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Los expresidentes en política: de la discreta Merkel a la piedra en el zapato de Johnson

Merkel, condecorada este año por el presidente Walter Stenmeier con la Gran Cruz al Orden del Mérito de la República Federal

Merkel, condecorada este año por el presidente Walter Stenmeier con la Gran Cruz al Orden del Mérito de la República Federal / EFE

Gemma Casadevall / Lucas Font

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Fuera de España, el papel de los dirigentes políticos que han sido relevantes en su país es muy diferente, y oscila desde la discreción observada por la excancillera Angela Merkel en Alemania hasta la omnipresencia que tuvo hasta su reciente fallecimiento Silvio Berlusconi en Italia o el martilleo constante a sus sucesores del exprimer ministro británico Boris Johnson, pasando por la resistencia a abandonar la primera línea de los expresidentes franceses Nicolas Sarkozy o François Hollande.

En Alemania la excancillera Angela Merkel se retiró en 2021 tras 16 años en el poder y aparece esporádicamente en actos de perfil bajo o visitas privadas a la ópera. No tiene cargos ni interviene en los actos de su partido, la Unión Cristianodemócrata, liderada por quien fue su rival interno histórico, el derechista Friedrich Merz. Su discreción actual coincide con el cuestionamiento de su legado tras la invasión de Ucrania. Se la acusa de haber “dejado hacer” a Vladímir Putin, en lugar de frenarle.

Muy distinta es la posición pública de su antecesor, el socialdemócrata Gerhard Schröder, quien siempre fue un hábil acaparador del foco mediático. Ahora se prodiga en recepciones en la embajada rusa y defiende su amistad con Putin. Schröder protagonizó tras su retirada, en 2005, un espectacular caso de puerta giratoria al pasar a ocupar puestos en consejos directivos de empresas controladas por el Kremlin. Pocos meses antes de dejar el cargo había atado los cabos para la construcción del gasoducto germano-ruso Nord Stream. Desde su Partido Socialdemócrata (SPD) han surgido iniciativas para expulsarlo. Hasta ahora, sin éxito.

Blair recobra un papel

Ser exprimer ministro en el Reino Unido no es ni mucho menos estar condenado al ostracismo. Boris Johnson continuó dando guerra como diputado hasta hace apenas unos meses, cuando fue obligado a dimitir por los escándalos del ‘Partygate’. A pesar de su salida forzada de la política, Johnson sigue siendo una piedra en el zapato para el actual primer ministro, Rishi Sunak, a quien no duda en criticar siempre que tiene ocasión. En el caso de Theresa May y Lizz Truss, ambas siguen siendo parlamentarias y sus opiniones, más cautelosas y menos críticas que las de Johnson, siguen teniendo peso y repercusión en los medios de comunicación.

Otros 'expremiers’, como David Cameron o Tony Blair, optaron por una salida discreta de Downing Street. La mala prensa del exlíder laborista tras su salida del Gobierno le llevó a permanecer en la sombra en los últimos años, aunque la llegada de Keir Starmer al frente del partido le ha vuelto a situar como un activo de cara a la campaña para las próximas elecciones generales.

Los dos únicos expresidentes vivos en Francia son el conservador Nicolas Sarkozy (2007-12) y el socialista François Hollande (2012-17). Como sus presidencias se limitaron a un único mandato y dejaron el Elíseo relativamente jóvenes para una jubilación política —57 años en el caso de Sarkozy y 62 años para Hollande—, ambos se han resistido a alejarse de la primera línea.

Tras su fracasado intento en 2016 para volver a presentarse a unas presidenciales, Sarkozy no ha dejado de mover sus tentáculos para influir, tanto en su partido como en el Gobierno de Emmanuel Macron, informa Enric Bonet. No solo varios de sus ex delfines —el ministro del Interior, Gérald Darmanin, o el de Defensa, Sébastien Lecornu— forman parte del Ejecutivo centrista, sino que también mantiene una buena relación con el actual inquilino en el Elíseo. El expresidente lo utiliza para hacer avanzar sus propuestas, como una coalición gubernamental, de momento fallida, entre el macronismo y Los Republicanos (LR). Pero también para conservar apoyos en las altas esferas, que considera necesarios este exdirigente condenado penalmente e implicado en múltiples casos de corrupción.

Críticas de Hollande al Partido Socialista

Sin 'affaires' judiciales, Hollande tampoco quiere alejarse demasiado de los focos mediáticos. Desde el final de su presidencia, ha publicado dos libros (en 2018 y el año pasado) que resultaron un éxito comercial. En los últimos años, ha convertido en su especialidad las críticas afiladas contra Macron —con el que mantiene una pésima relación tras la traición del que fuera su ministro de Economía— y la actual dirección del Partido Socialista. A pesar de ello, los vínculos entre Hollande y el PS parecen haber mejorado en los últimos tiempos. Así lo demostró su presencia a finales de agosto en la universidad de verano de la centenaria formación.

Pese a sus líos judiciales y escándalos de todo tipo, Silvio Berlusconi , el político por antonomasia más famoso de Italia tras Benito Mussolini en el último siglo, nunca dejó de ocupar el centro de la escena pública de su país, después de que en 2011 se viera obligado a dimitir como primer ministro italiano en su última legislatura, informa Irene Savio.

Él mismo lo quiso así, especialmente en el frente político. Como líder de un partido creado a su imagen y semejanza, Berlusconi nunca pudo (o quiso), por ejemplo, encontrar un sucesor. Por esta razón, incluso después de su caída en desgracia, el único interlocutor para el resto de las fuerzas políticas siguió siendo él.

Matteo Renzi, un centrista y uno de sus grandes rivales, así como exlíder del Partido Democrático (PD), lo expresó con palabras llenas de cinismo: “Nunca existió un sucesor de Berlusconi, porque la gente como Berlusconi no tiene sucesores. Y aquellos que se consideran tales son solo unos patéticos imitadores”, afirmó Renzi.

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