Diez muertos

Miles de palestinos abandonan sus casas en el campo de refugiados de Yenín en plena ofensiva de Israel

Israel lanza la mayor operación militar en Cisjordania desde la Segunda Intifada

Morgue del hospital Ibn de Yenín, en Cisjordania, tras la ofensiva israelí del 3 de julio de 2023.

Morgue del hospital Ibn de Yenín, en Cisjordania, tras la ofensiva israelí del 3 de julio de 2023. / JEMELI ORTEGA / EFE

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los habitantes del campo de refugiados de Yenín lo abandonan en busca de refugio. Son refugiados palestinos sometidos, de nuevo, a la condición de refugiados. Mientras miles dejan atrás sus precarios hogares en esta ciudad norteña de la Cisjordania ocupada, los soldados israelís no detienen una de las mayores operaciones militares en los territorios palestinos en casi dos décadas. Cuando los bombardeos y los tiroteos se detienen, el silencio reina entre las callejuelas en ruinas del campo. La incursión, iniciada el lunes, ya ha dejado una decena de palestinos muertos, al menos un centenar de heridos y miles de pérdidas en daños sobre la infraestructura después de que las excavadoras militares arrasasen los callejones de los últimos bastiones de la resistencia palestina. 

Muchos no han tenido tiempo ni de quitarse el pijama. Centenares de familias han cogido sus pertenencias más preciadas y han salido con las manos en alto para demostrar que son civiles. Algunos testigos han denunciado que, en su huida, las fuerzas israelís les han vuelto a atacar con gases lacrimógenos. Pero, como mínimo, sienten que han salvado la vida. Después de que el Ejército israelí irrumpiera en la madrugada del lunes en el campo de Yenín, sus 18.000 habitantes no lo veían tan claro. La gravedad de los ataques les ha forzado a abandonar sus casas, pese a que esta no es la primera operación militar que sufren y resisten en el último año.

La mayor operación militar israelí en dos décadas aún continúa en medio de las ruinas de una infraestructura bombardeada y las dificultades de acceso para el personal médico

A su vez, al otro lado de la Línea Verde, a orillas del Mediterráneo, la sociedad israelí también ha caído víctima de la violencia. Al menos siete personas han resultado heridas después de un atentado que ha incluido un atropello y apuñalamientos en Tel Aviv. La única víctima mortal ha sido el autor del ataque, un palestino de Cisjordania. En medio de los intentos de los ministros ultaderechistas de armar a la población, precisamente ha sido un civil armado quién ha "neutralizado" al atacante.

Hospitales abarrotados

Según un alto funcionario del equipo del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, Israel está a punto de completar la operación Yenín. Estas casi 48 horas de agonía han sido la constatación del retorno de la más puntera artillería sobre los territorios ocupados. Por primera vez en casi dos décadas, desde el final de la Segunda Intifada en 2005, los habitantes de Yenín han sufrido ataques aéreos en forma de bombardeos con drones para despejar el campo y permitir la entrada de miles de soldados israelís. "La situación en Yenín es muy difícil y dura", ha dicho la ministra de Salud de Palestina, Mai Al Kaila, a Al Jazeera.

"La agresión de Israel contra los palestinos en Yenín se realiza a través de la destrucción de muchas infraestructuras: la red de agua y electricidad está dañada, especialmente dentro del campo de refugiados", ha añadido la funcionaria palestina. "Los hospitales están abarrotados de heridos y parte del personal de atención médica no puede llegar al hospital donde debería trabajar", ha denunciado. Por su parte, Estados Unidos y las Naciones Unidas han mostrado su preocupación por la situación. Farhan Haq, portavoz adjunto del secretario general de la ONU, ha pedido a "todas las partes" que "respeten el derecho internacional humanitario". "No es aceptable que sean ataques armados en áreas de alta densidad de población y ese es el caso", ha declarado al medio qatarí.

Objetivo de la operación

Israel busca, presuntamente, desarraigar las facciones palestinas apoyadas por Irán tras un aumento de los ataques con armas y bombas contra israelís y acabar con las capacidades e infraestructuras preliminares de estas milicias para fabricar cohetes. Tanto la Yihad Islámica como Hamás han reclamado como propios algunos de los 10 fallecidos, aunque aún hay cinco sin identificar. A su vez, centenares de palestinos se han movilizado en toda Cisjordania para protestar contra lo que su presidente, Mahmud Abás, considera un "crimen de guerra". Durante la noche del lunes, jóvenes palestinos han lanzado piedras y fuegos artificiales contra vehículos blindados israelís mientras los soldados disparaban granadas de aturdimiento, gases lacrimógenos y balas recubiertas de goma. 

También se ha convocado una huelga general a lo largo de todos los territorios ocupados palestinos en solidaridad con Yenín. La población palestina se ha volcado cerrando sus negocios y entregándose a los enfrentamientos con los soldados para denunciar una agresión nunca vista en los últimos 20 años. El personal médico está teniendo graves dificultades para atender a los heridos, ya que las tropas israelís están bloqueando el acceso de ambulancias a los sitios afectados, según ha denunciado Médicos sin Fronteras. A su vez, el hospital de Yenín ha sido atacado con gases lacrimógenos en una acción que va contra el derecho internacional humanitario.