DIPLOMACIA

El Gobierno restringe la información sobre los acuerdos con Marruecos para no "poner en riesgo" la relación con Rabat

José Manuel Albares.

José Manuel Albares. / EFE

Mario Saavedra

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El Gobierno dosifica la información sobre los acuerdos alcanzados con Marruecos o los detalles de lo que se está en estos momentos negociando con el país magrebí. La oculta, según la oposición. El Ejecutivo alega que hacerla pública podría enfadar a Rabat.

El Ministerio de Exteriores ha evitado entregar a los parlamentarios de la oposición los acuerdos firmados con Marruecos en la cumbre de Rabat celebrada el pasado febrero. Desde el PP lo solicitaron formalmente, por vía parlamentaria, el pasado 17 de mayo, sin obtener respuesta. Con el adelanto electoral y la disolución de las Cortes, la petición ha caducado. Tampoco han obtenido respuesta por vías informales. 

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, niega la mayor. Ha acusado este martes al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, de lanzar "bulos" al afirmar que no se conocen los acuerdos alcanzados entre España y Marruecos. Albares le ha emplazado a leerlos “en la web de la Moncloa” donde, dice, “se encuentran reflejados”.

En dicha web oficial hay unas breves notas elaboradas por los equipos de comunicación que resumen los pactos alcanzados (Memorandos de Entendimiento, según las propias notas). Pero no están publicados, a fecha del cierre de este artículo, los Memorandos en sí, como ha podido comprobar este diario y han confirmado fuentes diplomáticas y de Moncloa. Esos documentos es lo que solicita la oposición, según explica a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, Pilar Rojo, portavoz de la Comisión de Exteriores en el Senado por el PP.

Sí está colgada en su integridad, y se hizo pública en su día, la Declaración Conjunta entre Marruecos y España tras la cumbre de Rabat. En sus 12 páginas y 74 puntos, el Gobierno reitera su apoyo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental pero, en cambio, no recoge el compromiso de los dos países de evitar "todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía".

Los detalles de los acuerdos son sensibles. Porque se han firmado Memorandos sobre gestión de la migración, un tema delicado tras las muertes de decenas de migrantes de la valla de Melilla; o porque hay cuestiones como las delimitaciones marítimas que afectan a dónde pueden pescar los barcos españoles o dónde puede hacer Marruecos prospecciones de gas o petróleo, entre otros muchos asuntos.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, firmó por ejemplo un Memorando con su homólogo marroquí para la colaboración en los ámbitos sanitario o el desarrollo de producciones animales y vegetales. Pero el tema de la pesca y la agricultura en Marruecos es delicado. El Tribunal General de la UE ha declarado inválidos los acuerdos que permiten traer tomates o pulpo de la ciudad del Sáhara Occidental de Dajla, por ejemplo, porque se extraen sin consentimiento del representante saharaui, el Frente Polisario. España y Marruecos trabajan actualmente en la preparación de otros dos en materia de pesca marítima, acuicultura y lucha contra la pesca ilegal, y en cuestión agrícola.

Gestión del espacio aéreo

El Gobierno justifica “el carácter reservado de los resultados de la reunión de alto nivel” por “la necesidad de evitar el perjuicio en las relaciones exteriores”, según la alegación del Ministerio de Exteriores a una petición de información realizada por este diario al Portal de Transparencia. El Periódico de Españaha solicitado información sobre la situación de la implementación de la hoja de ruta España-Marruecos firmada el 7 de abril y los acuerdos de la RAN del 1 y 2 de febrero, relativos a espacio aéreo y marítimo. En concreto, sobre el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, el trazado defendido por España y si se negocia la cesión de parte del control del espacio aéreo sobre el Sáhara a Marruecos.

La delimitación de las aguas territoriales entre España y Marruecos es clave. Rabat reclama parte de unas aguas que España considera suyas. Cada estado tiene derecho, por la legislación internacional, a unos determinados kilómetros de aguas territoriales de 22 kilómetros desde su costa y una Zona de Exclusividad Económica de hasta 370. Pero las aguas entre Canarias y Marruecos se solapan, y hay una amplia zona en litigio al sur. Hasta ahora se dividía de forma equitativa, pero Marruecos quiere redibujar ese reparto, en base a su población o a la extensión de su costa. Además, quiere incluir las aguas frente al Sáhara Occidental. Se desconoce qué delimitación defiende España en esas negociaciones.

“En este tipo de reuniones de alto nivel se reflejan posiciones cuya eventual publicidad provocaría reacciones en terceros países, lo que podría poner en riesgo la relación bilateral con los gobiernos extranjeros, en este caso, sobre todo con el Gobierno del Reino de Marruecos”, explica el Gobierno, en aplicación de las limitaciones de derecho de acceso que establece la de ley transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno.

El Ejecutivo de Sánchez alega frecuentemente que es necesaria la discreción para llevar a buen puerto algunas de las negociaciones diplomáticas en marcha. En otras conversaciones delicadas, como la que se lleva a cabo con Reino Unido a través de la UE sobre Gibraltar, los ciudadanos y los políticos de la oposición tienen documentos públicos que las enmarcan, en ese caso los Acuerdos de Nochevieja o el mandato de negociación entregado a Bruselas.

Otro de los grupos de trabajo más polémicos es el de la gestión del espacio aéreo sobre el Sáhara Occidental, un territorio pendiente de descolonización actualmente ocupado por Marruecos. España lo gestiona. El Sáhara fue una provincia española hasta que, en 1975, se la cedió a Rabat en los Acuerdos de Madrid. España anunció de manera bilateral que dejaba de ser potencia administradora en 1976. Sin embargo, sentencias de la Audiencia Nacional y doctrina de Naciones Unidas aseguran que lo sigue siendo, hasta que el territorio sea descolonizado. Es en ese contexto que España se dedica al control aéreo sobre esa zona desértica. Varios diputados han preguntado al Ministro de Exteriores si se está negociando la cesión de ese espacio aéreo a Marruecos. La respuesta ha sido que se negocia la gestión, pero no se aclara si se está hablando de una cesión de la misma.