Comicios presidenciales

Brasil: ¿Cuándo es la segunda vuelta de las elecciones y cómo van las encuestas?

Multimedia | Lula contra Lula: el viraje del "hijo de Brasil" para ganar a Bolsonaro

Lula y Bolsonaro, durante el debate televisivo que mantuvieron la noche del domingo.

Lula y Bolsonaro, durante el debate televisivo que mantuvieron la noche del domingo. / NELSON ALMEIDA

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Brasil espera una creciente tensión política a medida que se acerca el día de la segunda vuelta electoral de las elecciones presidenciales, el próximo 30 de octubre, entre Jair Bolsonaro, quien aspira a su reelección, y Luiz Inacio Lula da Silva, expresidente y candidato del Partido de los Trabajadores (PT). Cada día aporta una novedad que extiende el horizonte de incertidumbre.

A continuación, algunas claves para entender qué se juega el gigante sudamericano:

Lo que dicen los últimos sondeos

Después del encendido debate entre los candidatos, el pasado domingo, el capitán retirado ha reducido en un punto la distancia que le lleva el líder de la izquierda. Al menos esa es la conclusión que ha sacado la consultora IPEC pocas horas después de que los contendientes se vieran en un estudio televisivo. El sondeo arroja que Lula tendría una intención de voto del 50%, frente a un 43% del gobernante de ultraderecha. Una semana antes, la diferencia entre ambos era de ocho puntos.

Se espera en breve si la encuesta de Datafolha, una de más mediciones más confiables, confirma la misma percepción del electorado. La última encuesta le asignaba a Lula un 53%, frente al 47% de Bolsonaro.

Los indecisos y la abstención

Lula y Bolsonaro han tocado un techo en sus adhesiones. El exsindicalista alcanzó en la primera vuelta un 48,5% de los votos, lo que en otras condiciones habría sido considerado una proeza. Lo que le falta para lograr la victoria en la segunda es convencer a los indecisos o a los que todavía aceptan como verdad revelada la narrativa de los años de Gobierno del PT que ha propagado la ultraderecha, como un reino de la corrupción. Lula ha expresado su rechazo al aborto en un intento de captar el voto de los creyentes. El mandatario ha salido a la búsqueda de esa franja de hombres y mujeres que no saben todavía a quién elegir. Pero el bolsonarismo tiene otra expectativa. La diferencia que le saca Lula a Bolsonaro podría reducirse de manera significativa si crece el nivel de abstención, que en el primer domingo de octubre rondó el 20%.

El arma de Bolsonaro

Las fake news entraron en la vida política brasileña en la campaña electoral de 2018 para convertirse en un relato paralelo de la realidad. El bolsonarismo, un fenómeno surgido en las redes sociales, las ha constituido en una de sus principales armas de persuasión e intimidación. Eso lo sabe el mismo PT. De acuerdo con el diario paulista Folha, en el entorno del expresidente se teme que en la recta final arrecie un vendaval de noticias falsas y ataque tanto en las redes como WhatsApp. La semana pasada, la ultraderecha aseguró que si Lula gana cerrará las iglesias pentecostales. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha tomado medidas contra esas acciones ilegales que todavía no se han cumplido. El PT se queja de que una película que vinculaba a Bolsonaro con el canibalismo fue retirada del aire en 24 horas, mientras que un anuncio ofensivo contra Lula se exhibió durante 10 días.

Escándalo con adolescentes venezolanas

La campaña de Lula intenta capitalizar unas controvertidas palabras de su rival que siguen dando que hablar en los medios. Días atrás, el capitán retirado habló de un paseo en moto que concluyó con su presencia en una casa con adolescentes venezolanas.  "Me puse de humor y volví. ¿Puedo entrar en tu casa? Entré". Bolsonaro insinuó que las chicas eran prostitutas, algo que niegan los venezolanos y la Cáritas Arquidiocesana de Brasilia. Para Marina Silva, Bolsonaro debería ser al menos acusado de prevaricación. El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, ordenó al PT que quitara una propaganda electoral que asociaba al mandatario con la pedofilia. Sin embargo, el tema no ha salido de la campaña. La primera dama, Michelle Bolsonaro, y la exministra de la Familia y senadora electa, Damares Alves, fueron a la búsqueda de dos de esas adolescentes.

Reconocimiento en duda

Bolsonaro sembró dudas sobre la transparencia del sistema electoral y, en particular, la urna electrónica y amenazó con no reconocer los resultados. Esa advertencia, repetida hasta frente a la comunidad diplomática, cesó después de los números obtenidos en la primera vuelta. Sin embargo, se mantiene la incógnita sobre su disposición a reconocer rápidamente un eventual triunfo de su rival. Los efectos de esa posible negativa generan mayor zozobra y alimentan la posibilidad de incidentes antes y después del 30 de octubre.