La ONU desmiente la versión de la masacre en la prisión de Olenivka proporcionada por Rusia

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El jefe de la Comisión de la Onu para los derechos Humanos, Volker Turk, ha desmentido por completo este martes la versión proporcionada por Rusia acerca de la masacre en la prisión de Olenivka, donde perecieron abrasados una cincuentena de presos militares ucranianos debido a un incendio en un barracón aislado. Tras una exhaustiva investigación que incluye entrevistas con supervivientes, el responsable ha negado tajantemente que la explosión en la instalación que hace casi un año provocó el fuego tuviera su origen en un proyectil de artillería de precisión HIMARS disparado desde posiciones ucranianas, y ha prometido continuar las investigaciones. El Gobierno de Kiev acusa a Rusia de matar deliberadamente a los cautivos, muchos de ellos pertenecientes al batallón de Azov que había resistido durante meses en la asediada localidad de Mariúpol.

"Los prisioneros de guerra que resultaron heridos o muertos en Olenivka, y los miembros de su familia, merecen que se conozca la verdad, y que aquéllos que son responsables por las rupturas del derecho internacional respondan de sus acciones", ha prometido Turk en un comunicado, después de que la comisión que preside determinara que en bajo ningún concepto el incidente fue causado "por un proyectil HIMARS". La investigación no menciona el causante de la explosión, y se limita a informar que continuará las pesquisas, a la vez que denuncia que la negativa de la parte rusa a concederles el acceso a las instalaciones está obstaculizando las pesquisas.

Sospechas inmediatas

El incidente se dio a conocer a finales de julio pasado, cuando empezaron a emerger fotografías de cadáveres carbonizados apilados en un centro de detención de presos de guerra en Olenivka, en la región de Donetsk bajo control de Rusia. La imágenes de inmediato provocaron sospechas, ya que los daños que aparecían en las imñagenes no se correspondían con la destrucción que provocan los HIMARS, proyectiles de artillería de precisión proporcionados por EEUU que han golpeado duramente en la retaguardia rusa. A los pocos días del incidente, EL PERIÓDICO consultó con blogueros especializados en la observación de fotografñias militares que rechazaron tajantemente la versión rusa y apuntaron la posibilidad de que la deflagración fuera causada "desde el interior" y "por una granada". Presos que habían permanecido internados en Olenivka aseguraron también que los cautivos del batallón de Azov eran torturados con gran dureza, y que podían incluso oír sus gritos desde sus celdas.