Elecciones EEUU 2024

El Supremo de EEUU apunta a retrasar el juicio por el asalto al Capitolio pese al escepticismo sobre la inmunidad de Trump

Si se pospone el proceso hasta después de las elecciones y Trump gana podría instar a Justicia a retirar los cargos

Multimedia | Donald Trump, contra las cuerdas de la justicia

Un manifestante muestra un cartel contra Trump frente al Tribunal Supremo, este jueves en Washington.

Un manifestante muestra un cartel contra Trump frente al Tribunal Supremo, este jueves en Washington. / BONNIE CASH / REUTERS

Idoya Noain

Idoya Noain

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La lucha de Donald Trump por evitar ser juzgado antes de las elecciones presidenciales de noviembre por sus intentos de revertir los resultados legítimos de las elecciones de 2020 que perdió frente a Joe Biden parece desde este jueves más encaminada a un triunfo, quizá parcial pero vital para el republicano.

El Tribunal Supremo ha escuchado argumentos en una vista centrada en las alegaciones de inmunidad absoluta que Trump se arroga en acciones que tomó mientras ocupaba la presidencia, parte de su estrategia para defenderse en la imputación en Washington del caso federal conocido como el del asalto al Capitolio. Esa es una de la cuatro causas penales que enfrenta el también aspirante republicano presidencial, que enfrenta un total de 88 cargos y actualmente juzgado en el caso de Nueva York por los 34 derivados de la falsificación de documentos para ocultar los pagos a Stormy Daniels y, según la fiscalía neoyorquina, interferir en las elecciones de 2016.

A lo largo de una sesión que se ha prolongado más de dos horas y 40 minutos, y a través de sus preguntas al representante del Gobierno y de la defensa, la mayoría de los jueces en el Alto Tribunal ha mostrado escepticismo sobre la idea de que el poder presidencial llegue a esa inmunidad total, algo que han rechazado ya tribunales inferiores.

También, y no obstante, la gran parte de los magistrados de la mayoría conservadora instalada precisamente desde la presidencia de Trump han apuntado a la idea de que es importante determinar cuáles de las acciones en el intento de pucherazo fueron actos "oficiales" y cuáles eran actos "privados", no vinculados a su cargo. Podrían tomar ellos esa determinación o, más probable, enviar el caso de vuelta a tribunales inferiores. Y eso amenaza con retrasar el proceso. 

Incluso si los jueces anunciaran una decisión rápidamente y no esperaran a finales de junio y principios de julio, cuando se esperan sus sentencias y opiniones de este curso judicial, podría abrirse un engorroso camino en esos tribunales inferiores. Y eso aleja la posibilidad de que el juicio de Washington esté resuelto, o ni siquiera iniciado, antes de la cita de los estadounidenses con las urnas el 5 de noviembre.

La jueza que preside el caso, Tanya Chutkan, ha calculado que una vez reactivado el proceso (congelado mientras decide el Supremo) dará tres meses para preparar un juicio que se calcula que una vez arranque puede durar entre dos y tres meses.

Posponer es, indudablemente, una de las metas de Trump. Es la estrategia que ha usado repetidamente y durante décadas en sus numerosos problemas legales pero en este caso tendría una importancia y unas repercusiones enormes. Si Trump gana los comicios, donde vuelve a medirse con Biden, se da por seguro que tomaría el paso extraordinario de instar al Departamento de Justicia a retirar los cargos por cuatro delitos con que le ha imputado el fiscal especial Jack Smith.

La vista

En la vista de este jueves en el Supremo John Sauer, abogado de Trump, ha defendido que el presidente tendría inmunidad incluso si orquestara un golpe de Estado u ordenara el asesinato de un rival político, afirmaciones que no parecen compartir muchos de los magistrados del Supremo, incluyendo conservadores.

No obstante, hay también entre una aparente mayoría dudas de que el tribunal de apelaciones acertara al dejar que el caso siguiera adelante. Y John Roberts, el presidente del Supremo, ha afeado a esa corte "no haber entrado en una consideración concentrada de qué actos o documentos" probarían los delitos con los que se ha imputado a Trump por sus intentos de quedarse en el poder.

Varios magistrados conservadores han mostrado también preocupación por el impacto que lo que decidan sobre la inmunidad presidencial pueda tener en futuros mandatarios y en la democracia estadounidense. Neil Gorsuch, uno de los tres jueces nombrados por Trump, ha recordado que tienen entre manos "una decisión para la historia". Y Brett Kavanaugh, otro de los nominados por Trump, ha opinado que si se abre la puerta a imputar a presidentes por actos oficiales "va a usarse contra el actual presidente, y el siguiente y el siguiente". "No me preocupa tanto el aquí y ahora, me preocupa más el futuro", ha dicho.

Las tres juezas progresistas, mientras, han atacado las alegaciones de la defensa. Elena Kagan, por ejemplo, ha recordado que los padres de la Constitución "no incluyeron una cláusula de inmunidad" cuando "sabían cómo hacerlo". "Reaccionaban contra un monarca que aseguraba estar por encima de la ley", ha recordado.

La decisión del Supremo podría tener un impacto también en el caso penal que Trump enfrenta en Georgia, centrado en sus intentos de revertir los resultados electorales en ese estado. Aunque al tratarse de cargos estatales no dependen del Departamento de Justicia (y por tanto Trump no podría buscar que se retiraran ni concederse un perdón incluso si volviera a la presidencia), podría retrasar el proceso.

Precisamente la víspera de esta vista un gran jurado de Arizona aprobó presentar cargos contra 18 personas, incluyendo aliados de Trump como su exabogado Rudy Gualiani y Mark Meadows, que fue su jefe de Gabinete, por la trama para intentar enviar desde el estado a Washington falsos electores en lugar de los elegidos para certificar la victoria de Biden.