Conflicto en Oriente Próximo

Los 'halcones' presionan a Biden para que ordene un castigo ejemplar al ataque letal en Jordania

EEUU confundió el dron que mató a tres de sus militares con uno de los suyos y no activó la defensa antiaérea, según 'The Wall Street Journal'

Biden reitera a Netanyahu la necesidad de crear un Estado palestino tras negativa israelí

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Ricardo Mir de Francia

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El progresivo repliegue estadounidense de Oriente Próximo, iniciado durante la presidencia de Barack Obama y nunca formalmente revertido, vuelve a estar en entredicho. El apoyo total prestado por Joe Biden a Israel en su guerra contra Hamás, traducido en armas, inteligencia o protección diplomática, está volviendo a enredar a Estados Unidos en el cementerio de sus delirios imperiales. Desde el 7 de octubre, se suceden los ataques contra los intereses de Washington en la región a cargo de las milicias satélites de Irán, el principal rival que enfrentan EEUU, Arabia Saudí e Israel para imponer su hegemonía desde el Golfo Pérsico al Mediterráneo oriental. Esos ataques no habían pasado de ser poco más que un incordio hasta el domingo, cuando tres militares estadounidenses murieron en una base en Jordania y más una treintena resultaron heridos. El primer incidente letal para sus tropas en la región desde el inicio de la guerra en Gaza.

Según ha revelado este lunes 'The Wall Street Journal', los militares no pudieron repeler el ataque activando las defensas antiaéreas al confundir el dron que disparó contra la base con uno de los suyos que en ese momento estaba regresando. Por contra, otros dos drones "enemigos" que se lanzaron contra objetivos próximos fueron abatidos.

“Anoche tuvimos un día duro en Oriente Próximo”, dijo Biden el domingo durante un acto de campaña en Carolina del Sur. “Debemos responder”. Horas antes un dron había golpeado Tower 22, la base militar que su país tiene en el noreste de Jordania, en pleno desierto y en el punto donde la frontera jordana se cruza con las de Siria e Irak. La base alberga unos 350 militares y tiene una notable importancia estratégica para Washington. Tanto por su cercanía a la autopista que comunica Teherán con Damasco, una de las vías de abastecimiento para los aliados iraníes en el Levante, como a la base estadounidense de Al Tanf (Siria), utilizada en la lucha contra el Estado Islámico. De acuerdo con fuentes del Pentágono citadas por los medios estadounidenses, el dron atacó los barracones residenciales donde se alojan las tropas.

El ataque ha sido reivindicado por la Resistencia Islámica de Irak, una coalición de milicias chiíes auspiciadas por Irán que lucharon contra el ISIS en el mismo bando que EEUU hasta que los yihadistas fueron neutralizados. Desde entonces parecen haber recuperado su misión original: expulsar a las tropas estadounidenses de Irak, donde mantiene unos 2.500 militares. (En Siria, le quedan unos 900). “Si EEUU sigue apoyando a Israel, habrá una escalada. Todos los intereses estadounidenses en la región son objetivos legítimos”, dijo la coalición de milicias en un comunicado.

Poder de disuasión de EEUU

Desde el 7 de octubre, cuando el devastador ataque de Hamás sobre el sur de Israel encendió la región, los intereses norteamericanos en Oriente Próximo han sido golpeados en 160 ocasiones, según el Pentágono. Reacio inicialmente a responder, Biden está desenfundando poco a poco las pistolas. Tanto en Irak, como en Siria, como en Yemen, donde se ha enzarzado en una guerra de baja intensidad contra los hutíes para tratar de desactivar sus amenazas contra la navegación comercial, blandidas como medida de presión para frenar el asalto sobre Gaza.

Pero este último incidente es distinto porque, por primera vez, hay bajas con pasaporte estadounidense. Axios informó este lunes que la Casa Blanca está estudiando “una respuesta militar significativa” contra las milicias proiraníes. “No queremos la guerra pero los responsables del ataque deben sentir nuestra respuesta”, le dijo un alto cargo al portal estadounidense. El dilema es evidente. Por un lado Biden está obligado a restaurar mínimamente el maltrecho poder de disuasión de EEUU, pero si se excede en la respuesta, se arriesga a enfangarse en una guerra regional con Irán y sus satélites.

Presión para atacar Irán

En las encuestas, su reelección está lejos de estar asegurada y los ‘halcones’ en Washington presionan para que ordene una respuesta ejemplar en territorio iraní, que sería con toda seguridad aplaudida en Israel. Particularmente la rama intervencionista del Partido Republicano. Su líder en el Senado, Mitch McConnell, ha reclamado que imponga “costes serios y devastadores” sobre Irán. “La única respuesta a estos ataques tienen que ser represalias militares devastadoras sobre las fuerzas terroristas de Irán, tanto en Irán como en el resto de Oriente Próximo”, ha dicho su correligionario, el también senador Tom Cotton.

Muchos están aprovechando la crisis para presentar a Biden como un líder débil y cobarde. “La disuasión de EEUU en la región ha colapsado y los estadounidenses están muriendo. Las repetidas muestras de debilidad de Biden están propiciando nuevos ataques”, escribió este lunes ‘The Wall Street Journal’ en uno de sus editoriales. También Trump se sumó a la fiesta. “Este ataque nunca hubiera sucedido de ser yo presidente, ni soñarlo”, dijo el expresidente y de nuevo candidato republicano.

El momento no es el mejor para la Casa Blanca. Sus lugartenientes tratan de negociar con Egipto y Qatar un acuerdo para liberar a los rehenes israelíes a cambio de una tregua de dos meses en Gaza, según ‘The New York Times’, y, paralelamente, una segunda entente para prevenir una guerra entre Israel y Hizbulá. De ahí que no hayan soluciones fáciles para Biden, que va a tener que hilar muy fino si no quiere que el polvorín acabe explotando. La vía más fácil para prevenirlo sería detener definitivamente la guerra en Gaza. Pero el anciano presidente no está por la labor.