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¿Quién fue Lenin? Cinco claves sobre la figura del líder comunista en el centenario de su muerte

Mural en el que aparece Lenin en la estación de metro de Baumanskaya.

Mural en el que aparece Lenin en la estación de metro de Baumanskaya. / Àlex Bustos

Àlex Bustos

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Revolucionario, intelectual, líder proletario, dictador fueron algunas de las etiquetas para referise a Lenin, uno de los grandes nombres del siglo XX, cuyo nombre oficial era Vladímir Ilyich Ulianov. Mucho más conocido por su pseudónimo, fue un hombre que convirtió el imperio Ruso en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), algo que le hizo pasar a la historia. A día hoy, su cadáver momificado puede verse en pleno centro de Moscú. Hijo de una familia media acomodada, la ejecución de su hermano por parte de las autoridades zaristas le hizo implicarse políticamente en un tiempo convulso para Rusia y Europa en general. 

El estudiante rebelde

El estudiante rebelde

Desde bien joven, Lenin ya tenía la mirada puesta en la política. La muerte traumática de su padre, sumada a la pena capital que aplicaron a su hermano y a la grave enfermedad que sufrió su hermana, alejaron la alegría y jovialidad que caracterizó los primeros años en la Tierra de Lenin. Incluso algunos de sus conocidos, como el revolucionario Georgui Plejanóv, decían que “carecía de sentido del humor”. 

Aunque llegó con honores a la Universidad Estatal de Kazán por sus resultados académicos, esto no se plasmó en éxito en sus estudios superiores por su actividad subversiva. Fue expulsado por participar en manifestaciones de estudiantes pacífica. Entonces empezó a estudiar de forma autodidacta hasta que pudo regresar a Kazán, donde conoció a algunos grupos de disidentes marxistas y empezó a leer a Karl Marx y otros autores de la misma índole.

 

El exilio en Siberia

El exilio en Siberia

Las autoridades no iban a dejar pasar fácilmente las “malas compañías” y las ideas de Ulianov, y después de ser detenido a finales del siglo XIX, se le encarceló junto a algunos de sus conocidos revolucionarios por querer difundir propaganda socialdemócrata. Es por ello que tras un tiempo en prisión, se le mandó a Siberia. Pasó tres años allí, durante los cuáles conoció a su primera esposa, Nadia Krupskaya, y siguió formándose y leyendo a autores marxistas.

Además de estudiar y también realizar su propia obra, Lenin también aprovechó su exilio para idear como unir organizaciones clandestinas socialistas en una sola, para que esta pudiera ser más potente y suponer un auténtico peligro para el orden establecido.

El revolucionario

El revolucionario

Durante principios del siglo XX, Lenin viajó por Europa en múltiples ocasiones, a países como Suiza, el Imperio Austrohúngaro o el Reino Unido. Durante estosdesplazamientos, solía quedar con socialistas tanto locales como rusos exiliados, con los que debatía y charlaba sobre política.

La primera guerramundial hizo que la Internacional Comunista se tambaleara, pues muchos líderes socialistas y comunistas se alinearon con sus gobiernos en lugar de con el idealismo revolucionario, algo que no compartía Lenin, que rechazó estos planteamientos. Sin embargo, entendió que para sus intereses era incluso favorable una derrota rusa en el conflicto, porque favorecía la desintegración de la Rusia zarista. Ese caldo de cultivo favoreció las revoluciones de 1917 que culminarían con los bolcheviques en el poder en ese mismo año.

El líder

El líder

Los nuevos dirigentes del país se vieron obligados a firmar una paz poco ventajosa con Alemania para salir por la vía rápida de la primera guerra mundial. Los comunistas tenían por delante un reto también titánico: pasar de un estado capitalista a uno socialista y luchar contra el Ejército blanco que quería restituir la autoridad del zar. Estos últimos además contaban con el apoyo de poderosas potencias extranjeras, como el Imperio Británico, los Estados Unidos, Francia, entre otros.  

En el poder (1917-.19024) , Lenin quería asegurarse de que no lo iba a perder. Para ello fue necesario, además de luchar contra los blancos en la guerra civil rusa, perseguir a todo aquel que pudiera suponer un contrapeso a los bolcheviques, y por ende, a él. Con esas ideas en mente, se gestó el comunismo de guerra que moldeó lo que unos pocos años más tarde sería la Unión Soviética. Se abolió la propiedad privada, se nacionalizó la industria y el comercio, se prohibieron las huelgas y se racionaron los víveres y otros productos

Para poder implementar dichas medidas fue necesario reprimir a las voces disidentes, algo que años más tarde se llamó "el Terror Rojo", que supuso la muerte de decenas de miles de personas. El NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos), la policía secreta de la época, fue la que aterrorizó a los ciudadanos de la época. Cuando aún coleaba la Guerra Civil Rusa, Lenin impulsó la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), culminando así la revolución de 1917 y cimentando el liderazgo del bloque comunista durante la guerra fría.

El legado

El legado

Incluso en la Rusia más contemporánea el rostro de Lenin está muy presente. Con el permiso del poeta Aleksander Pushkin, no hay una sola ciudad de Rusia sin una avenida/calle con el nombre del primer dirigente de la URSS. Incluso la mayor parte de ciudades tiene una estatua de él, la mayoría de ellas en sitios céntricos o importantes de estas, además de estar presente en mosaicos y otros tipos de homenajes en las paredes de la ciudad y su metro. La urbe dónde nació, Simbirsk en aquel momento, ahora se llama Ulianovsk en honor a Lenin.

Sin duda, la historia ha sido mucho más benevolente con él que con su sucesor, Iosif Dzugashviili “Stalin”, el “hombre de acero”. Aunque también promovió lo que se conoció como “el Terror Rojo” de los años 20, no hubo ninguna política de “desleninización” como sí la hubo con Stalin. Es por ello que para el ruso de a pie actual, tal y como indican estadísticas como las del Centro de Opinión independiente Levada apunta que cerca del 34% de los rusos tienen una buena opinión del líder marxista, mientras que solo un 10% tiene una mala idea del mismo. 

Y es que sin él no se puede entender el papel central que tuvo en el siglo XX la Unión Soviética, que fue el país decisivo para la derrota de la Alemania nazi en la segunda guerra mundial y el líder del bloque socialista durante la guerra fría. Tras la paz de Yalta, la URSS se postuló como una superpotencia que podía competir con Estados Unidos en todos los rincones del planeta. La URSS consiguió durante los casi 70 años de su existencia aliados en América, Asia, Europa y África, y fue un fiero competidor de Washington en la carrera armamentística y espacial.

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