de ataque a Rafah podría obligar al Gobierno a alterar sus planes operativos. Ha alertado que el Estado hebreo podría verse obligado a llevar a cabo una "economía armamentística", es decir, conservar municiones para garantizar que no se agoten. Desde las tribunas de los medios israelíes, la sociedad ha expresado su alarma y enfado. "La congelación parcial de armas de Biden profundiza la amenaza existencial que Israel enfrenta desde el 7 de octubre", ha escrito el editor de 'The Times of Israel', David Horovitz. "El anuncio de Biden socava la seguridad de Israel; [... sus palabras] envalentonan y alientan a los enemigos de Israel, mostrándoles un Israel debilitado por el apoyo agotado de su aliado más esencial y reduciendo así la capacidad de Israel para frustrar sus ambiciones genocidas", ha añadido.

Está por ver hasta qué punto Biden cumplirá con sus amenazas. Por ahora, la delegación israelí ha abandonado El Cairo, donde se celebran las negociaciones por el alto el fuego, sin fecha de retorno. La cadena estadounidense NBC, citando a cuatro funcionarios estadounidenses, ha informado que Netanyahu no está dispuesto a aceptar un acuerdo de tregua con Hamás a menos que le permita proceder con una operación en Rafah, aunque un funcionario israelí ha negado que esa sea la posición de su país. Mientras el Gobierno hebreo decide cómo responder a Biden, el Ejército ha seguido bombardeando Rafah, donde han muerto una treintena de palestinos que se suman a los 34.904 muertos por ataques israelíes en los últimos siete meses. La ayuda humanitaria sigue sin entrar por el cruce de Rafah y miles de personas intentan huir de la ciudad fronteriza con Egipto en busca de lo imposible, un refugio seguro.