Decisión polémica

El Supremo de EEUU consagra el derecho a llevar armas de fuego fuera del hogar

La trascendental sentencia tumba una ley de Nueva York que ponía estrictos límites

Ratifica la deriva extremista del Alto Tribunal dominado por una mayoría conservadora

Varios niños salen corriendo de la escuela de primaria Robb de Uvalde, Texas, el día del ataque en el que murieron asesinados 19 niños y dos profesoras.

Varios niños salen corriendo de la escuela de primaria Robb de Uvalde, Texas, el día del ataque en el que murieron asesinados 19 niños y dos profesoras. / PETE LUNA / UVALDE LEADER-NEWS

Idoya Noain

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“El derecho a portar armas de fuego no se detiene en la puerta de casa”. La frase la escribía en Twitter este jueves una exultante Asociación Nacional del Rifle, pero es también desde ahora jurisprudencia en Estados Unidos. En una decisión trascendental y extremadamente polémica, la sólida mayoría conservadora del Tribunal Supremo ha consagrado el derecho a llevar armas fuera del hogar. La idea de un “salvaje oeste” en el siglo XXI, con ciudadanos armados en infinidad de lugares públicos, y con armas que nada tienen que ver con las de hace siglos, no se ve ya como una distopia sino como una posibilidad.

Lo que los seis jueces conservadores del Supremo han hecho, frente al disentimiento de tres magistrados progresistas, es declarar inconstitucional una ley del estado de Nueva York que imponía estrictos controles para dar las licencias que permiten llevar armas en público. La casi centenaria norma obligaba a demostrar que existía una “causa apropiada” para obtener ese permiso y a otros requerimientos como probar “buen carácter moral”. Había sido retada en los tribunales, con apoyo del capítulo estatal de la NRA, por dos neoyorquinos que tenían licencias restringidas para caza y prácticas de tiro, y en el caso de uno de ellos para llevar su arma en los desplazamientos laborales, pero a los que se les denegó un permiso total.

La mayoría del Supremo les da la razón. Y con su decisión hace la mayor y más relevante ampliación de una férrea interpretación originalista y omnipoderosa de la Segunda Enmienda desde que en 2008 también una mayoría conservadora en el Alto Tribunal reconoció el derecho a tener armas para defensa propia en el hogar.

El juez Clarence Thomas, autor de la opinión mayoritaria, ha escrito que los estados pueden seguir vetando armas en determinados lugares que se consideren “sensibles” entre los que ha citado escuelas, edificios gubernamentales, asambleas legislativas, centros electorales y tribunales pero también ha alertado contra la interpretación “demasiado amplia” de qué constituye uno de esos lugares. En la opinión de disentimiento, escrita por el juez Stephen Breyer, este ha replicado “¿Qué pasa con los metros, los locales de ocio nocturno, los cines, los estadios?” No hay respuesta.

Violencia y deriva ultraconservadora del Supremo

El impacto concreto de la sentencia aún está por ver. Por ahora devuelve el caso de Nueva York a un tribunal inferior y se esperan intensas batallas legales tanto en el estado como en los otros seis que tienen leyes similarmente restrictivas, Su alcance mayor, en cualquier caso, es innegable, y llega en un momento álgido del debate sobre las armas de fuego.

Numerosos estados tratan de legislar ante el aumento de la violencia con esas armas, especialmente en núcleos urbanos. Y aún resuenan los ecos de conmoción tras recientes matanzas en una escuela de Uvalde (Texas) y en un supermercado de Búfalo (Nueva York), donde el autor del tiroteo masivo actuó con motivaciones racistas. Precisamente esa conmoción ha contribuido a un avance no conseguido en casi tres décadas: por primera vez en ese tiempo, el Congreso está listo para aprobar con apoyo bipartidista legislación de control de armas.

 La sentencia del Supremo este jueves es la cruz de esa moneda y subraya la deriva extremista del Alto Tribunal, donde Donald Trump colocó tres magistrados que asentaron la mayoría de seis jueces conservadores frente a tres progresistas. Esta misma semana el Supremo derruía uno de los muros que separan iglesia y estado y va a emitir de forma inminente otras decisiones en casos que ponen en jaque la protección constitucional del derecho al aborto (con la que los conservadores acabarán según un borrador filtrado en mayo) o la autoridad del gobierno federal para regular las emisiones de gases contaminantes.

“Contradice el sentido común”

La respuesta a la sentencia de este jueves se ha movido entre la exultación de la NRA y la celebración de líderes republicanos, la subida en la bolsa del precio de las acciones de la industria de armas y el horror y la indignación entre activistas a favor de la regulación, legisladores y autoridades demócratas, especialmente las que están tratando de controlar más las armas.

El presidente, Joe Biden, ha emitido un comunicado en el que, además de mostrar su "decepción", ha asegurado que "la sentencia contradice el sentido común y la Constitución y debería preocuparnos profundamente a todos" , un mensaje que también ha lanzado la vicepresidenta Kamala Harris.

En Nueva York, el estado directamente afectado por ahora, la gobernadora Kathy Hochul tiene previsto convocar en julio una sesión legislativa para buscar respuestas a una sentencia que ha definido de “temeraria” y “reprensible” . “Han quitado nuestro derecho a tener restricciones razonables”, ha denunciado. “Podemos tener restricciones en la libertad de expresión, no puedes gritar fuego en un teatro lleno, pero de alguna manera no se permiten restricciones a la segunda enmienda”.

También el alcalde de Nueva York, Eric Adams, antiguo policía, ha criticado duramente una sentencia que augura que “pondrá a los neoyorquinos en más riesgo de violencia de armas de fuego” y ha prometido combatirla diciendo: “No podemos permitir que Nueva York se convierta en el salvaje oeste”.