Cumbre europea

Los líderes de la UE instan a blindar la industria europea frente a EEUU

Los Veintisiete acuerdan el noveno paquete de sanciones contra Rusia y lanzan el procedimiento para su aprobación

Los dirigentes europeos emplazan a sus ministros de Energía a fijar un tope al precio del gas con urgencia el lunes

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante la cumbre de líderes de la UE, este jueves en Bruselas.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante la cumbre de líderes de la UE, este jueves en Bruselas. / BENOIT DOPPAGNE / DPA

Silvia Martinez

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El plan de estímulos masivos diseñado por Estados Unidos para luchar contra la inflación y favorecer inversiones verdes y a empresas implantadas en su territorio, dotado de unos 370.000 millones dólares, sigue generando una profunda inquietud entre los jefes de Estado y de Gobierno de la UE que todavía difieren en cómo blindar a la industria para impedir que el dopaje de subvenciones estadounidenses hunda la competitividad del continente europeo. Una cuestión que podría terminar abriendo una guerra de subsidios interna y una batalla comercial con Estados Unidos. Para evitarlo, los líderes de la UE han encargado este jueves a la Comisión Europea que presente antes de finales de enero propuestas para "movilizar todos los instrumentos nacionales y europeos" y "mejorar el marco de inversión en la UE". Por otra parte, los Veintisiete han acordado finalmente el noveno paquete de sanciones contra Rusia, que incluye nuevos controles y restricciones a la exportación, la prohibición de vender motores de drones a Rusia y a cualquier país tercero que pueda suministrárselos como Irán y sanciones a otros 200 individuos y entidades cercanas al Kremlin.

La situación es de máxima urgencia, dados los disparados precios de la energía y que son cada vez más las empresas que agitan la amenaza de las deslocalizaciones. "Existe el riesgo de que la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) provoque una competencia desleal y que discrimine a las empresas europeas", admitía esta semana la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en una carta dirigida a los líderes europeos para encuadrar el debate de la cumbre. Su plan apuesta por reforzar la coordinación con Washington, incluida la creación de un "club de materias primas" que garantice el abastecimiento y evite el monopolio de China, por el despliegue de las renovables y por acelerar las inversiones en energías de transición. A corto plazo, a través del programa Repower y a medio plazo por medio de un "fondo soberano europeo" para descarbonizar la industria que podría servir para financiar los proyectos de interés común europeo, ha explicado tras la reunión.

Otro punto vital es la flexibilización de las normas sobre ayudas de Estado para energías renovables y tecnologías limpias que permita a la UE competir con los subsidios estadounidenses e impida que las empresas huyan de Europa y crucen el Atlántico en busca de condiciones más favorables. "Lo importante es no caer en una situación en la que las inversiones se hagan en Estados Unidos y no en Europa", ha explicado von der Leyen que confía en arrancar a la Administración estadounidense excepciones específicas como las que tienen Canadá o México. Los líderes europeos esperan que Bruselas prepare de aquí a finales de enero el nuevo plan de acción que podrían validar en una cumbre extraordinaria que tendrá lugar el 9 y 10 de febrero para hablar de inmigración y competitividad.

"Hay que ir más rápido, simplificar las reglas, tener una respuesta macroeconómica que, a nivel de ayudas europeas y nacionales, permita responder de forma equivalente a lo que hacen los americanos", ha avisado el presidente de Francia, Emmanuel MacronEspaña respira en la misma línea y comparte la necesidad de pisar el acelerador porque la capacidad de actuación estadounidense es muy rápida. "Nosotros ya venimos diciendo que no nos gusta el IRA. Es evidente. Es algo puede afectar a inversiones europeas, incluidas las españolas. Tenemos una industria automovilística muy potente, tenemos industria de la energía renovable, del hidrógeno. Por tanto, hay un punto de proteccionismo claro que a España no le gusta. España es partidaria de negociar para que haya excepciones para Europa y a partir de ahí Europa tiene que reaccionar y tomar medidas para mejorar su competitividad industrial, ser más ágil y reflexionar sobre las ayudas de Estado", sostienen fuentes de Moncloa que aseguran que el problema de España no es el dinero sino "cómo gastarlo".

Toque a Berlín

Para otros Estados miembros el problema no es solo conseguir un marco de ayudas públicas más ágil, también que los países con mayor capacidad fiscal, como es el caso de Alemania, no lo aprovechen en detrimento de otros socios europeos. "Es importante mostrar nuestra solidaridad y garantizar el buen funcionamiento del mercado único, que va en interés de todos", ha recordado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. "Existe un riesgo de desindustrialización de la UE. Parece que los países europeos están jugando un poco al sálvese quien pueda, a ver quién tiene los bolsillos más llenos", ha reprochado el belga Alexander de Croo. "Algunos países pueden pensar que tienen los bolsillos llenos pero en unos meses todos llegaremos al final de las reservas", ha añadido.

Según fuentes europeas, la solución pasa por encontrar el equilibrio entre mantener en el continente europeo las inversiones estratégicas y un terreno de juego equitativo entre los Veintisiete. "Alemania está metiendo dinero por todos los lados y no todos tienen la misma capacidad. Hay que buscar fórmulas como un (programa) Repower más potente", estiman fuentes del Gobierno español que apoyan la idea lanzada por Von der Leyen de crear un fondo soberano aunque quieren más detalles. Los países más ricos, en cambio, rechazan la idea de crear nuevos planes y consideran que el de recuperación dispone de recursos suficientes. "Todavía tenemos bastante fondos sin distribuir que se pueden movilizar", ha dicho el canciller alemán, Olaf Scholz.

Más sanciones a Rusia

En los márgenes de la reunión, los embajadores de los Veintisiete también han logrado un acuerdo sobre el noveno paquete de sanciones contra Rusia por la guerra de Ucrania. Si nadie plantea objeciones para este viernes al mediodía las sanciones serán adoptadas formalmente. El objetivo, según explicó esta semana Von der Leyen, es "hacer pagar" a Moscú " su crueldad", tras la oleada de ataques contra infraestructuras civiles "tratando de paralizar" a Ucrania al inicio del invierno. El paquete se formalizará a través de un procedimiento escrito este viernes. Entre las principales novedades de las nuevas medidas destacan los drones, con el objetivo de "cortar el acceso de Rusia a todo tipo de drones y vehículos aéreos no tripulados".

Los líderes europeos también han vuelto a hablar de la crisis energética y el tope al precio del gas. El intento del pasado martes terminó en fracaso y los jefes de Estado y de Gobierno han emplazado a sus ministros de Energía a cerrar un acuerdo definitivo este lunes 19 de diciembre. "El mandato de las conclusiones es que el 19 necesitamos salir con resultados", ha valorado el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, al término de la cumbre. Es a lo que emplazan en unas conclusiones del Consejo Europeo en las que también reclaman a Bruselas que presente a principios de 2023 una propuesta y un análisis de impacto sobre la reforma estructural del mercado de la electricidad, incluido el efecto sobre los precios del gas. 

A la reunión, marcada por el escándalo de corrupción que ha salpicado a la Eurocámara, ha asistido como es habitual su presidenta, Roberta Metsola, que ha prometido a los dirigentes europeos que no habrá impunidad y que impulsará una reforma de las reglas internas el próximo año. El encuentro también ha permitido a los Veintisiete avalar el estatus de país candidato a la UE para Bosnia y Herzegovina.