Siria y Arabia Saudí, en conversaciones para reabrir sus embajadas

El círculo de amistades de Bashar el Asad no para de extenderse. El presidente sirio tal vez pueda celebrar en los próximos días la incorporación de Arabia Saudí al club de socios. Después de Irán, Mohamed Bin Salmán, el príncipe heredero saudí y gobernante de facto del reino, se embarca en conversaciones con Siria por primera vez en una década para reabrir su embajada en la nación devastada por la guerra. Así lo han anunciado varios medios internacionales. A su vez, la televisión estatal del régimen se ha hecho eco de este movimiento, de alguna forma, natural de acuerdo a los acontecimientos ocurridos en la región en las últimas semanas. 

Los dos gobiernos están "preparándose para reabrir embajadas después de Eid al Fitr", la festividad musulmana que marca el final del Ramadán y que este año se celebra durante la segunda quincena de abril, ha dicho a Reuters una fuente regional alineada con Damasco. Hace más de una década, Siria y Arabia Saudí rompieron sus relaciones durante el estallido de la guerra civil en el país mediterráneo. El reino respaldó a la oposición contra Asad durante el levantamiento y, de cierta manera, el aplastamiento de las fuerzas rebeldes por parte del dictador fue posible gracias a la ayuda de sus aliados iranís y rusos.

Tras la reanudación de relaciones con Teherán, estas conversaciones con Siria suponen el primer impacto de cómo la amistad entre ambas superpotencias, enemigas hasta ahora, puede afectar a otras crisis en la región. Por ahora, ninguna fuente oficial ni en Siria ni en Arabia Saudí ha confirmado la noticia y tampoco han respondido a las solicitudes de comentarios de los medios. Según el Wall Street Journal, citando a funcionarios saudís y sirios anónimos, las conversaciones para reanudar los servicios consulares tienen bastante que agradecer a la mediación rusa.

Molestia para EEUU

Durante las últimas semanas, el dictador sirio parece más cerca que nunca de una aceptación plena en la región. El devastador terremoto que arrasó con miles de vidas en su país motivó la llegada de ayuda humanitaria por parte de exsocios que lo habían tachado de paria y lo habían apartado durante la última década. Ya a principios de marzo, el ministro de Exteriores saudí, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, afirmó que el compromiso con Asad podría conducir al regreso de Siria a la Liga Árabe, pero aún era demasiado pronto para discutir este avance. Emiratos, por su parte, ha estado liderando la rehabilitación de Asad colmada por una invitación a una visita oficial junto a su esposa Asma hace unas semanas.