Alekséi Sháposhnikov, la pieza clave del régimen de Putin para controlar Moscú

Moscú es uno de los principales escaparates de Rusia, y desde el punto de vista del dinero, el más relevante. El pasado ejercicio, hasta noviembre, los ingresos de la alcaldía se elevaron a 3,1 billones de rublos, unos 28.500 millones de euros al cambio actual. Todos los propietarios de grandes fortunas de Rusia, sin excepción, poseen apartamentos de lujo, ya sea en el centro de la ciudad o en alguna torre acristalada del distrito financiero Presnensky, o acotadas villas en el barrio de Rubliovka, con sus mercados a precios desorbitados y sus exclusivas tiendas de marca. No es de extrañar, por tanto, que las autoridades rusas hayan puesto siempre toda la carne en el asador para garantizar que, elección municipal tras elección municipal, la alcaldía siga en manos de políticos afectos al sistema, manteniéndola fuera del alcance de una oposición que tiene precisamente en la capital rusa uno de sus principales feudos. Alekséi Sháposhnikov, mano derecha del alcalde Serguéi Sobianin y presidente de la Duma de Moscú, órgano equiparable a un Parlamento autonómico en España, es uno de los más importantes garantes de que la principal institución capitalina continúe bajo el control el partido oficialista Rusia Unida.

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Los ejemplos del favoritismo de Sháposhnikov en favor de los edinorossi (nombre coloquial que reciben los diputados de Rusia Unida) al frente de la Cámara son numerosos y hasta sonrojantes. En diciembre de 2018, durante una votación rutinaria en la asamblea sobre un proyecto de ley, la diputada comunista Yelena Shubálova pidió la palabra para constatar una grave disfuncionalidad: en el hemiciclo se hallaban 26 diputados, pero el tablero de la votación mostraba 33 votos afirmativos y tres negativos. En tono monótono y aleccionador, el padre de la millonaria estudiante de Psicología residente en Barcelona se limitó a responder que para "contar" ya existía "en la sala un sistema especial" en el que confiaba "plenamente". "¡Eso quiere decir que su sistema no funciona bien; coloque sus ojos en su mano y cuente: hay 26 personas!, respondió, indignada, la parlamentaria municipal.

Las finanzas del diputado Sháposhnikov, con ingresos difíciles de justificar si se toma como baremo su actividad profesional, le han puesto en la picota incluso ante sus propios colegas parlamentarios. Definido por el portal RBK como el diputado "más rico" de Moscú, en el año 2019 declaró un patrimonio de unos 2.000 millones de rublos, unos 27 millones de euros al cambio de entonces, lo que empujó al diputado Mijaíl Timónov, del partido Rusia Justa, a iniciar un procedimiento de investigación que finalmente fue rechazado por la mayoría oficialista en la cámara. "Los compañeros del millonario Alekséi Sháposhnikov se negaron a examinar su declaración de ingresos", titulaba, indignado, 'Rasmi.ru', un portal independiente ruso especializado en noticias sobre la corrupción. "No tengo que probar nada", respondía el interesado en cada vez en que le preguntaban por el origen de sus ingresos.

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Defensor de la guerra

Más allá de su cuestionada economía personal, el presidente del Parlamento de Moscú es uno de los diputados municipales que con mayor ahínco defiende la invasión de Ucrania, asumiendo públicamente y sin cortapisas todas las justificaciones esgrimidas por el presidente Vladímir Putin sobre la presencia de "nazis" en el Gobierno de Kiev, a la par que estableciendo cuestionados paralelismos entre la invasión de Ucrania con la Segunda Guerra Mundial. Una de sus últimas intervenciones en el canal municipal de YouTube se remonta al 22 de junio pasado, fecha en que el país conmemoraba el 82º aniversario de la invasión alemana. Frente a la Tumba al Soldado Desconocido, en el Jardín de Alejandro, al pie de las murallas del Kremlin, el speaker repitió de forma solemne las célebres palabras que pronunció el ministro de Exteriores soviético Viacheslav Mólotov a través de la radio en 1941 al conocerse la invasión nazi -"Nuestra causa es justa; el enemigo será destruido y la victoria será nuestra"- una frase que, según su opinión, en este 2023, había "adquirido un nuevo significado", en referencia al conflicto de Ucrania.

El control de la Duma de Moscú, ciudad considerada uno de los principales feudos opositores, en estos tiempos de guerra y supuestas turbulencias internas en el Kremlin, es de gran relevancia para la estabilidad del régimen putinista. El pasado fin de semana se celebraron elecciones locales, y aún reverberan los ecos de lo sucedido en la anterior convocatoria electoral de 2019, en la que decenas de miles de personas salieron a la calle para exigir elecciones libres y miles de manifestantes fueron arrestados. En las actuales circunstancias de conflicto bélico, semejantes escenas serían problemáticas de asumir para el poder, por lo que solo ha permitido que concurran candidatos sparring sin oportunidades ante el actual alcalde Sobianin, el gran aliado de Sháposhnikov.

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