Elecciones en el país centroamericano

Guatemala celebra una tensa segunda vuelta de las presidenciales con el progresista Arévalo de León como favorito

América Central: democracias que languidecen

El candidato favorito a ganar las presidenciales en Guatemala, Bernardo Arévalo de León, durante el cierre de campaña del partido Movimiento Semilla.

El candidato favorito a ganar las presidenciales en Guatemala, Bernardo Arévalo de León, durante el cierre de campaña del partido Movimiento Semilla. / ESTEBAN BIBA / EFE

Abel Gilbert

Abel Gilbert

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Unos 9,3 millones de ciudadanos de Guatemala están llamados este domingo a participar de las elecciones más decisivas desde el inicio de la era institucional, en 1986. La segunda vuelta entre el sociólogo Bernardo Arévalo de León, amplio favorito en las encuestas, y la exprimera dama, Sandra Torres Casanova, está precedida de semanas de tensión política y cierta incertidumbre. "Esta no es una segunda vuelta normal", dijo la politóloga Marielos Chang. La contienda estará celosamente vigilada por el Ejército para evitar incidentes.

La fulgurante irrupción de Arévalo de León, por quien nadie parecía apostar en la primera vuelta del pasado 25 de junio, trastocó todas las previsiones. Nadie detectó entonces el ascenso en la preferencia de los electores del candidato del Movimiento Semilla, de centroizquierda. En casi dos meses, ha habido intentos por todos los medios de evitar el escenario tan temido por la elite. Las zancadillas, una guerra sucia informativa y las maniobras desestabilizadoras no parecen haber frenado el impulso de un aspirante que ha recibido el apoyo de la juventud y otros sectores sociales sobre la base de un discurso a favor de políticas sociales inclusivas y una lucha decidida contra la corrupción. "Un pueblo que reclama su dignidad no puede ser detenido, qué hermoso es sentir que vuelve a creer que puede tomar de verdad el futuro en sus manos", dijo este académico y exdiplomático nacido en Montevideo en 1958, durante el exilio de su padre, el expresidente Juan José Arévalo Bermejo, al cerrar su campaña.

Su rival tiene una frondosa biografía política. Se encargó de los programas sociales durante el mandato de su esposo, Álvaro Colom (2008-2011), de quien se divorció hace 12 años. Muchos guatemaltecos recuerdan esas iniciativas con nostalgia. Pero en este tercer intento de llegar a la presidencia, Torres Casanova ha dejado en el camino sus acotados pergaminos socialdemócratas para inclinarse hacia una plataforma más conservadora: la defensa de la familia "tradicional" y una política de seguridad mirada de reojo en la experiencia salvadoreña de Nayib Bukele, son las principales ofertas de la candidata del Partido Unidad Nacional de la Esperanza. Como compañero de fórmula tiene a un pastor evangélico, Romeo Guerra.

Esa súbita transformación ideológica no le ha dado los réditos esperados, según los sondeos. Su prédica se asemeja en muchos aspectos al actual jefe de Estado, Alejandro Giammattei, cuya gestión ha sido criticada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Human Rights Watch (HRW) por su asedio a jueces, periodistas y al propio líder de Semilla.

Diferencia en los sondeos

Desde aquel 1986, todas las contiendas electorales se han definido en una segunda vuelta. Para el diario Prensa Libre, es "muestra de la incapacidad de los actores políticos de convencer fehacientemente a la población en los comicios generales". En el décimo ballotage consecutivo, Arévalo de León quiere establecer un punto de corte histórico, al menos en lo programático. La consultora Cid Gallup le da una intención de voto del 61% frente al 39% de su rival. Esos números son similares al estudio de opinión de Prensa Libre y el canal Guatevisión (64,9% contra 35,1%). El sociólogo se impone con claridad entre los jóvenes, los católicos e incluso los evangélicos. Innovem, en tanto, le da a Torres Casanova una ventaja de tres puntos. La Fundación Libertad y Desarrollo estima que en esta contienda podría reducirse el voto nulo y el porcentaje de indecisos.

"Lo primero que sabremos en la madrugada del 21 de agosto próximo es si seguiremos en manos de ladrones o si comenzaremos a construir la democracia que nos merecemos. Enfrentamos, sin duda, la crisis política más profunda de los últimos 38 años", sostiene la escritora e investigadora Carolina Escobar Sarti. "Las bases de la pseudodemocracia que hemos vivido, desde mediados de los años 80 hasta hoy, se diseñaron y construyeron a la medida de los intereses de los grupos de poder económico, político y militar".

Maniobras judiciales

El jefe de la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), Eladio Loizaga, llegó el miércoles en Ciudad de Guatemala. Su aterrizaje anticipado obedece a las temidas maniobras surgidas del interior del fiscal Rafael Curruchiche  para dejar fuera de la contienda a Arévalo de León. Si bien el Tribunal Supremo Electoral impidió el intento de suspender su candidatura, Curruchiche ha mantenido hasta último momento su intención de perturbar los comicios. "No descartamos allanamientos, no descartamos órdenes de aprehensión, no descartamos solicitudes de antejuicio después del 20 de agosto", advirtió el fiscal. Para la OEA no queda duda de que esta competencia ha tenido sobresaltos y embates judiciales inéditos. "La Fiscalía se ha convertido en la herramienta más eficaz de las mafias y el sistema corrupto", sostiene el exfiscal Juan Franciso Sandoval. Juristas, académicos, organizaciones de la sociedad civil y la patronal rechazaron las maniobras para sacar de carrera al candidato de centroizquierda.

Al vencedor de la votación no le espera una tarea sencilla: en un país con una población de 18 millones, cerca de cinco millones viven en crisis alimentaria, de acuerdo con un informe difundido en mayo pasado por Oxfam.  La pobreza expulsa cada año a unos 300.000 ciudadanos que tratan por todos los medios de atravesar la frontera estadounidense. El Banco mundial ha consignado que Guatemala creció cerca de un 4% en 2022, en parte gracias a un envío de remesas sin precedentes de 18.040 millones de dólares. Solo en enero de 2023, el dinero de los connacionales, fue de 1.386,5 millones de la moneda norteamericana. No obstante, se espera que el el PIB se desacelere a 3,2% este año.