Ataques contra una profesión

El Gobierno turco aumenta la presión sobre los periodistas

En el país anatolio, que va camino a unas elecciones presidenciales que se prevén históricas, la presión contra el periodismo independiente se recrudece

Turquía, hace unos años el país del mundo con más reporteros en la cárcel, ocupa el ranking 149 de 180 países, según RSF

Turquía sobre acoso a periodistas en Turquía

Turquía sobre acoso a periodistas en Turquía / Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

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Hoy es un día tranquilo en la redacción y el ambiente es distendido. La mayor noticia del día es que el líder principal partido opositor, Kemal Kiliçdaroglu, asegura que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, está, supuestamente, desviando dinero para escaparse a Estados Unidos en caso de perder las elecciones.

En Turquía, un país con una agenda política frenética, este tipo de noticias se olvidan a las pocas horas. "Hoy trataremos esto y la muerte de un soldado turco en combate en el norte de Irak. Lo que decía: un día tranquilo", explica Irfan Degirmenci, uno de los periodistas de televisión más famosos del país, mientras se maquilla, pocos minutos antes de entrar en antena. 

Degirmenci es el presentador de HalkTv, una pequeña televisión turca que, con una plantilla de poco más de 20 periodistas, es el canal de noticias con más audiencia del país. El motivo es simple: es de las pocas televisiones que se oponen al Gobierno de Erdogan. 

"Lo único que hacemos es periodismo. Hacer preguntas. Pero cada día somos amenazados... Dos colegas de la redacción fueron agredidos en la puerta del edificio solo por lo que habían dicho. Otro fue detenido hace poco. La presión contra nosotros se nota cada día más, mientras Turquía se acerca a las elecciones, programadas para junio de 2023", explica Degirmenci.

"Nos prohíben retransmitir constantemente, prohíben nuestros programas, nos multan. Solo por hacer nuestro trabajo, así que en los próximos meses esperamos cualquier cosa. Nos pueden cerrar del todo. Estamos preparados", añade.

Presión y dificultades

Hace cinco años, después del intento de golpe de estado de 2016, Turquía se convirtió durante un tiempo en el país del mundo con más periodistas encarcelados. Ahora ya no lo es, pero la presión contra los reporteros sigue. 

El presentador estrella turco Irfan Degirmenci se prepara para los informativos de la tarde.

El presentador estrella turco Irfan Degirmenci se prepara para los informativos de la tarde. / Adrià Rocha Cutiller

"Hay muchos colegas que esperan que la policía vaya a sus casas una madrugada cualquiera y les metan en la cárcel. Es un sentimiento muy común dentro de los círculos del periodismo crítico en Turquía", dice Erol Önderoglu, representante en el país anatolio de Reporteros Sin Fronteras (RSF), organización que realiza un ranking anual de libertad de prensa en todo el mundo. En esta clasificación, Turquía ocupa el puesto 149 de 180.

Önderoglu sabe de lo que habla. Desde hace seis años está siendo juzgado por supuesta "propaganda terrorista", por empezar una campaña en defensa de un grupo de reporteros de un periódico ilegalizado. Este periodista se enfrenta a un máximo de 14 años de cárcel. 

"Nuestro juicio es muy ordinario si se compara con los otros cientos de casos judiciales abiertos contra periodistas y medios, pero se convirtió en particular cuando Erdogan atacó personalmente a mi compañera, acusada junto a mí. Esto muestra muy bien el gran problema que tenemos: un presidente que dirige personalmente los procesos penales en este país, y que cambia el orden de todo el sistema judicial", se queja Önderoglu.

Despido y transformación

La presión, sin embargo, no es solo judicial. Empieza en las redacciones. "En 2017, Erdogan fue a Washington a reunirse con [Donald] Trump. El Gobierno turco quería presentar la historia como un gran éxito, asegurando que Trump apreciaba mucho a Erdogan. Pero su encuentro duró solo 23 minutos, y así lo expliqué yo en antena, haciendo un juego de palabras sobre la situación. Erdogan personalmente se enfureció cuando lo vio, y desde su equipo llamaron a mi jefe para que me echase", explica la periodista Nevsin Mengü, que fue despedida de la televisión en la que trabajaba, CNNTürk, y ahora se ha reinventado a través de YouTube.

La periodista independiente Nevsin Mengü.

La periodista independiente Nevsin Mengü. / Adrià Rocha Cutiller

Mengü emite su programa desde internet, donde cosecha a millones de seguidores y es más libre de las iras del Gobierno. Éstas, sin embargo, siguen ahí. "Atacan a través de trolls. Primero en Twitter y después pasan a los medios convencionales y televisiones leales al gobierno, que empiezan a atacarte y señalarte. A decir cosas terribles sobre ti, sobre todo si eres una mujer. Siempre ponen una connotación sexual, para atacarnos... A mí ya no me importa, pero a muchos de nuestros colegas les cuesta aguantarlo, porque es algo realmente horrible y desestabilizador", dice Mengü.

Pese a todo, el programa de Degirmenci está a punto de empezar. Millones de turcos, en pocos minutos, sintonizarán con él. Después de 25 años haciendo este trabajo, ya no hay nervios que molesten. Y, sin embargo, el futuro asusta. 

"Este es el momento más importante de nuestras vidas —dice Degirmenci—. No tenemos mucho más tiempo... Quedan seis meses o un año [para las elecciones]. ¿Podremos continuar haciendo las noticias? ¿Podremos continuar viviendo en Turquía? Veremos...".

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