crisis energética

Enésimo fracaso de los Veintisiete para cerrar un tope al precio del gas

La ministros de energía de la UE concluyen la reunión extraordinaria sin el consenso necesario para aprobar el mecanismo corrector

Teresa Ribera

Teresa Ribera / CAPTURA VÍDEO EFE

Silvia Martinez

Silvia Martinez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El ministro checo de energía, Jozef Sikela, llegaba a la reunión extraordinaria de energía convocada este martes para tratar de cerrar un acuerdo sobre un tope al precio gas, que se aplicará en caso de picos de precios desorbitados como los del pasado verano, sin excesiva confianza. “Si no hay acuerdo todavía tenemos el 19 de diciembre” decía con resignación en nombre de la presidencia semestral de la UE sobre la cita prevista de antemano en el calendario para el próximo lunes. Es lo que tendrán que hacer los Veintisiete, a menos que los líderes de la UE consigan desbloquear el impasse en la cumbre de jefes de estado y de gobierno de este jueves, porque el intento de este martes ha vuelto a terminar sin acuerdo tras más de nueve horas de negociaciones.

"Ha sido una reunión larga y difícil. Esperaba abrir una botella de champán para celebrar el acuerdo, pero aparentemente todavía tenemos que mantener las botellas en la nevera porque aún no están bastante frías", ha dicho Síkela en rueda de prensa. Según ha explicado, el próximo lunes solo habrá un tema abierto: "a qué nivel de precio se activa el mecanismo" para "garantizar que la situación de agosto -cuando los precios se dispararon estratosféricamente- no se repita. Creo que estamos casi allí, pero tenemos que mostrar que la unidad no es una palabra vacía", ha añadido.

Lograr la cuadratura del círculo sobre un tope que satisfaga a los 15 países que lo reclaman con insistencia desde hace meses, incluida España, Francia, Italia, Polonia o Grecia, y los que consideran que puede desatar problemas de abastecimiento y desviar el gas hacia terceros países, como Alemania, Países Bajos o Austria, no es fácil. Desde el pasado mes de julio los ministros de energía han celebrado nueve reuniones en total, entre extraordinarias y encuentros ya previstos en el calendario, que aunque han permitido aprobar nuevas medidas para afrontar la crisis energética -agravada por la guerra de Rusia en Ucrania- no han logrado desatascar un tema tan sensible y polémico como es establecer un tope al precio del gas.

Propuesta insuficiente

Tras meses arrastrando los pies, la Comisión Europea presentó su propuesta de mecanismo corrector hace tres semanas. En el plan, un tope al precio del gas para los contratos a un mes que se activaría si se superaba durante dos semanas seguidas en el índice TTF el umbral de 275 euros por megavatio hora, además de registrar una diferencia de 58 euros respecto al precio global del gas natural licuado durante un período de 10 días. La propuesta fue rechazada con rotundidad por una mayoría de países que la tacharon de “inaplicable” e “ineficaz” e incluso de "broma de mal gusto" por parte de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera

Sobre la mesa de la negociación final un nuevo compromiso que estipulaba que el mecanismo se activará cuando se supere durante un período de entre 3 y 5 días una horquilla de entre 200 y 220 euros por megavatio hora y cuando los precios superaran al menos los 35 euros respecto al precio internacional. Según esta oferta, el mecanismo se aplicaría al menos 20 días aunque con salvaguardas para desactivar su aplicación en caso de problemas de suministro. Un planteamiento a medio camino entre la propuesta "inaceptable" de Bruselas y los 160 euros que reclamaban Grecia, Polonia y otros países.

El umbral de precio, la clave

La oferta, pese a los esfuerzos de la presidencia checa, no ha logrado el aprobado lo que mantiene paralizada la aprobación de otros dos expedientes sobre los que hay acuerdo político: el reglamento sobre las compras conjuntas de gas y el que servirá para acelerar la concesión de permisos a las renovables, ambos de especial interés para Países bajos que sigue resistiéndose a la idea de un tope al gas. "Es un ejercicio complicado y donde todavía las posiciones están muy encontradas con respecto a los umbrales de precios de los que deberíamos estar hablando y eso es lo que esperamos poder resolver la semana que viene, pero hoy no ha sido posible", ha resumido la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, que entiende que "el punto más sensible de los que quedan abiertos es cuál es equilibrio adecuado entre la estabilidad de los mercados financieros y los precios que la industria y los consumidores europeos pueden pagar".

La vicepresidenta española considera que hay "margen" para lograr un acuerdo el próximo lunes aunque a juicio de Ribera la solución no debe pasar por un precio mínimo sino por "una referencia vinculada a la evolución de los precios medios de los mercados internacionales, con una prima para garantizar que seguimos siendo atractivos para poder atraer gas a Europa", ha precisado sobre la postura que defiende España en la negociación. El problema, ha añadido, es que hay un bloque de Estados miembros que consideran que "debe haber un precio de partida para intervenir" y que es un precio muy alto el que están queriendo señalar. "Es un precio mucho más alineado con las últimas propuestas de la presidencia. Nos parece que es un precio elevadísimo, no es una señal que los mercados interpretarían como un precio máximo no asumible, sino que podrían llegar a interpretarlo como el precio al que orientar la venta de gas en Europa con carácter general y de forma normalizada y a nosotros nos parece un error", ha incidido.