Violencia en el país sudamericano

El narcocorrido llega a Ecuador como muestra del dominio de la poderosa banda Los Choneros

¿Qué está pasando en Ecuador? 5 claves de la crisis política

Operación antidrogas del Ejército en Guayaquil.

Operación antidrogas del Ejército en Guayaquil. / FERNANDO MENDEZ / AFP

Abel Gilbert

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La violencia se enciende con la velocidad de un fósforo en Ecuador y es el idioma que explica su delicado presente en medio de una campaña electoral en la que el joven empresario Daniel Noboa corre con ventaja frente a la correísta Luisa González a dos semanas de la segunda vuelta. Ecuador registró en 2022 una tasa de homicidios de 25,9 por cada 100.000 habitantes, una de las más altas de Latinoamérica. El delito se incrementó un 69,13% en el primer semestre de 2023, en comparación con el mismo período del año anterior. Como viene ocurriendo en los últimos años, las disputas a cielo abierto y en las cárceles entre las bandas de narcotraficantes devoran a la política. El presidente Guillermo Lasso acaba de decretar nuevamente el estado de excepción. Pero desde el mismo universo penitenciario, la delincuencia redobla la apuesta al Gobierno y la sociedad, esta vez con un formato musical. El narcocorrido, como se conoce el cancionero surgido en México que comenta y exalta a los delincuentes, ya tiene en su desafiante versión ecuatoriana y da cuenta del poder material y simbólico que tiene en el presente las bandas dedicadas no solo al mercado de las drogas y en alianza con los carteles mexicanos y la mafia albanesa. El lavado de capitales, la extorsión, la venta de armas, el contrabando, el robo y la minería ilegal, así como el sicariato, forman también parte de sus actividades.

Con las elecciones de trasfondo ha empezado a circular en YouTube el videoclip de El Corrido del León, producido por JF Music Entertainment, una tapadera de Los Choneros, el principal grupo narco de Ecuador. La canción que interpreta el dúo Mariachi Bravo y que ya tiene unas 300.000 reproducciones es una apología cantábile de Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el hombre que, a los 48 años y desde una prisión de la ciudad portuaria de Guayaquil maneja una fuerza de 8.000 hombres asociada al cártel de Sinaloa. Al igual de lo que venía sucediendo con el Tren de Aragua en Venezuela, la cárcel no es un espacio de encierro y prometida reeducación, sino una gran base de operaciones de alcance transnacional. "Un hombre de mucha honra... un amigo lleno de humildad. El jefe y patrón, señores", presentan socialmente los mariachis a Fito y aseguran que no es como "mal informan" sobre su frondoso prontuario.

430 presos muertos

Los Choneros han liderado las disputas sangrientas en las unidades penitenciarias que, desde 2021, han dejado 430 presos muertos. Macías Villamar ha sido apresado en 2011. Se escapó y lo capturaron. Cumple una condena de 34 años. Su nombre ha estado asociado al asesinato en agosto pasado del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Tras el atentado letal, perpetrado por un sicario de origen colombiano, Fito fue trasladado a otro penal en medio de un operativo en el que participaron unos 4.000 militares y policías. Pero "el jefe y patrón", como lo llama el narcocorrido, volvió a la misma celda de lujo de la que lo habían sacado por orden judicial y pese a las protestas del Gobierno.

El vídeo, filmado con esmero y presupuesto, pone en escena el dominio que el propio Fito ejerce en la prisión. La cámara lo muestra con su barba hirsuta y el rostro escondido detrás de un sombrero de paja, todo un enigma que se devela al posar frente a un mural con una imagen equina y una herradura que fue pintado en uno de los pabellones de la cárcel, donde, en otra escena, saluda amistosamente a otros internos. Macías Villamar ha tenido tiempo para manejar a Los Choneros detrás de las rejas y, a la vez, graduarse de abogado. Por eso también se lo ve con un libro. Se exhibe a su vez acariciando un gallo. Su autoridad se representa en los anillos de oro en forma de leones, un brazalete del mismo estilo y otro mural sobre la naturaleza felina que el narco observa con delectación de conocedor del arte.

El canto de su hija

"En sus venas corre sangre buena, corazón de hijo, hermano y papá, por su gente amor de a de veras, si es de dar, la mano la da. Por usted yo me sacó el sombrero, él es Fito, él es mi papá", canta su hija, Queen Michelle. Había sido secuestrada en noviembre de 2021 por una banda rival a Los Choneros. Ella alaba la figura paterna montada sobre un caballo y con una finca a sus espaldas. La letra habla, además, de las"penas" que Macías Villamar "sufrió en su vida", la pérdida de un hermano y el atentado contra su hijo menor a quien "Dios y san Judas Tadeo sanaron". Él y su hermano Javi, se canta, cuidan a la familia con esmero. "Es el líder de los Choneros, todo un hombre y un gran caballero".

Apología del delito

En YouTube también circula un vídeo de El Jincho que es apologético de Los Tiguerones, una banda que compite con Los Choneros por el negocio de la droga. El narcocorrido que encumbra a Macías Villamar supone un salto exponencial en la cultura narco que se instala en Ecuador. El servicio penitenciario todavía no ha podido explicar cómo pudo ser filmado en buena parte en la prisión. El colectivo #SOScárcelesEc considera el clip una inequívoca apología del delito. Y, también, una pieza musical sobre la corrupción en las cárceles de ese país, advertida ya en marzo de 2022 por la la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en medio de una de las olas de sangre y muerte.

Noboa y González han asegurado al electorado que tienen la medicina necesaria para terminar con la tragedia que asola a la sociedad desde que el narcotráfico ganó tamaña centralidad. La violencia es apenas una cara de la moneda que circula impunemente. La lucha del Estado contra las bandas apenas ha afectado al 7% del patrimonio que han acumulado en pocos años. El corrido del León es observado como una prueba de lo que se proponen Los Choneros. Unir detrás suyo a otras bandas (Los Tiguerones, los Latin King, Los Lagartos y Los Chone Killers) para aumentar la capacidad operativa más allá de Ecuador. Fito se asegura la dupla de aduladores, "daría hasta su vida, mucho más si le muestran lealtad". El culto a la figura del hombre más temido es tan complaciente como escalofriante.