Coronación en Reino Unido

Camila, el ascenso de una amante detestada que acabó siendo reina

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Camilla Parker

Camilla Parker / REUTERS / FRANK AUGSTEIR

Lucas Font

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Pocas palabras pueden definir mejor a la reina Camila de Cornualles que resistencia. Resistencia a los ataques de la prensa, a las críticas de la opinión pública durante años y al rechazo de la familia real británica, incluida la reina Isabel II, que se opuso con contundencia a una relación de amor entre ella y su hijo Carlos que, a fin de cuentas, podría haber evitado muchos escándalos a la Corona. A pesar de contar con todos los elementos en contra, la esposa del rey de Inglaterra ha culminado este sábado una larga carrera de obstáculos con su coronación en la Abadía de Westminster.

La mayor de tres hermanos, Camila nació en el seno de una familia adinerada pero sin títulos nobiliarios, lo cual supuso un claro impedimento para que pudiera convertirse en una seria candidata a esposa del futuro rey. Su carácter cariñoso y carismático, sin embargo, atrapó al príncipe Carlos desde el momento en que se conocieron a principios de la década de los setenta, cuando los dos tenían poco más de 20 años. Camila acabó casándose con Andrew Parker Bowles en 1973, pero la relación con el heredero siguió siendo tan cercana que incluso fue el padrino del primero de los dos hijos de la pareja, Tom Parker Bowles.

Su idilio con el príncipe de Gales cobró especial relevancia pública tras la filtración a la prensa de una conversación telefónica íntima en 1993, conocida como el 'Tampongate'. El romance entre ambos llevó a la princesa Diana a asegurar en una entrevista que eran "tres personas en el matrimonio, así que estaba un poco abarrotado". Este y otros escándalos, sumados a la trágica muerte de Diana en 1997, la convirtieron en blanco de feroces críticas procedentes de todos los ámbitos de la opinión pública, que la responsabilizaban del fracaso del matrimonio de los príncipes de Gales.

A pesar de ello, siguió resistiendo. "Fui examinada durante tanto tiempo que tuve que encontrar la forma de vivir con ello. A nadie le gusta ser criticado pero al final me pongo por encima de ello y sigo adelante", explicó a la revista Vogue el año pasado. Tras casarse con el príncipe Carlos en 2005 obtuvo el título de duquesa de Cornualles y fue ganándose el respeto de la prensa, de la ciudadanía y también de Isabel II, quien dejó constancia meses antes de morir de su deseo de que Camila fuese conocida como "reina consorte".

Su implicación en proyectos benéficos, especialmente con aquellos relacionados con la lucha contra la violencia de género y los abusos sexuales, le han hecho ganar especial relevancia dentro de la familia real, a pesar de que sigue intentando mantenerse en un discreto segundo plano. Más allá de sus compromisos como reina consorte, Camila goza de una relación cercana con sus cinco nietos, quienes la llaman cariñosamente "Gaga", y disfruta de su afición por los animales, la jardinería, el arte y de la literatura. Durante la pandemia creo su propio club de lectura en las redes sociales, donde comparte sus recomendaciones y trata de incentivar su pasión por los libros tanto a jóvenes como a adultos.

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