Escándalo

Polémica en Argentina por el pasado del ministro de Justicia como abogado de acusados de narcotráfico

Mariano Cúneo Libarona defendió a un jefe narco de la periferia bonaerense, según el diario 'La Nación'

El narcotráfico desafía a Javier Milei con una inédita ola de violencia en Rosario

El ministro de Justicia argentino, Mariano Cúneo Libarona, durante una visita a Madrid el pasado 8 de marzo.

El ministro de Justicia argentino, Mariano Cúneo Libarona, durante una visita a Madrid el pasado 8 de marzo. / JAVIER LIZÓN / EFE

Abel Gilbert

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La crisis en Rosario, la segunda urbe argentina, por el poder de fuego y extorsión del narcotráfico ha obligado al Gobierno de ultraderecha a poner en el centro de su agenda la política de seguridad, al punto de analizar la pertinencia de una participación de las Fuerzas Armadas. La ministra del ramo, Patricia Bullrich, comenzó a hablar de "narcoterrorismo", una figura que no tiene precedentes en el lenguaje político de este país. Tanto Bullrich como el presidente Javier Milei aseguraron que el país enfrenta un momento decisorio que debe ser abordado sin ambigüedades por todas las estructuras del Estado. En ese contexto, el influyente periodista del diario La Nación, Carlos Pagni, ha denunciado que el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se desempeñó como abogado defensor de Miguel "Mameluco" Villalba, un jefe narco de la periferia bonaerense. La publicación ha provocado un revuelo previsible.

Villalba se enfrenta a un juicio oral. Antes de ser ministro, según señala Pagni, Cúneo Libarona le asistía legalmente. "¿Tiene culpa por ser abogado de un cliente que es narcotraficante? No, es su función como penalista. Pero políticamente aparecen algunas incompatibilidades". Y añade: "En el caso de Cúneo Libarona son cada vez más frecuentes".

Un abogado singular

Cúneo Libarona alcanzó tres décadas atrás cierta notoriedad mediática por defender a Guillermo Cóppola, el exrepresentante de Diego Maradona, en una causa por consumo de cocaína. En un jarrón chino de su casa le habían encontrado 406 gramos. La investigación fue finalmente una farsa y el joven abogado fue determinante en ponerla al descubierto.  

Durante esos años también defendió a Amira Yoma, excuñada del presidente Carlos Menem y su secretaria privada, quien había sido involucrado en el llamado "Yomagate", un escándalo relacionado con el tráfico de drogas. La excuñada había sido acusada de integrar una banda internacional de lavado de dólares que operaba en Europa, África y América Latina, y de la que formaba parte Ibrahim al Ibrahim, un sirio que no hablaba castellano y fue designado en Migraciones, y el traficante de armas Monzer Al Kassar. Cúneo Libarona logró que Amira Yoma fuera absuelta. También ejercicio con éxito la defensa de un comisario de la policía bonaerense que había sido imputado de pertenecer a la red local que participó del atentado antisemita contra la mutual judía capitalina que provocó la muerte de 84 personas en 1994.

"Jamás fui abogado, no lo conozco, ni lo vi en mi vida a Mameluco Villalba", ha reaccionado el titular de la cartera de Justicia. "Me informan ahora que quien ejerció su defensa hace muchísimos años atrás (en legítimo ejercicio del derecho a contar con un abogado defensor) fue mi hermano Matías y somos independientes". Pero Pagni también ha señalado que el ministro atendió con su "asistencia personal" al exintendente de la ciudad de Paraná, Sergio Varisco, condenado a seis años de prisión en una causa por narcotráfico. "Le van a tener que dar una medalla a Varisco y pedirle perdón", declaró Cúneo Libarona meses antes conocerse la sentencia. A su vez, recordó el portal La política online, el ministro fue años atrás abogado de Mario Segovia, alias "El Rey de la Efedrina". Antes de ser nombrado ministro, formaba parte del equipo de asesores de un gran empresario aeroportuario, Eduardo Eunekian, un exempleador de Milei.

Intervención castrense

El debate sobre los antecedentes de Cúneo Libarona ha opacado otra discusión de mayor relevancia. El Gobierno quiere modificar la ley de Seguridad Interior que impide la participación de los militares en crisis como la que tiene lugar en Rosario. Esas tareas las realizan las fuerzas federales como la gendarmería y la policía. La prohibición es fruto de la trágica experiencia de la participación castrense en cuestiones internas, en particular durante la última dictadura. Con la recuperación democrática, los partidos políticos mayoritarios coincidieron en excluirlos para no repetir errores del pasado.

En la actualidad, el Ejército solo está habilitado a desempeñar tareas logísticas en la ciudad aterrorizada por el narcotráfico. El ministro de Defensa, Luis Petri, informó que los uniformados solo estarán asociados con el transporte estratégico y táctico, así como la comunicación. Milei sostuvo que la modificación de la ley no supondrá que, en adelante, los integrantes de las Fuerzas Armadas puedan entrar en situaciones de combate. Según Petri, lo que se pretende es que realicen "acciones adicionales" que no se especificaron. Tanto opositores como representantes de los organismos defensores de derechos humanos advirtieron sobre el peligro de que el Gobierno repita la mala experiencia mexicana, cuando en 2006, se permitió la participación militar en el combate contra el narcotráfico.